Mauricio Macri volvió a tensar la relación con Javier Milei en la recta final hacia las elecciones legislativas. En un encuentro con la cúpula del PRO en San Telmo, lanzó un mensaje que trascendió rápidamente hacia la Casa Rosada: «El 27 de octubre pasamos a la oposición».
El ex mandatario se mostró decidido a forzar un entendimiento que le garantice espacios de poder dentro del gabinete libertario. Su objetivo central es que el presidente designe a Federico Pinedo como canciller, además de ubicar a figuras cercanas como Guillermo Dietrich y Javier Iguacel en ministerios clave.
Uno de los dirigentes que habló con él fue contundente: «Fue un ultimátum a Milei». En paralelo, Macri también dejó claro que la jugada busca desplazar a referentes propios que negociaron en forma directa con el oficialismo, como Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro.
El pedido de cargos ocurre en un momento delicado para el Gobierno, que no logra mejorar su correlación de fuerzas en el Congreso. En ese contexto, voces cercanas al oficialismo relativizan la conveniencia de pactar con Macri: «Va a tener muy pocos legisladores, ¿Cuál sería el sentido de cerrar con Macri?», se preguntó un ex integrante del PRO.
Mientras tanto, el estratega Santiago Caputo explora otro camino: avanzar en un entendimiento con los seis gobernadores de Provincias Unidas, ofreciéndoles lugares en el Ejecutivo y hasta un cambio en la Jefatura de Gabinete. Sin embargo, desde ese bloque dudan: «¿Por qué nos sumaríamos a un gobierno que acaba de perder las elecciones?», planteó un referente del espacio.
El tablero se vuelve aún más complejo con el rol de Juan Schiaretti. El cordobés, que al inicio del mandato libertario manejó áreas como Transporte, Obras Públicas, Enohsa y Anses, mantiene un vínculo oscilante con la Casa Rosada. Tras la ruptura con sus legisladores, el oficialismo analiza devolverle influencia y hasta impulsarlo como presidente de la Cámara de Diputados en reemplazo de Martín Menem. Esa posibilidad divide aguas: «Una locura», sentenció un dirigente que rechaza la movida.
Entre presiones cruzadas, amenazas y negociaciones abiertas, Macri apuesta a recuperar peso dentro de un gobierno golpeado por las urnas y con crecientes internas que también rozan a Karina Milei, la hermana del Presidente y pieza clave en la construcción libertaria.
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