Prohibido para cagones

Foto de Carlos Brigo.

Foto de Carlos Brigo.

“Esa imperiosa necesidad de culpar a los otros,
que es patrimonio específico de los corazones inferiores”
Horacio Quiroga

Definitivamente derrumbados los límites impuestos por la correlación de fuerzas; taxativamente demolida la teoría del posibilismo político, Javier Milei clavó dos jueces de la corte por decreto simple y sugirió la intervención federal de la Provincia de Buenos Aires en una semana que, a otro presidente, lo tendría contra las cuerdas y remiso a tomar decisiones.

Como si esto fuera poco, nombró al embajador en los Estados Unidos sin acuerdo del Senado e instauró una comisión para “auto-investigarse” por el cripto-gate presidida por una persona de su más estricto riñón: María Florencia Zicavo, jefa de Gabinete del Ministerio de Justicia quién, entre sus pergaminos, cuenta con el de haber vaciado la CONADI para, de esa manera, ralentar y obstaculizar la búsqueda de los bebés apropiados durante la dictadura cívico-eclesiástico-militar. “Nadie se cree culpable si es él su mismo juez”, sostenía Séneca.

Unite a la comunidad

El show de ayer en el Congreso, una mala remake de Fiebre de Sábado por la Noche (ni Milei es Travolta ni Karina sabe bailar), merece un desarrollo que produciremos más adelante en la nota.

Pero es bueno dejar en claro, de arranque, que de esa Argentina institucional y republicana que alguna vez conocimos los que peinamos canas, no quedan ni los flecos.

Que las reservas en dólares se hundan (estamos debajo de los 28.000 millones), que el riesgo país haya crecido a casi 800 puntos, que el verde “bleu” (qué poético, ¿no?) no pueda plancharse a pesar de los cientos de millones de dólares que utiliza Caputo con ese objetivo (el viernes, sin ir más lejos, el Banco Central vendió alrededor de 600 palitos), quela bolsa y los bonos hayan tenido su peor mes en lo que va del gobierno (perdieron casi 17% en dólares), que la prestigiosa revista Forbes diga que el affaire $Libra es “el robo cripto más grande de la historia” y el New York Times tenga el tema en su tapa asegurando tener pruebas de la estafa; que la caída del consumo interanual sea de 11 puntos, que la Salud hizo una marcha federal de protesta masivay que los mercados lo esperen con el cuchillo entre los dientes parece no hacer mella en este verdadero energúmeno que, con sus maniobras disuasorias y el ejercicio brutal de esas herramientas de las que goza un mandatario, nos recuerda que la Argentina es un país eminentemente presidencialista en donde el pueblo aprecia el uso del poder y detesta a los cagones.

Moviditos, como clase de zumba, los últimos días han transcurrido entre el vértigo gubernamental por recuperar la agenda perdida y la necesidad de la oposición (la de verdad, no la de cebita) de mantener viva la brasa de la estafa presidencial mientras el sistema de partidos políticos parece deslizarse hacia una implosión que lo haga añicos y así ofrendarnos unas elecciones de medio término que, probablemente, sean más fragmentadas que las de 2001; cuando el voto popular marcó el principio del fin del gobierno de Fernando de la Rúa y su excursión en helicóptero al país de nunca jamás. Seguramente, de Milei no se podrá decir que “es aburrido”. Pero eso no lo exime de los golpes de furca ni de los errores auto infringidos que, el día que ya no les sirva más a los que hoy medran a lo pavote con su delirio mesiánico (cosa que empieza a notarse)lo van a arrastrar al cadalso sin metáfora. Un presidente que pareciera operar en espejo con nuestros pueblos originarios(esos que tanto detesta) durante la conquista: los adelantados (los grandes empresarios, los jugadores transnacionales y los timberos cripto) le dan espejitos de colores y él les entrega el oro: metafórica y fácticamente.

Sin sorpresas

Si algo hay que reconocerle al Psiquiátrico es que, como reflexiona el personaje de Polonio en la pieza teatral Hamlet, “Hay método en su locura”. Porque el tipo no se entrega. No se sabe bien si por desesperación o por inconciencia. Dispara hacia adelante. A tropezones, pero avanza en algunos objetivos que, por supuesto, poco tienen que ver con lo prometido en campaña pero… nada, cuenta con la red del pésimo gobierno social demócrata de Alberto Fernández y Cía. Y la pelea entre el ego y la razón que ocupa a los sectores populares, lo que le ofrece una suerte de margen cuyos límites aparecen difusos.

