Tomar una cerveza, un lujo: crisis en los bares por la gestión de Milei

La recesión golpea al consumo y crece el cierre de locales gastronómicos.

Salir a tomar algo se volvió un privilegio para pocos. Con la caída del consumo y los bolsillos cada vez más flacos, el escenario que deja la política económica de Javier Milei en el sector gastronómico es alarmante: bares que no logran cubrir sus costos, cortinas que bajan y reuniones sociales que se trasladan a las casas.

“Siempre en épocas de crisis, lo que primero baja es el ocio”, advirtió Daniel Prieto, directivo de la Cámara de Cafés y Bares porteña en diálogo con El Destape. Y agregó: “En el segmento de cervecerías se ven muchas ya en alquiler, otras cerrando o ya por debajo de su estructura de costos”.

Un relevamiento sobre los precios de cinco franquicias con presencia en el AMBA —Patagonia, Temple, Cervelar, Baum y Blest— muestra con claridad el deterioro: una hamburguesa con dos pintas cuesta alrededor de $30.000. Se trata de un consumo que, por su propia lógica, suele incluir más productos, y que ya no entra en los planes de quienes apenas logran cubrir sus necesidades básicas.

Precios que espantan

La situación se replica en todas las cartas. En Temple, una pinta cuesta entre $5.800 y $7.200; el litro de cerveza, hasta $12.000; y un gin tonic o un fernet, $15.000. Comer tampoco sale barato: un sándwich de lomo con papas cuesta $25.000, mientras que una hamburguesa básica ronda los $9.300.

Patagonia ofrece combos como dos pintas y papas con cheddar y panceta por $19.000, mientras que las hamburguesas más completas superan los $18.000. Una tabla de picada puede trepar hasta los $38.000.

En Baum, las cervezas llegan a los $7.600, un mojito cuesta $8.000 y unas rabas con alioli y limón, $20.900. Las pizzas están entre $17.000 y $22.600, y las hamburguesas no bajan de $17.400.

En Cervelar, una pizza de jamón y morrones cuesta $20.900, y una hamburguesa completa llega a los $17.100. Las pintas arrancan en $4.800 y un vaso de fernet con Coca-Cola cuesta $7.800.

En Blest, una hamburguesa puede costar hasta $17.900, el gin tonic se vende a $6.900, las rabas a $20.000 y una pizza grande alcanza los $21.500.

Más juntadas en casas, menos movimiento en bares

La crisis no solo se expresa en los precios, sino en el cambio de hábitos. Carlos López, titular de la Cámara Empresaria de Discotecas y Bares de la provincia de Buenos Aires, explicó que “bajó muchísimo el consumo” y que “claramente no hay salidas como hacía la gente habitualmente, cuando se tomaba algo y se podía salir una o dos veces por fin de semana”. Hoy, esa misma gente prefiere reunirse en casas.

“La falta de dinero hace que la gente no salga. Se hacen promociones, se hacen un montón de cosas para tratar de cautivar para que la gente te venga, pero la realidad es que no hay consumo y no hay gente saliendo como se hacía normalmente”, sostuvo López.

El patrón de consumo también se volvió estacional dentro del propio mes. “Los primeros fines de semana del mes son donde se apuesta un poco más a tratar de facturar porque la gente es donde más sale, después se empieza a graduar los fines de semana a final del mes, donde la gente sale menos”, detalló. Y concluyó con crudeza: “Diría que ya después del segundo fin de semana del mes ya no hay consumo”.

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