“A cada chancho le llega su San Martín”.
Refrán español
Como aquel viejo micro programa de Las Manos Mágicas, esta semana, algunos de los pocos periodistas serios e inteligentes que quedan en la Argentina, se dedicaron a revelar los trucos del Aprendiz de Brujo del Patio de las Palmeras, porque convengamos que, para Mago del Kremlin, todavía no está… Aunque los que me siguen saben que yo le he puesto un par de fichas a esa versión botoxeada de Tom Shelby a la lavandina que oficia de poder en las sombras del mileísmo apátrida.
Bueno… bien mirado, muuuuuy en las sombras tampoco quiere estar. Nadie que pretenda cierto anonimato asiste al debate de candidatos por las elecciones de CABA vestido de traje amarillento, despeinado y masticando un chicle con la boca abierta, como se hubiese escapado de una orgía organizada por cosacos en el exilio.
Como fuere, con las guías de la nueva estrategia de violencia política a la mano, algunas de esas plumas a las que todavía vale la pena leer como el amigo Eduardo Aliverti, Carlos Pagni o Marcelo Falak (como se observa, estoy cada vez más parecido a Ramón Esquizo: leo todo y les creo a todos) desguazaron gestos, posturas, lenguaje y hasta proyecciones de la nueva campaña 2025 de Javier Milei (sus candidatos son cosos y cosas que apenas si se paran a su lado y hacen caras).
“Los ingenieros del caos”, el último libro de Giuliano Da Empoli, oficia de manual de estilo para los que han decidido estructurar y manejar el poder a través de la convocatoria a odiar. Con definiciones simplistas y lineales (se dirige a un colectivo que tiene la profundidad de un charquito) el italiano organiza una suerte de reinvención de la propaganda, con el fin altruista de adaptarla a la era de las redes sociales, que nuestros estrategas de entrecasa han tratado de reproducir “a la argentina”.
El tano ha mirado bien (para EEUU y Europa, sobre todo), pero con un speech que no pasa de ser voluntarismo simpático y de lectura cómoda, aplicable a la hora de presentar la superficie del momento político que atraviesa nuestra Patria, pero inútil para esclarecer las variables más profundas de la tragedia nacional.
Toda esta monserga como introducción a la idea central de mi análisis que bien podría sintetizarse en el viejo refrán español: “La culpa no es del chancho, sino de quien le da de comer”. Porque en la semana hubo muchas, acaso demasiadas, evidencias de las manos que alimentan a nuestro porcino de cabecera. Y no sólo con vituallas y metálico: también (y, sobre todo) con mimos y halagos, porque, “a la final”, Mister Piggy tiene más ego que expectativa de vida.

Impolutos
Algunos de los dedos que quedaron pegados estaban evidentemente sucios, aunque querían posar de inmaculados. Lo evidenció el debate del Proyecto de Ley de Ficha Limpia que tenía media sanción en Diputados y se trató el miércoles en el Senado, en una sesión de más de diez horas, en la cual se propalaron una sarta de idioteces y se justificaron una serie de inequidades pero, claro, con circunspección y absoluta solemnidad.
La meneada ley era, a todas luces, un mamarracho dirigido y destinado a proscribir a Cristina Kirchner… y, acaso también, a ordenar lo que el sector macrista del poder quiere consolidar que es el gobierno de sus jueces. El gorilismo reloded en su conjunto, intentaba(otra vez y van…) reponer el decreto ley 4161 de 1956 que prohibía “la propaganda y los elementos de afirmación ideológica peronista, incluyendo los nombres de Perón y Evita, así como la reproducción de sus imágenes”.
Tan era así que casi todos los oradores de la derecha fatua, las y los que empujaban con desesperación la sanción de la ley sin que se le modificara ni una coma, expresaban razonamientos similares a éste de la senadora Edith Terenzi, de la provincia de Chubut “La ley que hoy vamos a sancionar no es la que todos pretendemos. Hoy es la ley posible. Hay una media sanción en la Cámara de Diputados: hay que aprovecharla. Hay tiempo legislativo que se utilizó para este trabajo de Ficha Limpia: hay que aprovecharlo y necesitamos validarlo hoy”. El subtexto, claro, era “saquemos a Cristina de la cancha, dejémonos de joder”.