La apertura de sesiones ordinarias del Congreso (¿por última vez? ¿Terminará, Milei, cargándose al Poder Legislativo?) en horario central de TV del sábado por la noche no fue más que una repeticion de mensajes anteriores (en la forma, en los datos falaces, en las mentiras explícitas y en la incapacidad de recorrer el texto de manera más o menos eficaz: “No sabe leer”, diría el Diego).

El anunciado show de Patricia Sosa brilló por su ausencia (deberían haber colocado afiches con la banda de “suspendido”). Parece que la cantante arrugó porque se había filtrado la millonada que iba a cobrar. Y no hubo tiempo de arreglar con cualquiera de los Calamaro. ¿O fue un gancho fake para levantar un rating que no pasó de los 5 puntos?

Milei entró al Congreso al son de la marcha “Avenida de las Camelias” que, para los que tenemos muchos años, era algo así como la señal de que había habido un golpe de Estado. Siempre que los militares volteaban un gobierno civil, las radios y la TV sólo ponían esa marcha. Y todos sabíamos qué había pasado.

Lo recibió una Victoria Villarruel de medio luto, con un crespón negro en el pecho. Frialdad y pase corto entre la fórmula presidencial. Y el adolescente eterno garabateando “Viva la Libertad Carajo” en el libro sagrado de las rúbricas presidenciales. Saludos. Claque. Los balcones llenos de virgos tetones libertarios. Yuyito con sus suegros. Lule Menem con una sonrisa de “no saben la que me estoy llevando”.

Un speech con mucha hojarasca ante un hemiciclo casi desocupado. Para la construcción performática del constructo discursivo de Milei es como un estreno a media sala. Tampoco lo vio mucha gente por la tele. Pero ese vacío tiene que estar haciendo ruido por allá afuera. Sobre todo cuando se hizo más que evidente que el FMI le pidió el aval del Congreso para un nuevo acuerdo.

Con un traje que le chingaba y los anteojos a media hasta, el Presidente aseguró que habían roto “la calesita”, pero no explicó que la cambiaron por una bicicleta flamante que fue lo único que viene funcionando en los últimos días. Tanto que, mientras se auto halagaba por su “plan económico”, cada vez que lo enfocaban a Toto Caputo parecía que estaba sufriendo.

Con una cámara casi clavada en un sector de los legisladores, una Lilia Lemoine vestida de varón que hacía recordar ligeramente a los buenos tiempos de Claudia Bello, aunque con menos clase, gusto y, claro, política, el Presidente desgarraba su alocución haciendo un alto cada más o menos 1 minuto promedio para ser aplaudido por una claque evidentemente paga (pocos podrían estar ahí sin el aval del Papadas). La nueva Corte Suprema parecía paralizada. Sólo García Mansilla tenía algún gesto. El resto, sobre todo Rosenkrantz y Rosatti, eran muñecos del Museo de Cera de Madame Tussauds.

Varias mentiras brutales como la de haber eliminado la pauta periodística cuando es público y notorio que YPF le pagó 350.000 dólares a la productora de Jony Viale para el fallido reportaje. Los mismos anuncios crípticos de simpre: más reforma del Estado, más reforma laboral, más recortes salariales y la falsa promesa de una Argentina mejor… para los que sobrevivan.

Todo fue un flashback de lo mismo. La risa idiota celebrando sus propios chistes; la pelea con Manes porque no tenía otro con que pelearse; el proyecto de abandonar el Marcosur y comerciar con EEUU; la baja de la edad de imputabilidad y el aumento de penas (no ha dado resultado en ningún lugar del mundo), el ataque al Congreso luego de pedirle que lo acompañe con el acuerdo con el fondo y una sola novedad: su pelea con Clarín, medio al que prácticamente acusó de haberse caloteado 30.000 palitos verdes. El inefable Patricio Barton tuiteó al respecto: “La pelea con Clarín tiene un sponsor: Starlink de Elon Musk”. Síntesis perfecta.

Perlita de cierre: cuando finalizó el discurso formal, en medio de las ovaciones pagas, Victoria Villarruel se apuró a dar por finalizada la sesión. Milei giró furioso y le dijo: “No terminé. No te apures”, y pasó a griatr “Viva la Libertad Carajo”. Fin.

