El Ministerio de Salud avanzó con una reestructuración profunda de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), el espacio técnico que asesora sobre políticas de vacunación desde hace más de dos décadas. A través de una norma publicada en el Boletín Oficial, la cartera que conduce Mario Lugones acotó sus atribuciones, achicó su integración y concentró en el propio ministerio las decisiones clave vinculadas al calendario y las estrategias de inmunización.
Desde el Gobierno explicaron que la medida apunta a ordenar el funcionamiento interno y a reforzar la conducción política del área. En ese sentido, señalaron que buscan “recuperar la gobernanza en las decisiones sobre políticas de vacunación” y limitar la dispersión de criterios entre los distintos actores que integraban la comisión. En la misma línea, aclararon: “La responsabilidad técnica y decisoria en materia de inmunizaciones corresponde al Ministerio de Salud de la Nación. La CoNaIn no ejercerá funciones decisorias, ejecutivas ni regulatorias”.
Uno de los cambios más relevantes consiste en la pérdida de iniciativa de la comisión. A partir del nuevo reglamento, la CoNaIn solo podrá emitir recomendaciones cuando exista un pedido formal de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI). La agenda de temas deja de surgir del propio ámbito asesor y pasa a quedar bajo control de esa dirección ministerial, que definirá cuándo y sobre qué cuestiones se solicita opinión técnica.
La reforma también impacta en la estructura interna. La CoNaIn, que depende de la DiCEI, pasa a ser presidida directamente por el titular de esa dependencia. Además, se modifica el Núcleo Científico Central, encargado de analizar la evidencia y elaborar recomendaciones. Ese cuerpo se reduce de ocho integrantes titulares y ocho suplentes a solo cuatro y cuatro, con representantes propuestos por universidades públicas según cada tema. La selección final queda en manos de la DiCEI, que evaluará las ternas de acuerdo con criterios de pertinencia técnica o situación sanitaria. Toda la participación continúa siendo ad honorem.
El nuevo esquema mantiene la posibilidad de convocar especialistas temporales para asesoramientos puntuales y de sumar áreas del propio ministerio, como Epidemiología, Maternidad e Infancia o Economía de la Salud, como apoyos técnicos en carácter ad hoc.
Hasta la entrada en vigencia de la normativa, la comisión estaba integrada por figuras de amplia trayectoria en el campo de la salud, entre ellas Ángela Gentile, Ana Ceballos, Mirta Roses, Andrea Uboldi, Daniela Hozbor, Gabriela Barbas, Guillermo Docena e Ignacio Maglio.
La decisión se conoce en un contexto sensible. Tras la pandemia, las tasas de vacunación muestran un retroceso sostenido y reaparecen brotes de enfermedades que habían sido controladas, como el sarampión. A nivel internacional, además, crece la desconfianza hacia las vacunas, lo que refuerza la preocupación de especialistas por el debilitamiento de las estrategias de inmunización.
Desde la oposición y algunos gobiernos provinciales surgieron cuestionamientos inmediatos. El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, expresó su rechazo en redes sociales y escribió textualmente:
“La Comisión Nacional de Inmunizaciones es un organismo técnico que asesora a las autoridades sobre vacunas e inmunización con un amplio respaldo científico y epidemiológico. Desde hoy, el gobierno nacional, en una nueva avanzada contra la legitimidad de las vacunas y al igual que se hizo en EEUU, elimina la participación de las sociedades científicas, de los representantes de las provincias y los reemplaza por miembros de universidades elegidos por el poder ejecutivo. Además la presidencia pasa a ser designada por un miembro del Ministerio de Salud. Rompieron un nuevo organismo, prestigioso, serio y fundamental que cooperaba y ayudaba en las estrategias de inmunización en nuestro país. El terraplanismo sanitario avanza.”
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