La canasta básica se escapa del salario mínimo: ya cuesta un 60% más y la diferencia seguirá creciendo

El informe del ISEPCI revela que una familia necesita $481.349 solo para alimentarse, mientras el salario mínimo quedó en $302.000.

En plena recesión y con una inflación que golpea especialmente los alimentos, el ingreso mínimo legal en la Argentina se muestra cada vez más lejos de cubrir las necesidades básicas. Según el último relevamiento del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), durante abril una familia tipo necesitó $481.349 para acceder únicamente a los productos alimenticios indispensables. Ese monto supera en un 59,4% al salario mínimo, que se mantuvo en $302.000.

El estudio se basó en el seguimiento de 57 productos en almacenes y supermercados barriales del conurbano bonaerense. Isaac Rudnik, director nacional del ISEPCI, alertó que esta brecha no solo es profunda, sino que se ampliará. La suba mensual de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) fue de 3,05%, mientras que el Salario Mínimo Vital y Móvil apenas crecerá un 6,5% en total hasta agosto, en cuatro tramos.

En cifras, Rudnik remarcó: «Esto significa que cuatro meses después, en agosto, los trabajadores que cobran el mínimo recibirán $19.400 más que en abril. Sólo en este último mes la CBA se incrementó $14.248,77 y la Canasta Básica Total (CBT), que además de alimentos incluye otros bienes y servicios esenciales, aumentó $32.485,46, o sea 67% más que el aumento que cobrarán en los próximos cuatro meses».

Además, señaló que ni siquiera una pareja con ambos integrantes cobrando el salario mínimo logra superar el umbral de pobreza: «Si tanto el jefe como la jefa del hogar tienen la ‘suerte’ de tener ambos un trabajo registrado –aun con el salario mínimo– con $604.000 de ingresos en el hogar estarían cubriendo el valor de la CBA, estando entonces por encima de la línea de indigencia. Pero estarían muy lejos de llegar al $1.097.477,54 a que asciende la CBT, por lo que estarían por debajo de la línea de pobreza».

En cuanto a los productos que más aumentaron, el informe señala que las carnes encabezaron la lista. El asado subió 17,14%, la carne picada 10,39%, las milanesas 14,15% y el pescado 14,29%, lo que impactó con fuerza en los bolsillos de los sectores populares.

A nivel político, Rudnik cuestionó los anuncios oficiales que hablan de una recuperación salarial: «El proceso inflacionario está lejos de estar en una pendiente descendente definitiva. El modelo asentado en el retraso del valor del dólar, la restricción del consumo interno y la apertura irrestricta de la economía, hasta ahora, no ha logrado consolidar un reflujo constante de las subas en los principales productos del consumo masivo. Los incrementos otorgados al Salario Mínimo vital y Móvil para los próximos meses –unos $5.000 por mes de promedio– mientras el Gobierno afirma que hay recuperación del poder adquisitivo de las remuneraciones, suenan más a burla que a argumento que merezca ser debatido».

En este contexto, la discusión sobre el piso salarial sigue paralizada, luego de que en la última reunión del Consejo del Salario no hubiera acuerdo entre las partes y el Ejecutivo decidiera avanzar por decreto.

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