Hacer la Corte

La estrategia fue de libro. Casi podría decirse, en su defensa, que “el que avisa no es traidor”. Y se los dijo. De todas las formas se los dijo. Les avisó con palabras y con gestos. Que el período de extraordinarias concluyera 3 días antes del inicio de ordinarias 2025 era la señal más importante de que, si no les aprobaban los pliegos a sus jueces, los iba a mandar por decreto. Y lo hizo: entre gallos y medianoche, con un comunicado de prensa antes que la norma propiamente dicha,Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo fueron ungidos al Olimpo del último reservorio de la Monarquía republicana que es la Corte Suprema (el nombre y el hecho de que los magistrados reciban el título de Su Señoría me eximen de más comentarios).

Y uno se pregunta: ¿no podrían haber armado una jugada en la Cámara alta? ¿Mentirles que los iban a acompañar y, una vez en sesión, rechazar las postulaciones? Si un senador puede presentar un proyecto y luego votarlo en contra, una engañifa así sería un juego de niños a esta altura. ¿O hay algo más? ¿Le temen a Milei; a sus reacciones destempladas; a su ferocidad? ¿O tiemblan por lo que podrían hacer los mandantes del Presidente? ¿Quién le pone el cascabel al gatito mimoso? ¿Y a sus patrones?

«Si en el actual contexto (…) el presidente Milei designa a dos jueces en comisión, estaremos ante jueces de facto que usurpan el cargo atentando contra el orden institucional y el sistema democrático«, estalló el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, quien aseguró que “el decreto 137/2025 es nulo de nulidad constitucional absoluta e insanable y además, inconstitucional por cuanto no se verifican las circunstancias excepcionales que la Constitución exige para el nombramiento de jueces en comisión”.

Raúl Zaffaroni, por su parte, advirtió que “Los jueces de la Corte van a firmar junto con personas que no están nombradas constitucionalmente, lo cual constituye para los que no están nombrados una usurpación de funciones” y remató el aviso señalando que “Puede representar sentencias nulas en algún momento”, atento a los cambios que se producen en el Poder.

Jueces del Poder

De nada han servido las advertencias de los académicos, los jurisconsultos ni tan siquiera de los ardientes editorialistas de la “Tribuna de Doctrina” que le indicaron con precisión y alevosía a la Corte qué debía hacer en estecaso e, incluso, le ofrecieron algunas tangentes leguleyas para salir del brete. ¡De nada!

Menos de 24 horas después del decreto presidencial, en un acto urgente, escondido casi como una travesura, hicieron jurar de apuro a Manuel García Mansilla. Tan es así que dicen que el ahora cortesano esperaba en un café cercano al Palacio de Tribunales que le avisaran. En cuanto recibió el mensaje, subió al trotecito. Ni su familia estuvo en la jura.

Lijo, sin embargo, deberá esperar hasta después de los carnavales. Porque es un juez resistido por venir de la mano de la política. Porque está más flojo de papeles que un Taunus de 1978. Y, muy probablemente porque su nombramiento es un corso a contramano.

Y hablando de Lijo, hombre que tuvo 33 impugnaciones a su postulación como juez de la Corte y que, cuando se presentó para juez federal tuvo 350 cuestionamientos, cuentan algunos memoriosos que allá por los estertores de los años 80s, cuando ingresó en el Poder Judicial siendo aún muy joven, en los pasillos de la defensoría donde trabajaba se comentaba que, además, tenía un contrato con el área de deportes del municipio de la Ciudad de Buenos Aires.

Razones suficientes hay, entonces, para que estos nombramientos caigan. Pero, entre los observadores, existe una tendencia a pensar que todo esto va a pasar de largo como tantas otras de las barbaridades institucionales y políticas de un Presidente que juega en los bordes (cuando no afuera de los límites) y no se inmuta. Porque tiene el respaldo de una porción del electorado al que le cuesta admitir su error y acaso, tampoco encuentra a donde mudar su voto y porque en el caso del juez Ariel Lijo cuenta también con algunos sustentáculos poderosos, como el de una CGT que, si bien no acuerda con el método para encumbrarlo, adhiere a su desempeño judicial y confía en la excelencia de su juicio (?) lo mismo que de algunos senadores como Juan Manzur, flamante secretario de Culto del PJ (¿será por su vieja relación con los Lubavitch?) quien operó bastante entre sus compañeros de bancada buscando respaldo para su nombramiento.