Fueron muchos los que sostuvieron ese “apuro”. Muchos los que se manifestaron absolutamente “insatisfechos” con la letra de un proyecto de ley que, si en realidad fuese “de sentido común”, como la definió la senadora santafesina Carolina Losada (precisamente ella que, durante la campaña 2023, acusó al actual gobernador de su provincia de vínculos con el narcotráfico), debería haber incluido delitos como el abuso sexual, contrabando, pedofilia, lavado de dinero y tráfico de drogas entre otros.
Incluso las adicciones, como lo dejó claro Anabel Fernández Sagasti, senadora por Mendoza, quien reclamó “nariz limpia. Nosotros queremos un examen toxicológico a cada candidato o candidata una vez oficializada su candidatura”, en línea con lo planteado por este Panorama un par de domingos atrás, cuando exigimos que “quienes deciden sobre nuestras vidas no padezcan de algún tipo de consumo problemático”.


Cal y arena
De todo, como en botica, hubo durante las más de 10 horas de tratamiento de Ficha Limpia. Intercambio de acusaciones; interrupciones a los gritos, veladas amenazas y hasta alguna síntesis muy certera y adecuada que llegó de la mano del puntano Fernando Salino, uno de los que, a fines de marzo último, rompió con el bloque de UxP y conformó Convicción Federal. “Voy a revisar mi entorno -arrancó ironizando-porque algunos acá hablan con los vecinos, con los amigos, y les piden Ficha Limpia. A mí me piden empleo, mejores salarios, resolver la falta de derechos, los problemas de inclusión”.
Con aplomo, lucidez y una calidad discursiva bienvenida en un cuerpo de legisladores que, en una notable mayoría, lee sus discursos (lo que está prohibido) y se equivoca, este hombre del riñón de Alberto Rodríguez Sáa (insospechado de seguidismo cristinista) puso las cosas en el lugar que debían estar: “Acá hay solamente dos elementos, no se pueden agregar otros y están siendo despreciados los dos: la Constitución y el elector. No puede haber otra cosa en el medio (…) seguimos involucrando terceros que vician la voluntad del elector, que acá está profundamente despreciada en todo el debate. Estamos bárbaro con el predicado, le falta el sujeto. ´No, porque hizo tales cosas y volvió a ser senador´. ¿Y por qué volvió? ¡Porque lo votaron! ¡No pueden ignorar la soberanía del voto popular!”.
Listo. Kaputt. The End. Fine. Ciao, diría el neurasténico fotofóbico. Un papelito no puede ser barrera contra la voluntad popular. Ni reformar la Constitución nacional. Ni hacer trizas la República. Ni entregarle, finalmente, todo el poder a una Justicia que no es ecuánime ni justa.
Pero faltaba, aún, uno de esos momentos paradigmáticos, donde la naturaleza hipócrita de toda esa mise en escene para sancionar la Ley de Ficha Limpia quedó expuesta. Ese hito corrió por cuenta y cargo del senador Eduardo Vischi, correntino, adlátere (por no decir cómplice) del gobernador Valdés. El mismo legislador que, hace un par de meses, propuso la creación de una Comisión Investigadora de la Cripto Estafa, habilitó con su firma el tratamiento de la misma y luego, en el recinto… ¡votó en contra de su propio proyecto!”.
Ese senador lábil como promesa de Milei, dijo en el debate que este proyecto de ley de Ficha Limpia venía a reparar uno de los problemas más graves de la política que es la pérdida de la confianza. “Cuando la ciudadanía pierde la confianza se genera un vacío -sentenció con una cara de póker que le hubiese envidiado el mismo Máverik-. Ese vacío después se termina llenando con autoritarismo, con antipolítica… con cinismo”.
¡Con Cinismo! Un tipo que presentó un proyecto para investigar a la yunta presidencial y luego lo votó en contra, apela a la idea del cinismo con una cara que sólo podría comparar con la dureza de un raviol de bulones, un sandwich de adoquines o el estado de salud de una parte de los dirigentes que vemos a diario gobernando. Hay que ser mucho más que cínico para hacer lo que ha hecho Vischi y decir que “el vacío de la política se llena de cinismo”. El epíteto lo elige usted.

