La creciente inquietud entre empresarios y economistas por la viabilidad del programa económico de Javier Milei reavivó un debate incómodo en la Casa Rosada: ¿está el actual gobierno repitiendo el esquema del macrismo en su etapa previa al derrumbe de 2018? Las comparaciones con el Mauricio Macri de 2017, que por entonces sostenía el dólar artificialmente bajo para ganar elecciones, generaron una fuerte reacción en el propio Presidente, que habría lanzado una frase contundente en la intimidad: «No me comparen con ese cagón, yo tengo los huevos que Macri no tuvo, esto no es lo mismo.»
La declaración —que según fuentes oficiales circuló en conversaciones privadas con colaboradores y empresarios— expuso con crudeza el rechazo de Milei a ser asociado con el líder del PRO, pese a que ambos comparten funcionarios y aliados legislativos. La tensión se produce justo cuando Macri intenta tender puentes electorales con La Libertad Avanza, especialmente en la provincia de Buenos Aires.
En simultáneo, el Presidente encomendó al ministro de Economía, Luis Caputo, coordinar una ofensiva técnica y comunicacional para despegarse del relato que anticipa una posible crisis de reservas y una corrida post elecciones legislativas. La orden incluyó a funcionarios del Banco Central y a voceros económicos que salieron al cruce de las comparaciones con el pasado reciente.
Uno de los primeros en advertir sobre la fragilidad del esquema actual fue Alfonso Prat Gay, exministro de Macri. En una exposición en el IAE, afirmó: «Si a las reservas netas que son negativas y al déficit externo les agregamos la deuda que hay que pagar cash, no hace falta ser economista para ver cuál es el resultado final.» Prat Gay recordó que Macri triunfó ampliamente en las elecciones de medio término, pero el deterioro externo lo arrastró a la derrota en 2019: «Creo que no hay que descuidar el déficit externo.”
Las palabras del exfuncionario rebotaron en Balcarce 50, donde saben que cualquier similitud con la administración PRO pone en riesgo la narrativa oficial del ajuste virtuoso. A esas críticas se sumó Eduardo Levy Yeyati, también vinculado al equipo económico del expresidente, quien advirtió: «No es muy distinto a 2016-2017… al principio se hizo todo ‘bien’, pero duró poco.»
Desde el Gobierno, el chileno José Luis Daza, actual viceministro de Economía, confirmó en declaraciones recientes que el FMI también ve con recelo los paralelismos. «Una de las cosas que nos pesan hoy es 2017 (…) En mi primera reunión con las autoridades del FMI lo que me dijeron fue: ‘Wait a minute, esto ya lo vimos’.» Daza defendió el rumbo oficial: aseguró que, a diferencia del pasado, esta vez se cerró el déficit fiscal como primer paso.
Por su parte, Vladimir Werning, vicepresidente del Banco Central y parte del equipo económico de Macri en su momento, subrayó las diferencias técnicas entre ambas gestiones. «El contraste de esta situación con el segundo año del último intento de estabilización en 2016-17 no podría ser más marcada», dijo durante un encuentro de banqueros centrales en El Salvador.
Werning apuntó que hoy la economía se expande al 6,5% anual y que el déficit de cuenta corriente se mantiene por debajo del 1% del PBI, mientras que en el macrismo se combinaban desequilibrios externos con bajo crecimiento. Cerró citando al propio Caputo: «La Argentina nunca vio un programa económico de estabilización semejante. Las comparaciones no resultan relevantes.»
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