La inflación de agosto marcó un 7% de acuerdo al Indec. La cifra se ubicó por encima de los pronósticos de la mayoría de las consultoras privadas. Ante esto, urge responder a la inquietud de qué sucedió con los precios y, más aún, que pasará en septiembre. El centro de estudios CEPA elaboró un análisis para las causas con reflexiones sobre los posibles escenarios futuros.
El precio de los alimentos
Entre enero y junio se percibe que los precios de alimentos relevados por FAO en pesos y el IPC de alimentos se mueven a la par (los precios de FAO con mayor celeridad aunque en junio llegan al mismo valor, lo que en la práctica implica que el efecto conflicto bélico se tradujo al ciento por ciento a precios). Pero ¿qué sucedió en julio y agosto? A pesar de la retracción de los precios internacionales, se perciben alzas sensibles en productos de consumo masivo. Según algunos analistas, esta escisión se debió, en julio, al incremento de los dólares paralelos (el CCL llegó a $340 a finales de ese mes) derivada de la renuncia del hoy ex ministro Guzmán a principios de julio.
Sin embargo, resulta evidente que esa situación fue aprovechada por sectores formadores de precios para remarcaciones significativas y arbitrarias que pretendieron justificarse en problemas de “cobertura” por las restricciones impuestas sobre el acceso a dólares para importaciones (dada la decisión del BCRA). De hecho, esa “avivada” quedó aún mas expuesta en la medición del mes de agosto, dado que los precios se incrementaron al 7,1% a pesar de que el CCL se redujo a $280 y, como se dijo, sin efecto guerra (la brecha entre la evolución de precios internacionales en pesos e IPC alimentos fue de 10% en julio y se incrementó a 14% en agosto). Tampoco la variación el TC explica las variaciones: aunque se aceleró en agosto, alcanzó sólo 5,3% en promedio.
Los precios de la carne vacuna moderaron su incremento. Esto favoreció a que los precios de alimentos no mostraran un incemento aún mayor.
Los rubros restaurante y hoteles y, prendas de vestir mostraron un sensible incremento interanual de casi 97,5% y 109,0% respectivamente.
¿Qué se puede esperar en septiembre?
Analizando rubro por rubro es posible identificar que, en relación con los alimentos, a pesar de la mejora en la situación macroeconómica en agosto, se observó un incremento de precios sensible en este rubro. Esta situación es preocupante para septiembre. Si bien eventualmente se podría considerar que parte de la evolución de precios se relaciona con la denominada “inercia inflacionaria”, la variación del dólar o cierta cobertura anticipada frente al impacto de la quita de subsidios en energía que se producirá desde septiembre, la dinámica de precios observada debería ser más bien rotulada como “inercia especulativa”.
Por el lado del dólar, este se movió 5,7% en agosto (punta a punta). Aunque se mantuvo el ritmo de mayor aceleración implementado desde diciembre último, el valor quedó por debajo de la inflación (no hubo modificaciones sensible sobre el TCRM). En los primeros 12 días de agosto se devaluó 2,6%. El Ministro de Economía descartó una corrección del tipo de cambio.
En cuanto a las tarifas de agua, luz y gas, la gran expectativa está puesta en como impactará la implementación de la quita de subsidios sobre las tarifas, que tendrán impacto progresivamente desde septiembre aunque de manera no uniforme. Esto, además, tendrá efecto en consorcios y, por ende, en rubro Vivienda.
El transporte en septiembre incrementará sus precios. El valor del taxi subirá 30% y en noviembre aumentará otro 20%. En tanto, los subtes sufrirán un incremento del 40%.
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