Los manuales de los libertarios explican que el libre mercado es perfecto y va a regularse solo. Hay que esperar, ya vas a conseguir repelente… Y que los que hoy te quieren vender a $ 36.000 por Mercado Libre ya van a bajar a los $ 2.000 que se conseguía antes. Bueno, no es tan así.
Off, Fují, Raid. Todas las marcas que se te vienen a la cabeza cuando pensás en mosquitos… todas esas son fabricadas por una sola compañía. SC Johnson acapara el 89% de las ventas de repelentes en Argentina, de acuerdo al último estudio de concentración de mercado de CEPA.
Si 9 de cada 10 repelentes son de una empresa, entonces vayamos a ver qué pasa allá. En enero, cuando se dio la primera oleada fuerte de mosquitos, el sector privado admitió que hubo problemas de previsión. Esto no puede tomarse como un argumento válido, porque ya con la epidemia en Brasil en septiembre del año pasado se veía venir la grave crisis.
Un Gobierno que le interese acabar con la epidemia generaría una campaña de vacunación gratuita, como lo está haciendo Lula hace dos meses, y obligaría a la compañía a aumentar la producción al tope.
Cuando uno averigua con autoridades sanitarias que conocen bien de cerca el sector, señalan un problema económico que los neoclásicos conocen a la perfección. Cuando a los monopolios les quitás el control del Estado, siempre van a buscar maximizar sus ganancias.
Y eso es lo que acusan está haciendo en este momento la dueña del 90% de los repelentes de Argentina ¿Por qué producir toda la cantidad que la población necesita si se puede fabricar mucho menos y tener un margen de utilidades bastante más elevado?
Al haber eliminado la ley de abastecimiento, Milei permite que las empresas reciban ganancias extraordinarias especulando con las situaciones más extremas. No les importa que los contagios superen los 200.000 o las muertes sigan aumentando. Ni siquiera se trata de una empresa nacional. Sólo miran las ganancias.
Del otro lado hay gobernadores que sí están poniéndose al hombro la salud pública, como Formosa y la provincia Buenos Aires, que están fabricando y entregando repelentes gratuitos a su población. Pero nadie se salva solo. Esta es la verdadera cara de un Estado ausente y del libre mercado.