Hecatombe
Luego de los consabidos cierres, con más o menos cintura política y en un clima donde el PRO y los radicales, esos que le dicen a los peronistas “tienen razón, pero no podemos votar junto con ustedes” (alguna vez tendrán que hacerse cargo de todas sus defecciones por ese sentimiento goriláceo, de Amadeo Sabatini hasta Martín Lousteau, pasando por Ricardo Balbín, y de las consecuencias, horribles en algunos casos, de esas apostasías) se tiraban pedos de colores, sobrevino la votación y, entonces… ¡Sorpresa! Los votos que tenían contados no fueron. No alcanzaron los 37 necesarios y a llorar al campito.
Quedará, de ese momento histórico (muchos de los que empujaban el proyecto decían, en sus discursos, que estaban haciendo historia, sin saber aún lo definitivo de aquellas palabras) las caras de desazón del macrismo y el radicalismo, la falta de sorpresa en los rostros de los libertarios y el festejo de algunos peronistas que bajaron del recinto cantando y bailando como si hubiesen ganado otro mundial.
Dos senadores misioneros, Sonia Rojas Decout y Carlos Arce, tributarios del poder de Carlos Rovira (señor feudal de Posadas y zonas de adyacencias y jefe de toda la política con gusto a yerba mate y chipá), votaron en contra del proyecto que, según el jefe de la bancada PRO, se habían comprometido a acompañar. A partir de ese momento, de esa derrota porno alcanzar la mayoría absoluta de la mitad de la Cámara más uno, nace el jardín donde los senderos se bifurcan.
Algunos hablan de un pedido personal del Presidente al capanga misionero con el fin de no otorgarle al PRO un triunfo contundente una semana antes de las elecciones porteñas. Otros dicen que el dueto Milei-Milei teme por el avance de la causa por la Cripto Estafa y que la ley se haga boomerang. El propio Rovira les habría confesado que recibió un llamado desde la Rosada para dar vuelta el voto de los suyos… El Papadas no es capaz de una estrategia tan sutil. Su mirada lineal de la política, su ignorancia sobre las reglas de ese juego y su brutalidad a toda prueba lo inhiben de una acción así de fina.
Se la dictaron. Se la soplaron al oído. Detrás de los ladridos de Conan, los murmullos de Olivos y los chismes, surge como una ola la idea de un poder económico que se la tiene jurada a Mauricio Macri y que ahora trabaja para desterrarlo de la Ciudad Autónoma, así como el Calabrés, otrora, intentó escupirles el asado de los negocios y hasta los hizo pasear sus humanidades por los calabozos de Comodoro Pi (que al decir de algunos parroquianos tienen concentrado olor a orines desde la década del 90).

La caída
Si el próximo domingo la dinastía Macri cae en el Principado Autónomo de Santa María de los Aires Viciados (hay olor a pis y ainda mais), el PRO dejará de existir. Como un globo amarillo demasiado inflado que estalla. Como un mal sueño. Como una pesadilla siniestra. Y eso puede pasar. Es más: estaría al borde de pasar.
Se nota en la cara desencajada de Mauricio que asiste a notas periodísticas dopado de gotas para dormir, aunque sea un poco; en sus declaraciones sobre el seguro triunfo de Santoro (con su propia candidata al lado) y en el memorable momento televisivo que se vivió en las pantallas de TN, canal al que había concurrido Silvia Lospennato a celebrar lo que ella consideraba una victoria segura, luego de tener algunos inconvenientes para instalarse en el Senado. La mudanza de su cara de victoria, a la de la rabia más profunda pasando por la sorpresa infinita y culminando en el dolor de la derrota, todo en menos de un minuto dicen, está siendo estudiada en el Actors Studio y podría constituir el ejercicio final para poder egresar de la mítica academia de Lee Strasberg.
