Marzo dejó otra caída en los ingresos y el empleo formal continúa en retroceso

La pérdida de puestos se concentra en sectores que generan casi la mitad del empleo formal, como industria, comercio y construcción.

Los bolsillos de las y los trabajadores registraron una nueva pérdida frente a la inflación durante marzo, mientras los indicadores del empleo formal no logran recuperarse. Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) reflejó que los sueldos quedaron muy por debajo del avance de los precios: mientras el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en 3,7%, las paritarias apenas promediaron un 1,9%.

“Con la política de no homologación por encima de la pauta fijada por el gobierno, los acuerdos salariales quedan muy por debajo de la inflación”, advirtió el director del CEPA, Hernán Letcher. El centro de estudios anticipó que la situación podría empeorar en los próximos meses. Para abril y mayo, proyectan subas salariales promedio del 1,5% y 1%, mientras que la inflación se mantendría cerca del 4%.

A este deterioro del poder adquisitivo se suma un retroceso sostenido del empleo formal en el sector privado. Según datos oficiales del SIPA, en enero se destruyeron 8.842 puestos registrados, cortando la tendencia de recuperación que se venía observando desde mediados del año pasado. Desde la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, el saldo es negativo: ya se perdieron 173.524 puestos de trabajo formales asalariados.

Del total, 124.010 pertenecen al ámbito privado y 49.514 al sector público. En la comparación interjurisdiccional, 14 provincias registraron caídas en el empleo en enero. La Ciudad de Buenos Aires encabezó la nómina con una pérdida de 5.302 puestos, seguida por Salta con 999. En cambio, Catamarca (+2.451) y San Juan (+736) mostraron cifras positivas.

Para Matías Maito, director del Programa de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo de la UNSAM, “la leve caída se va a mantener en los próximos meses” como consecuencia del ajuste, la inflación y la parálisis productiva.

En esa línea, los pronósticos para los meses siguientes tampoco ofrecen señales alentadoras. La estimación del CEPA proyecta una contracción del empleo privado del 0,05% en febrero, del 0,02% en marzo y del 0,04% en abril. Si bien el sector de la construcción dejó de desplomarse, continúa mostrando un comportamiento errático. Por su parte, la industria sigue recortando personal y se consolida como el núcleo más afectado del entramado productivo.

El problema, explican desde los centros de análisis, es estructural: los sectores más dinámicos del último tiempo —como agricultura, minería y pesca— apenas representan el 7% del empleo privado formal. En contraste, los rubros más golpeados —industria, construcción y comercio— concentran el 45% del total.

Mientras el Gobierno avanza con su programa de ajuste y apertura económica, los indicadores reflejan un mercado laboral cada vez más precarizado, con mayor informalidad y pérdida de poder adquisitivo. Todo en un escenario donde las políticas públicas parecen alineadas con los intereses de los sectores exportadores primarios, dejando sin respaldo a quienes sostienen la mayor parte del empleo en el país.

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