Perfil

Ahora bien: ¿quién es García Mansilla? Para definirlo se podrían utilizar tres construcciones adjetivantes: ultra conservador,pro empresariado y anti republicano. Aunque también se podría agregar que es falso como moneda de plastilina. En septiembre de 2023, en un artículo publicado por el diario La Nación con el título “La doctora Figueroa y la Constitución Nacional”, el recientemente juramentado juez de la Corte subrayó “En el marco del sistema de control recíproco entre poderes del gobierno federal que establece nuestra constitución, el presidente no puede nombrar por sí solo a ningún juez federal”. ¿Antes sí y ahora no, amigo?

No es esa la única “mancada” de este hombre que borra con el codo lo que escribe con la mano. En agosto de 2024, durante su audiencia ante la Comisión de Acuerdos del Senado, Manuel García-Mansilla sostuvo que “visto el impacto que tuvo el decreto 83 en la opinión pública (con el que Macri quiso nombrar a Rosatti y Rosenkrantz en la corte) no hubiera aceptado” ser designado en comisión porque “más allá de que la Constitución lo prevé hay un gran sector de la población que, con buenas razones, resiste ese tipo de decisiones del Presidente”.

Estas y otras contradicciones parecen estar salvadas por su pertenencia a un sector fuerte de la economía como es el Petrolero.Sus últimos 20 años en la profesión han sido dedicados casi exclusivamente a la defensa jurídica de empresas hidrocarburíferas, según el análisis de sus antecedentes que hizo un grupo de ONGs.Es director Ejecutivo de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), que agrupa a Total Austral, Chevron, Pluspetrol, Equinor, Shell y Exxon con lo que, por primera vez, un juez de la Corte será alguien que ejerza la representación institucional de un sector clave en la economía nacional.

García Mansilla se ha manifestado, además, contra “la jerarquía constitucional de los tratados internacionales de DDHH y el valor de los pronunciamientos de los organismos internacionales de protección de derechos humanos” así como contra los “nuevos derechos y garantías” incluidos en la Reforma Constitucional de 1994, entre los que se cuentan los medioambientales y los de usuarios y consumidores.

Finalmente, el nuevo cortesano en comisión se ha pronunciado encontra de la presunción de constitucionalidad que rige sobre cada ley aprobada por el Congreso. Como explica la periodista Noel Barral Grijera, en sus redes: “García Mansilla, en un artículo de 2014 titulado “¿Presunción de Constitucionalidad o Presunción de Libertad?”, sin dar vueltas, escribió: “Resulta imperioso abandonar la presunción de constitucionalidad”. Es decir, más poder para los jueces y menos para el Congreso. ¿Te suena?”.

Todo esto indica el porqué del apuro en hacerlo jurar: lo puso el poder económico. Lo pusieron los negocios: los actuales y los futuros, esos que vienen a hacer las empresas transnacionales a la Argentina de Milei. Lo pusieron para que, con su cara de villano de película muda, ayude en el saqueo que proyectan. Y ahí lo van a sostener, cueste lo que cueste… caiga quien caiga.

En defensas propia

Si el Senado logra rechazar los pliegos de estos magistrados “en comisión”, seguramente se desatará una nueva crisis institucional ya que, probablemente la Corte se resista a soltarles la mano (al menos a García Mansilla) y eso significa el inicio de la sorda batalla que ya muchos entreveen en la hojarasca de millones de tuits, videos de Instagram y memes de Tik Tok: El Mercado y parte de la Justicia contra la Democracia Republicana.

El tratamiento performático que Milei le ha dado a esta nueva apertura de sesiones y todos los aditamentos que la rodearon (desde la protesta en forma de ausencia de varios legisladores hasta la selección de imágenes por parte del gobierno) preanuncia que el nuevo círculo de poder podría estar pensando en un “fujimorazo” para más adelante (sobre todo si las encuestas para las elecciones de medio término no les dan) y, por qué no una reforma constitucional que deje abrochada a la Argentina para siempre de las decisiones de, por ejemplo, la Corte Suprema, institución “de privilegio” a la que sólo podrán acceder aquellos a los que el Gran Negocio Transnacional bendiga.