Al día siguiente llegaron las denuncias. Las amenazas. La ruptura. El dolido mensaje de Lospennato al presidente advirtiéndole que se sentía defraudada. El terror de ser relegados en los comicios del domingo por un pastenaca del tamaño de Manuel Adorni. Y, también, el gran signo de pregunta: ¿Hay vida para el PRO luego de perder su ciudad insignia? ¿Existirá algún dirigente del amplio campo de la derecha nacional que no salte a los brazos de Milei en cada rincón de nuestra patria? ¿Habrá culpables, responsables, señalados? El Primo Macri, con cierto temblor en el labio superior izquierdo, estaría pidiendo por favor que lo devuelvan a la intendencia de Vicente López.

El León Verdadero
Papam habemus et ipse noster est. Y no me venga con que no entiende latín, tan en boga en estos días. León XIV fue elegido para ocupar el lugar de Pedro. Robert Prevost, nacido en Chicago, Estados Unidos, pero atado a Sud América por casi 40 años de labor pastoral en Perú, en donde entre 2018-2023, ocupó el cargo de vicepresidente y miembro del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Peruana. “Si se me permite también una palabra, un saludo (…)en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe” dijo, en su primer mensaje.
Quizá la mejor manera de definirlo se inscriba en las palabras de una monja que compartió su tarea eclesiástica. “Fue en Chiclayo, en el norte del Perú, donde empezó a escribir su verdadera historia. Allí lo esperaban barrios humildes, rostros cansados, iglesias sencillas y una fe que resistía la pobreza y el olvido. Y allí decidió quedarse. Fue, simplemente, el padre Robert. Chiclayo no lo miró como forastero. Lo abrazó como a un hijo. Y él respondió con entrega total”, dijo la religiosa.
Probablemente Francisco haya visto eso que Prevost emanaba cuando decidió llevarlo al Vaticano y convertirlo en Prefecto del Dicasterio para los Obispos y elevarlo al rango de cardenal obispo, una de las dignidades más altas del Colegio Cardenalicio. O acaso la tarea pastoral de este misionero de la orden de San Agustín (el primero en llegar al papado) que eligió nacionalizarse peruano, marcando así su cercanía con su grey.
El próximo domingo 18 de mayo será consagrado Papa este hombre de 69 años que representa una gran incógnita, ya que algunos ven en él a un político que continuará el legado de Francisco, otros un hábil diplomático de perfil bajo y mano suave pero férrea… acaso lo más importante sea que Steve Bannon, la cabeza más clara de la ultraderecha internacional, haya manifestado que la elección de Prevost es “lo peor que le podría haber pasado a la Iglesia” y preanuncie un cisma. A mí, con esa advertencia me alcanza para ponerme del lado del Papa.


Adversidades
La escena es entre patética y estúpida. Enterado Milei de que el nuevo Pontífice había decidido llamarse León XIV (por León XIII, que fue el autor de la encíclica Rerum Novarum, según lo dijo él mismo), de inmediato mandó a confeccionar una imagen en IA. En un atavío papal se puede ver la cabeza del león con la que el Papadas intenta se lo identifique y sobre la imagen la leyenda “Las Fuerzas del Cielo han dado su veredicto de modo claro. No más palabras, señor juez. Fin”. Sólo faltó el Beto Brandoni mirando con cara de sobrador desde dentro de un auto y diciendo “Ahí lo tenés al pelotudo”, para que el cuadro se completara totalmente.
Claro que esa no fue la única idiotez de nuestro presidente a lo largo de la semana. Disertó en un foro industrial y dijo que los trabajadores le pagan con su tarea a los empresarios los pesos que se llevan. Denunció penalmente a tres periodistas luego de pasar casi 6 horas en el streaming del jefe del Brazo Armado de las Fuerzas del Cielo, a quien le preguntó por la lista de periodistas que tenía que “meter presos”. Y está jugando al Tin Marín de do Pingüé para elegir a los dos funcionarios que lo acompañarán a Roma, ya que desde el Vaticano le extendieron sólo 4 invitaciones y dos son para él y su Primera Hermana.
