En un escenario educativo nacional atravesado por fuertes desigualdades, Formosa dio el batacazo. La provincia norteña, destacada por sus políticas públicas, obtuvo el mejor desempeño del país en comprensión lectora según los últimos resultados de las pruebas Aprender 2024. Superó ampliamente a distritos históricamente mejor posicionados como la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba.
Mientras tres de cada diez alumnos que egresan de la primaria están “significativamente rezagados” y uno de cada diez ni siquiera logra leer con fluidez, Formosa encabezó el ranking con el 63,6% de sus estudiantes alcanzando los niveles esperados en lectura. Además, un 36,6% llegó al nivel más alto de desempeño.
El operativo se realizó el 20 de noviembre en más de 4.100 escuelas de todo el país, tanto públicas como privadas. Fue una evaluación muestral dentro del Plan Nacional de Alfabetización impulsado por el Gobierno nacional en 2023, aunque la gestión libertaria de Javier Milei no ocultó su incomodidad ante los resultados, que contradicen su discurso de ajuste al gasto público.
Los datos revelan un contraste rotundo: en una Argentina donde el 55% de los alumnos de primaria no alcanza el nivel básico de comprensión lectora, una provincia pobre, conducida desde hace décadas por el peronismo, logra marcar la diferencia. Según el Observatorio Argentinos por la Educación, Formosa también tiene uno de los porcentajes más bajos de alumnos en el nivel más bajo: apenas 2,8% como “lectores incipientes”.
El salto generó reacciones de sorpresa, pero también suspicacias. “Es una provincia con muy bajos recursos. ¿Qué puede haber pasado? Requiere una investigación. ¿Qué metodología están utilizando?”, se preguntó la investigadora de Flacso, Guillermina Tiramoti. En sintonía, la especialista María Borzone advirtió: “Va en contra de los datos generales que muestran que hay una relación entre desempeño y nivel económico. Te hace sospechar qué han hecho en Formosa”.
El historiador Roy Hora también expresó su desconcierto en redes: “Formosa obtiene los mejores resultados, por lejos. Santiago del Estero también muy alto. En ambos casos es muy sospechoso, ya que no se condice con sus antecedentes en evaluaciones previas (como Aprender 2018)”.
Desde el gobierno provincial respondieron con datos. Patricia Pastor, directora de Planeamiento Educativo, aseguró que “en los últimos diez años, la provincia mejoró 12,6 puntos porcentuales en matemática y logró revertir la diferencia con el promedio nacional: en 2013, estábamos 7,7 puntos por debajo y hoy superamos a la media del país por 5,1 puntos”. En lengua, el salto fue idéntico: 12,6 puntos de mejora.
El ministro de Cultura y Educación de Formosa, Julio Aráoz, defendió el modelo local: “Los niveles más altos de las pruebas, que son el cinco y seis, tienen a Formosa con una presencia importante de alumnos”, y consideró que esto refleja que “los estudiantes hacen inferencias acerca de lo que leen, pueden hacer interpretaciones profundas en torno a estos temas y textos complejos”.
Aunque reconoció que no comparte “muchas de las políticas nacionales” impulsadas por Milei, subrayó la voluntad de cooperación: “Formosa tiene una vocación de integración y se cree en la construcción federal”.
En las escuelas, los resultados fueron recibidos como una reivindicación. Olga Lidia Torres, directora de la Escuela N° 68, valoró el reconocimiento: “Es la ratificación de que en Formosa la docencia trabaja”. Y agregó: “A veces se escucha a gente que critica sin saber cómo es el trabajo docente. Esto demuestra que se trabaja en serio, con acompañamiento del Estado”.
Mónica Arguello, directora de la Escuela N° 82, sostuvo: “El maestro no es cualquier cosa, el maestro es un profesional que estudió y se dedica a lo que sabe. Entonces, no me sorprendió, felicito a todos los colegas por este resultado”.
Ambas coincidieron en destacar el rol del Instituto Pedagógico Provincial, la entrega gratuita de kits escolares, el servicio alimentario y la capacitación docente permanente como pilares del avance educativo.
En un país con brechas profundas, los resultados de Formosa parecen señalar que la inversión pública y la continuidad de políticas educativas pueden marcar la diferencia, incluso en territorios históricamente relegados.
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