Por eso uno espera que los legisladores más inteligentes; esos que tienen el rodaje necesario para advertir esta movida que ya bulle aunque no haya alcanzado su exacto punto de cocción, hagan algo, aunque no sea más que en defensa propia. Y ese algo será comenzar a legislar a favor del Pueblo. Es imprescindible que en un plazo perentorio le quiten las herramientas que tan graciosamente le otorgaron a Milei: la Ley Bases y sus facultades delegadas, el decreto 70/23 y toda la panoplia de subterfugios para-legales que cree tener. Y que si a algún legislador, o a un pequeño grupo, se le ocurriese ponerse a tiro de coima (una práctica que ya está más que constatada en estos tiempos) sea el propio cuerpo el que reaccione, lo inhiba, lo aparte. Y, por favor, no confundan este pedido con la confianza que tuvieron algunos, otrora, de que la justicia se “auto depurara”. No. Es un grito de supervivencia. Una convocatoria a evitar la subversión del orden democrático no ya desde la izquierda sino desde una derecha sanguinaria, voraz y palaciega a la que no le alcanza con nada de lo que consiga.

Una reunión recoleta

Pocos días después de festejar su cumpleaños número 72 en San Telmo, Cristina Kirchner volvió a reunir a un puñado de amigos en el PJ, presentó el nuevo organigrama y distribuyó las 34 secretarías que lo conforman. Varias de éstas, entre quienes la habían acompañado en la íntima celebración de su onomástico: “Tere” García, Anabel Fernández Sagasti,Paula Penacca, Agustina Propato, Fernanda Raverta… sólo por citar los nombres más conocidos. Y no menos de una docena de los cargos partidarios para cuadros de La Cámpora.

Seguramente existen íntimas razones de confianza que movieron a la presidenta del Justicialismo a tomar estas decisiones. Y esa no es una cuestión menor en este momento de la vida institucional de baja intensidad del país. Como dice el periodista e ilustrador Juan di Loreto “Uno de los comienzos de la política no es la lealtad, sino la traición” y agrega: “Traicionar es parte de la lógica del poder”. Probablemente de eso debe querer curarse en salud esta Cristina que, aunque eluda la palabrita en público, ha comenzado a repetirla con frecuencia en privado.

Sin embargo, la lógica de replegarse sobre sí mismo es contraria a la que, históricamente, ha desarrollado el peronismo. Y tiene en Néstor Kirchner el último y acaso el mejor exponente de apertura e inclusión que, entre otras muestras de esto, fue el primer dirigente argentino capaz de construir un discurso para la fragmentación política y social existente en el momento de asumir la primera magistratura de la Nación.

No hay que extremar las cosas. El movimiento Peronista jamás ha sido ni excluyente ni sectario. Nuestro movimiento, por ser de una tercera posición, es movimiento de gran amplitud” les explicaba Juan Perón a los jóvenes “Pino” Solanas y Octavio Getino en la mítica entrevista que dio origen al filme “Actualización Política y Doctrinaria para la toma del Poder”. Y recordar, además, aquella parábola del conductor del Justicialismo cuando contaba “A mí se me presentan todos los días y me dicen: ‘Estos son los traidores’ y vienen otros y me dicen ‘Los traidores son los otros’. Y yo siempre les digo lo mismo, porque todos lo que vienen me dicen ‘¡Pero nosotros tenemos razón!’ y yo les digo ‘Tal vez, pero yo no soy juez, no estoy para darles la razón. Yo estoy para llevarlos a todos, buenos y malos’. Porque si quiero llevar sólo a los buenos me voy a quedar con muy poquitos”.

Seguramente apareceránácidas críticas a estas ideas que, en general, son tachadas de retrógradas, anacrónicas, vetustas… sobre todo por algunos recién llegados al Movimiento que, sin embargo, se sienten con el derecho y el deber de explicarle a todo el mundo qué hay que hacer y qué hay que pensar para ser un buen peronista.

Foto de Carlos Brigo.
Foto de Carlos Brigo.

Recuerdos del Futuro

Los partido políticos, de Derecha a Izquierda, están en plena convulsión. Ya aparecieron las tres cosas que nos avisan que estamos en un año electoral: la exacervación de la violencia en el Conurbano puesta en cabeza del peronismo (el último crimen de un joven de 21 años tiene imputada a una policía de la Ciudad de Buenos Aires); la promesa del PRO de CABA de que va a construir la línea F de subterráneos y… Florencio Randazo.

El juego de las Alianzas, sin PASO, está realmente descontrolado porque hay demasiados egos pugnando por un espacio que, en general, ha caido en el descrédito. Tanto que, si el voto no fuese obligatorio, probablemente más de la mitad de la población ignoraría las urnas el próximo octubre.

