Girard: «Con Milei, los de arriba pagan menos, los de abajo más»

El titular de ARBA advirtió que Milei consolidó un modelo regresivo: las provincias perdieron más de $15,5 billones mientras se mantuvieron beneficios fiscales para los sectores más ricos.

Desde la asunción de Javier Milei, las provincias argentinas perdieron por coparticipación más de 15,5 billones de pesos, equivalentes a casi 12.000 millones de dólares. Esta cifra monumental, según Cristian Girard, titular de la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA), «no solo revela una decisión política, sino que desnuda un modelo económico que consolida la desigualdad, recentraliza recursos fiscales y erosiona el federalismo».

Durante 2024, el primer año del llamado «plan motosierra», la recaudación nacional cayó un 8,3% en términos reales. Sin embargo, esta caída no fue uniforme: los recursos coparticipables se desplomaron un 12,3%, mientras que los no coparticipables apenas retrocedieron un 1,2%. Girard explicó que esto significa que «el ajuste no lo soportó la Nación, sino las provincias, que vieron esfumarse ingresos esenciales para sostener servicios públicos básicos».

Las decisiones impositivas del gobierno nacional fueron clave en este proceso. Se reintrodujo el Impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría, «golpeando directamente a trabajadoras y trabajadores que volvieron a pagarlo»; se eliminó la devolución del IVA, «que beneficiaba fundamentalmente al consumo popular»; y se redujeron las alícuotas del Impuesto a los Bienes Personales en el marco de un blanqueo a tasa cero, «un verdadero ‘ofertón’ para los ricos«.

Mientras tanto, se incrementaron el impuesto PAIS y los gravámenes a los combustibles, y la recuperación del agro post-sequía aseguró ingresos por retenciones, todos impuestos de nula o baja coparticipación. El resultado, según Girard, es claro: «los de arriba pagan menos, los de abajo, más, y las provincias y los municipios reciben menos recursos».

La recaudación muestra la verdadera marcha del plan económico. Girard sostuvo que «la caída de ingresos no es un accidente inesperado, es la consecuencia directa de un gobierno que apuesta a la recesión y a destruir el Estado y sus capacidades, desde adentro, como ‘un topo'». Se trata de un ajuste autoinducido que reduce el poder de compra, pulveriza el consumo y debilita la capacidad de respuesta de las provincias, justo cuando se vuelve más necesario sostener redes de contención. Además, la alta dependencia de la recaudación provincial y municipal del nivel de ventas y de actividad hace que la recesión afecte de manera amplificada a los fiscos locales, y no solo por la caída de la coparticipación.

En lo que va de 2025, esta dinámica se profundiza. Aunque el gobierno intenta instalar la idea de una economía en franca recuperación, «los datos de recaudación lo contradicen». Girard explicó que las leves subas interanuales se explican fundamentalmente porque «los primeros meses del año pasado fueron muy malos y por lo tanto la base de comparación es baja». Aun así, en el primer trimestre, «los ingresos totales cayeron 4,1%, con un desplome del 8,8% en el IVA, impuesto que depende de la dinámica del consumo». Sí aumentaron los ingresos por combustibles y lo recaudado por Impuesto a las Ganancias, pero por razones puntuales: «la reintroducción de la cuarta categoría, otra vez golpeando a los trabajadores».

Girard concluyó que «estamos frente a un Estado que ajusta a los de abajo y premia a los de arriba«. Para el titular de ARBA, el verdadero plan del gobierno nacional no es solo la «motosierra», sino un modelo que pone en riesgo la redistribución de los recursos, el federalismo fiscal y los principios básicos de equidad tributaria. «Le quitan a los que menos tienen para sostener beneficios impositivos a los más ricos», resumió.

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