Un saco en la empresa que viste a oficiales del DFI cuesta el doble que una jubilación

La presentación del Departamento Federal de Investigaciones (DFI), encabezada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el presidente, Javier Milei, parecía una escena sacada de una película de Hollywood: autos de negro ploteados, oficiales con placas con un águila vigilante y oficiales con trajes impecables que –según reveló el periodista Manuel Jove– pertenecen a la marca James Smart, una empresa fundada en Londres en 1851 por el sastre escocés que llevaba ese nombre. Deuda Prometida consultó tanto al Ministerio de Seguridad como a la empresa para confirmar estas versiones y saber si se trató de una compra menor y si el resto de los oficiales tendrán estos uniformes, pero, hasta el momento de la publicación de esta nota, no obtuvo respuesta.

La compañía se instaló en Argentina en el año 1888, en la calle Piedad al 566, en la Ciudad de Buenos Aires. La expansión de la empresa fue rápida: en 1890 se estableció en un edificio de Bartolomé Mitre y Florida y para 1911 ya tenía sucursales en Rosario y Mar del Plata. Durante cincuenta años estuvo emplazada en Florida y Lavalle hasta que, en 1982, abrió sus propias oficinas en Palermo, además de otras siete sucursales.

La historia –que está disponible en la web oficial de la marca– no es menor, porque al tratarse de una compañía de larga trayectoria en el rubro, los precios son acordes con la experiencia: un saco puede costar $ 760.000 en oferta (más de $ 1.000.000 si no estuviera en promoción), aunque también se encuentran ambos en promoción por $ 700.000 –en este caso, solamente dos opciones–. Los precios casi duplican el valor de una jubilación mínima, que en junio fue de $ $377.723, con el bono de $ 70.000 congelado incluido. A precios no promocionales y tampoco congelados, el valor de un saco puede costar lo mismo que necesitó en mayo una familia de cuatro integrantes, según el Indec, para adquirir su canasta básica: $ 1.110.624. A un médico residente del hospital Garrahan, su sueldo de $ 797.000 apenas le alcanzaría para pagar un saco en oferta y una bufanda de la misma marca, que se ofrece en $ 36.000.

El salario mínimo vital y móvil, de $ 313.400 para junio, no alcanza para ninguna de estas promociones. A lo sumo, se puede comprar una parka de gabardina ($ 270.000, si se mantiene en oferta, aunque no alcanzaría a comprarla si se termina, porque el valor real es de $ 360.000).

Un FBI de bajo presupuesto

En la presentación de la nueva agencia el Presidente afirmó que “las fuerzas de seguridad fueron denostadas y demonizadas, en paralelo a que fueron vaciadas de financiamiento”. Pero el presupuesto de la Policía Federal Argentina, durante su gestión y en los últimos meses, sufrió una reducción: pasó de los $ 692.961 millones disponibles en 2024 a los $ 688.776 millones en 2025. Por otro lado, la creación del Departamento Federal de Inteligencia contempla una reducción progresiva del personal que ingresa a la fuerza: según puede leerse en el artículo 8 del Decreto 383/2025, el DFI se financiará precisamente de esta caída en las incorporaciones.

Nada de eso fue mencionado en el acto que se realizó en la sede del Cuerpo de Policía Montada de la Policía Federal la semana pasada. «Vamos a aprender de EE.UU. y de Israel», explicó en cambio y enérgicamente el Presidente ante la concurrencia.

La solemnidad del acto y de los oficiales con sus placas inspiradas en el FBI –y que les faltan a los autos que circulan todavía sin patente por la escasez, precisamente, de esas otras placas– terminó, según afirmaron en redes algunos asistentes, cuando uno de los autos del flamante organismo tuvo problemas para arrancar y debieron empujarlo.

Se trata de versiones que nunca se conocerán del todo porque el video y las fotos oficiales no dan cuenta de ese tipo de anécdotas, propias de una película de Hollywood, pero del género de la comedia.

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Agustina Bordigoni

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