El escenario laboral sigue mostrando señales de alerta en Argentina. Esta vez, dos empresas destacadas en el mercado lácteo y avícola protagonizan una ola de despidos que afecta a cientos de familias en el país. SanCor, una de las principales firmas lácteas, despidió a 300 empleados, mientras que Granja Tres Arroyos prepara el cese de 400 puestos más.
La láctea SanCor justificó los despidos como parte de un programa de reestructuración que impacta directamente en sus plantas ubicadas en Gálvez, Sunchales, La Carlota y Balnearia, en Córdoba y Santa Fe. La empresa, que emplea a 1.350 personas, atraviesa una crisis financiera profunda, con una deuda que supera los 2.500 millones de pesos. A pesar de que el exgobernador de Santa Fe Omar Perotti había condonado 500 millones de su deuda, los problemas persisten y el panorama no mejora.
Con la planta de Devoto paralizada desde finales de 2024 y una notable reducción en la capacidad de procesamiento de leche este año, la situación se agrava. A esto se suman conflictos sindicales y tensiones con la Empresa Provincial de Energía de Santa Fe (EPE), que incluso evalúa cortar el suministro eléctrico por impagos.
El gremio Atilra denunció un intento de «militarización» en la planta de Sunchales, luego de que el gobierno provincial enviara personal policial para contener las protestas laborales. Además, los trabajadores advierten que podrían intensificar las medidas de fuerza, incluyendo paros y movilizaciones, si no reciben una respuesta concreta frente al atraso en el pago de salarios.
Granja Tres Arroyos: 400 despidos en puerta
En el sector avícola, Granja Tres Arroyos, la principal productora de Argentina, anunció su intención de reducir su plantilla de empleados en 400 personas, una medida que se suma a los 70 despidos recientes. Según Miguel Ángel Klenner, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación, la empresa busca reducir la dotación de personal de faena de 800 a 400 trabajadores, lo que precarizaría aún más las condiciones laborales.
Ante esta situación, el sindicato organizó una concentración en Entre Ríos, donde participaron empleados, familiares y representantes de la CGT. Desde la central obrera, se solidarizaron con los afectados y reclamaron medidas urgentes para proteger los puestos de trabajo y garantizar condiciones dignas.
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