Ganancias, monotributistas y autónomos forman parte de un universo de más de cinco millones de personas al que el Frente de Todos consiguió apelar positivamente. Las propuestas para aliviar el bolsillo de estos sectores buscan consolidar el apoyo a la coalición de la autopercibida «clase media«, que en muchos casos integran estas filas o, si no, ven con buenos ojos avances del estilo.
Elevar el piso del impuesto a las ganancias está pautado para que se realice en enero de cada año. Por el impacto de la inflación, en 2021 esto se había adelantado a septiembre, mientras que en 2022 el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, presionó para que se realice en junio, antes del cobro de aguinaldos.
Por el volumen de aumentos de precios y las consecuentes paritarias, que alcanzan en algunos casos el 60% y en otras incluso son retroactivas, entre marzo y abril se sumaron ya 110.000 empleados al pago de este tributo, con lo que ya abarcaba a un universo de 850.000 personas. Las previsiones del equipo de asesores de Massa indicaban que a ese ritmo, totalizarían 1.300.000 personas para diciembre, una cifra muy superior al objetivo siempre planteado por el Gobierno, pudo saber DeudaPrometida.com.
Tras reiteradas demandas al Ministerio de Economía, Martín Guzmán coincidió en la necesidad de dar una solución inmediata y el nuevo piso de ganancias pasó a $ 280.792 desde los $ 225.937.
El nuevo proyecto para subir las escalas de facturación de monotributo y autónomos pretende adelantar la actualización del índice seis meses antes, lo que generaría un alivio fiscal. Busca que la cuota quede igual y solo se incrementa el límite de facturación de cada categoría.
La escala A, la más baja, permitiría a una persona generar ingresos por hasta $ 601.959,49 anuales sin pasarse a la siguiente. La máxima para quienes venden servicios (la categoría H) habilitaría ventas por hasta $ 4.229.985,60 por año y el tope para bienes (la K) pasaría a $ 6.019.594,89.
En este caso también se pretende modificar desde el 1 de julio escalas que caso contrario subirían recién el 1 de enero. Son casi 4,5 millones los monotributistas que se verían favorecidos por esta política.
La apuesta por la unidad
Los estudios de opinión que mandó a hacer el Massa le indican que “la interna representa un nuevo síntoma de desconexión entre la clase política y la opinión pública: la ciudadanía los quiere ver juntos, trabajando arreglando sus problemas cotidianos”, como lo son la inflación y el desempleo.
Además de esto, interpretan que las peleas como “un nuevo desgaste entre los liderazgos políticos y los electores”. Más allá del ruido y la intensidad que agitan las minorías, la gran mayoría los quiere ver unidos, concluyen las encuestas a las que accedió DeudaPrometida.com.
“Los argentinos perciben que la salida es en conjunto, no dividida (peleados). La unidad en la diversidad tiene premio en la mayoría. La pelea interna, en las minorías”, confían. Es que más de la mitad (el 55%) de los consultados desean la unidad del Frente de Todos. Más aún, cerca del 80% de sus votantes de 2019 la defienden, al igual que los adherentes plenos y críticos. Incluso, la mitad de los “opositores blandos” también la quieren.
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