Todo esto en una semana en donde los números no parecen ayudarlo. Las reservas del Banco Central perforaron el piso de 38.000 millones (perdió casi 1.300 millones, algo así como el 20% de lo que recibió “vivo” del nuevo préstamo). La proyección es que “la esperanza verde” dura poco y “el Toto de la Champion” no encuentra mejor idea que pedirle a “la gente” que saque los dólares del colchón, prometiéndole que nadie les va a preguntar cómo los consiguieron.
Es en ese momento, precisamente, cuando surgen dos preguntas:
1.- Si tuviera o tuviese un puñadito acobachado, luego de mucho esfuerzo y sacrificio, y todavía no hubiera o hubiese tenido que gastarlo: ¿por qué habría de usarlo justo ahora para consumir en la Argentina del dólar más planchado que el pelo de Yuyito? O sea, digamos: ¿por qué debería comprarme un automóvil que cruzando una frontera me cuesta 10.000 dólares, acá, en esta patria de inflación verde en donde el mismo automóvil me cuesta 20 grandes?
2.- ¿Si Caputo, Macri, Sturzenegger y los 40 ladrones tienen sus fortunas en cuentas offshore y no los traen, por qué motivo debería gastar yo mi pequeño fajo atesorado con tanta constancia y esfuerzo?
Además, YPF dio pérdidas. Sí. Así como lo lee. Por primera vez en 20 años, la gestión mostró un déficit de 10 millones de dólares. Mucha publicidad. Mucho sobre para pocos, saliendo de la misma caja. Mucho Caputito haciendo su propio negocio… Y las acciones, ¡Pum… para abajo! Un 24% de caída.
Tampoco los datos de las encuestas en la Ciudad Autónoma y en la Provincia de Buenos Aires le sonríen. El trabajo realizado por Circuitos, la consultora de Pablo Romá, un especialista serio, perfil bajo, sin chalinas y sin humo agregado, indica que LLA perdería en CABA contra “Es Ahora Buenos Aires” y en Provincia contra Cristina Kirchner que le llevaría 7 puntos al candidato Espert; igual la investigación de Proyección Consultores, la empresa de Manuel Zunino y Santiago Giorgetta, dos jóvenes talentosos y muy profesionales que, a la hora de los bifes, también le dan ganador a Leandro Santoro.
Pero lo que acaso marque la debacle total sea la noticia de que, a partir de la proyección de El Eternauta, se han sextuplicado las consultas por identidad a Abuelas de Plaza de Mayo. A ver, explicame ahora que la pelea no es de sentidos. Hay que cuidar más los símbolos que las listas. Lo aviso porque también esta semana, justo en el día en que se recordaba el natalicio de Evita, el vocero de adorno, con sorna y absoluta falta de respeto, anunció el cierre del Instituto Nacional Juan Domingo Perón, declarado “monumento histórico” por la ley 26367.

Triturados
A esta altura de la semana y de las operetas, se hace evidente que hay algo detrás de la política, algo que se cuela como la nieve venenosa en nuestra democracia liberal, y la adormece, y la acota, y la acorrala. Un poder mayúsculo detrás de la tibia gestión de una dirigencia sin reflejos, ni voluntad, ni ideas que, salvo en unos pocos casos, se conforma con preservar el carguito, un sueldo y alguna prebenda módica como que le paguen el celular o le presten un auto con chofer.
Pero las cosas no están bien. Y entonces Milei estalla (le avisan que estalle). La violencia se enseñorea. La locura manda. Y el berrinche muda el foco de atención para que los que alimentan al chancho, en todos los sentidos que implique alimentar, hagan sus negocios pertinentes, fuguen lo que tienen que fugar, trafiquen con información privilegiada y algunas otras drogas, todo como para que la provisión de vituallas y caricias al cerdito tenga algún retorno. Por eso, hagamos como si esta nota fuese una sinfonía: ejecutemos da capo a fine y volvamos al principio. Porque gracias a la ingeniería del caos, gracias a esa manera de armar agrupando de a pedacitos antagónicos pero voraces en los extremos, siguen gobernando: el porcino y, sobre todo, sus engordadores. Dice el personaje de Favalli en un momento de El Eternauta: “la brújula está bien, lo que está roto es el mundo”… No, Tano querido y entrañable, ¡no! Lo que está roto es la política.

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