14 de noviembre de 2024

El poder de compra salarial cayó 11% en un año

Según la UCA, entre los trabajadores, en los sectores bajos cayó la caída de los ingresos, mientras que las personas con mayor ingreso aumentaron su participación en la economía.

En los primeros meses de la gestión de Javier Milei y ya casi llegando al año, la recesión impacta de lleno en los trabajadores. Ya desde el segundo trimestre de 2023, el poder de compra de los salarios cayó 11% y se amplió la desigualdad.

Un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina denominado «Cambios en el bienestar y la distribución del ingreso» advierte este punto. Entre el segundo trimestre 2023 e igual período del 2024 se ve un empobrecimiento de la población. Entre los motivos se señalan tres: la «pérdida de capacidad de consumo en un escenario de alta inflación», la ausencia de mejoras en los ingresos y el «aumento acelerado de los precios».

Según el informe, «el estrato más bajo fue el que debió afrontar una caída más significativa de su poder de compra. De esta forma, se amplía la brecha de ingresos en los estratos más bajos con respecto a la línea de indigencia y pobreza».

El aumento del desempleo al 7,6% en el segundo trimestre profundizó aún más el impacto en los sectores más vulnerables. Actualmente, más de 1,7 millones de argentinos sufren la pérdida del trabajo. Eso, sumado a las escasas oportunidades para compensar la caída del ingreso real mediante el «auto empleo informal», incidió directamente en la calidad económica de la sociedad.

«El período 2023-2024 se caracteriza así por un deterioro del bienestar, pero diferenciado al interior de la estructura social», continúa el informe. Y agrega: «Todos pierden, pero los estratos más bajos pierden más en términos absolutos y relativos. Esto da lugar a una profunda caída del bienestar económico y a una distribución de los ingresos más regresiva».

Además, señalan que hay una caída en términos reales del volumen de ingresos de los hogares que proviene del mercado de trabajo: «se mantienen desigualdades estructurales en lo que refiere a la composición de los ingresos de las unidades domésticas: estratos bajos con mayor dependencia de ingresos no laborales y una mayor participación de ingresos laborales entre los hogares de estratos más altos».

En números, la caída de los ingresos de la población alcanzó el 12% en promedio: en valores constantes, se pasó de $330.658 en 2023 a $289.562 en 2024. La variación «fue insuficiente» para compensar el alza de la canasta básica alimentaria y no alimentaria. La caída en los ingresos fue más significativa en el estrato más bajo. «Esto se refleja en un incremento del índice de desigualdad de Gini, así como también un leve aumento de las brechas de ingresos entre quintiles extremos», explicaron.

El informe indica que durante el segundo trimestre del 2024, el 20% de la población de menores ingresos se apropia de apenas el 5% de los recursos monetarios totales. En tanto que el 20% de mayores ingresos concentra el 49,3%.

En medio de la recesión económica, la capacidad de apropiación de los ocupados que se ubican en la cúspide de la pirámide creció del 44,9% al 48,3% del volumen total de ingresos. Por el contrario, el índice de aquellos que perciben menores ingresos disminuyó del 4,3% al 3,5%. «En este período, las brechas de ingresos de la ocupación principal (Q5/Q1) se incrementaron», indican.

Sin embargo, el informe asegura que en la comparación se evidencia «una desaceleración en el ritmo del incremento del precio de los bienes y servicios» y, a la vez, «una leve recuperación de los ingresos reales», principalmente en los estratos más bajos.

La capacidad de compra del ingreso medio real de la ocupación principal aumentó un 7%. Esto se debe a que el mayor crecimiento en los precios se dio en diciembre y enero, cuando la inflación alcanzó picos de 25,5% y 20,6%, respectivamente. En tanto que durante el segundo trimestre, el alza se moderó, pese a que no dejó de crecer.

De todas maneras, aún están lejos de volver a niveles del año pasado. «A diferencia de lo registrado en la comparación interanual, fueron los sectores más desfavorecidos aquellos que exhiben mayores niveles de recuperación del bienestar económico, entre el 1° y 2° trimestre de 2024. Esto en un marco en el cual habían afrontado anteriormente pérdidas significativas en su capacidad de compra», señalan.

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