La derecha más rancia -con la extrema incluida- bailotea una danza de acercamientos y lejanías, con más recules que guiños en proyecto de desbarrancar hacia la fractura: la imposición de jueces por decreto y la inclusión de Lijo en el mini paquete aburrieron al Calabrés que dejó trascender su desacuerdo y su profundo disgusto por la situación. Macri sabe que en su entorno hay suficiente traición nervada como para que el cisma lo lastime, pero cree que es la única manera de que los dislates del libertario no lo arrastren. Y cuenta, además, con seducir al castigado Ramiro Marra y armarle una colectora amiga.

La novedad es la emergencia de una “derecha woke” en la que Horacio Rodríguez Larreta primerió pero que evidencia posibles aliados como Martín Lousteau & Cía y, por qué no, alguna parte del massismo de CABA. Este es un sector que promete probarse en las adelantadas elecciones de la Ciudad autónoma de Buenos Aires y, de alcanzar sus expectativas, pensar en una entente hacia las nacionales de octubre lo que no es para nada descabellado: si algo está claro es que del gobierno de La Libertad Avanza no se va a salir por izquierda.

Foto de Carlos Brigo.
Foto de Carlos Brigo.

¿Caseros o Cepeda?

El tímido temblor, la amenaza de tsunami módico que apenas pudo constatarse tras el lanzamiento del Movimiento “Derecho al Futuro” por parte de Axel Kicillof sirvió, sin embargo, para partir más las aguas del Mar Rojo aunque, seguramente, no era ese el objetivo del gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

Pero la adhesión del “albertismo rancio” y el aprovechamiento que esos cuadros dolidos hacen de los espacios mediáticos que hoy se les ofrecen, sumó dolores de cabeza a un gobierno que vive con cefalea de falta de presupuesto y migrañas de violencia e inseguridad repotenciada por diarios, canales y redes y ahora con el tremendo dolor de cabeza de que el Presidente intente generar condiciones para una intervención federal.

La boutade de Victoria Tolosa Paz de los últimos días, cuando aprovechó el micrófono que le alcanzaron para hablar del nuevo armado de Buenos Aires y terminó tratando de jubilar a Cristina, es el botón de muestra para augurar un devenir caótico en las tensiones que habitan al peronismo. Tensiones que se proyectan en la cizaña que metió un recién regresado al cristinismo, Sergio Berni, cuando dijo que él sabía cómo resolver el tema de la seguridad en 6 meses. Raro, estuvo 4 años al frente del área y hoy tenemos lo que tenemos.

Pero más allá de los cruces mediáticos y las chicanas, más propios de un programa de espectáculos que de una dirigencia política, la amenaza de intervención de la Provincia trajo una reacción esperanzadora, tanto de parte de los dirigentes más encumbrados del peronismo y sus adyacencias como de otros espacios democráticos: algunos radicales y hasta trasnochados del PRO que, tratando de llevar agua para su molino, esbozaron críticas altisonantes al intento de golpe institucional que insinuó Javier Milei con su pedido de renuncia al gobernador.

La decisión de Kicillof de instruir al asesor de gobierno para que, junto con el fiscal de Estado provincial formulen una denuncia penal para que se investigue la posible comisión de delito contra el orden constitucional y los poderes públicos; la contundente y sensata respuesta de Kicillof en conferencia de prensa, que cerró con una durisima invitación al Presidente: “le pido que no sea cobarde, que deje el Twitter, los delirios autoritarios, y se reúna a trabajar con seriedad en un tema tan importante y complejo” probablemente no sea del todo suficiente frente a la megalomanía de un hombre cuyos delirios de grandeza y narcisismo nublan cualquier razonamiento.

Por eso, además de los apoyos urbe et orbi que recibió el gobernador de parte de dirigentes y de los gobernadores de otras provincias, se hace imprescindible una respuesta contundente del pueblo bonaerense en su conjunto que hoy sufre los brutales recortes económicos de la Nación que, además, usa esa sangría para tratar de quedarse con lo que las elecciones le negaron.

Milei hace lo que quiere” suelen sentenciar preocupados tanto los que observan y analizan el devenir diario como los que, ajenos a casi todo lo que pasa, de todas maneras saben del crimen de Kim o de la “ola de violencia” en la provincia de Buenos Aires.

Si fuese así, es necesario que deje de hacerlo.

PD: esta nota se cierra mientras se anuncia una leve mejoría en la salud del Papa Francisco. Yo que ya me había olvidado de hincarme y decir mis oraciones como me enseñó mi madre, “rezo… rezo por vos”.

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