“La indiferencia es el mayor pecado contra los pobres”
Papa Francisco
Desde las primeras horas del pasado lunes, el mundo es un lugar un poco peor. A las 7.35 en Roma (2.35 de Argentina), el cuerpo terrenal de Jorge Mario Bergogliodejó de arrastrar malestares, dolencias y preocupacionespor este valle de lágrimas y, es de suponer, ascendió a ese lugar en donde moran los justos. Un hombre de la Compañía de Jesús, nacido en Buenos Aires en diciembre del año ’36, que fue elegido Papa en la quinta votación de la segunda jornada del cónclave que sucedió a la renuncia de Benedicto XVI, el 13 de marzo de 2013.
Murió Francisco, pontífice número 266, el primero latinoamericano y probablemente el más amado y a la vez incómodo desde la instauración de esta institución en cabeza de Pedro (piedra basal de la Iglesia Católica). Vladimir Putin, en su despedida, explicó que, entre los que profesan la religión ortodoxa prima la idea de que, cuando alguien es llamado por el Señor en los días de Pascua, eso significa que esa persona no ha vivido en vano. Así sea.
@deudaprometida Los amigos y vecinos despiden al Papa Francisco⛪️🇻🇦 Bergoglio fue uno de los argentinos más importantes de la historia. Siempre estuvo cerca de los humildes, a favor de la justicia social y se le animó a los poderosos. 😌 Con @luentin, así lo homenajeamos en @deudaprometida. #papa #francisco #DeudaPrometida #Calle #bergoglio #cura #iglesia #iglesiacatolica ♬ sonido original – Deuda Prometida
La muerte, siempre inoportuna, tiene, en este caso, la condición de constituir el hecho político más relevante de lo que va del siglo y, probablemente, por mucho tiempo más. Porque Francisco fue, al decir del poeta y músico cubano Silvio Rodríguez, “el mejor Papa de la historia (…) un verdadero cristiano que reivindicó la iglesia para loshumildes”. En otras palabras, un hombre político en toda la dimensión que la palabra política connota. Y con mayúsculas.
Quizá por eso. Y por muchas otras opiniones sobre Su Santidad -que iremos deslizando a lo largo de estanota-, resulta estúpido, frisando con la estulticia, que el presidente Javier Milei, en un tuit de pseudo despedida/homenaje, haya destacado “sus diferencias” con Francisco. Como si hubiese algún estándar de comparación; como si existiese algún lugar o nivel en el que su evidente inferioridad en todos los órdenes alcanzase a acercarse siquiera al orillo de la austera brillantez de la figura de un Papa que, con su partida, deja un inmenso vacío en una grey de 1.400 millones de fieles.

Hipocresía: el lenguaje de los corruptos
“La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta; es humilde, fiel a la tierra”, escribió Francisco en su mensaje destinado a ser leído durante el Vía Crucis de las últimas Pascuas, en el que no pudo estar por su salud endeble. “Deshumana es la economía en la que noventa y nueve valen más que uno. Sin embargo, hemos construido un mundo que funciona de ese modo; un mundo de cálculos y algoritmos, de frías lógicas e intereses implacables”, sintetizó.
Y, sin embargo, líderes destinatarios de este mensaje, como Donald Trump o el propio Javier Milei, asistieron a las exequias del Papa fingiendo demencia y aprovechando para practicar su deporte preferido: la selfie. Acaso en esta contradicción tan posmoderna (honrar el cadáver de alguien que odiaste mientras vivió) se inscriba la extrema relevancia de Francisco. No pudieron obviarlo. No pudieron ignorarlo. Fue la voz más potente y la cabeza más lúcida de la última década. No ir a despedirlo podría haber significado empezar a despedirse.
¿Será así? Porque a pesar de que nuestro Presidente viajó a Roma, llegó tarde y no pudo asistir al momento en el que se cerró el féretro. Su partida desde Argentina se había retrasado más de una hora porque se encontraba muy ocupado entregando un premio berreta, a un economista español también berreta, Jesús Huerta de Soto, en la igualmente berreta universidad de Bertie Benegas Lynch, acérrimo enemigo del Papa y autor intelectual de la idea de romper relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Mauro Corona, el excéntrico escritor italiano con varios bestseller y columnista del programa “È sempre Cartabianca”, dijo, el pasado jueves, en la apertura del ciclo, “¿Qué viene a hacer Milei al funeral del Papa Francisco? ¿A pavonearse? Tendría que quedarse en casa después de todo lo que ha dicho”, mostrando, de esta manera, que los insultos que nuestro Presidente ha derramado sobre la figura del Sumo Pontífice desaparecido no son, precisamente, un “fenómeno local”.
Alguna razón lo asiste al italiano. “Zurdo hijo de puta que andás pregonando el comunismo por el mundo. Sos el representante del Maligno en la casa de DIOS” (30 de septiembre de 2018); “Confirmado la MIERDA QUE SOS, LRPMQTRCRMP…” (25 de enero de 2019); “zurdo, sos un sorete mal cagado… siempre del lado de los asesinos empobrecedores si son rojos” (27 de enero de 2019); “Habría que preguntarle al imbécil de @pontifex.es si Jesucristo pagaba los impuestos” (18 de octubre de 2020). Estas y otras linduras, tuiteaba el Energúmeno durante su posicionamiento para diputado y luego ya en su cargo. Esto y muchísimas cosas más. Eso sí: nunca una razón, un argumento para rebatir al Papa: insultos, descalificaciones, ultrajes, ofensas, agravios… pero jamás una prueba ni una demostración.
El jueves, casi al pie del avión que lo trasladaría a Roma, declaró “Era un líder impresionante, los que lo pudimos conocer en persona, sabemos la estatura política que tenía”. Un sorete.
Y es natural que la mayoría de los argentinos, y el Mundo todo, se pregunten ¿qué fue a hacer Milei a las exequias del Papa, con esa banda de funcionarios, custodias, voceros, operadores, amanuenses, obsecuentes y aduladores? Han odiado abiertamente a Francisco. Han trabajado en su demonización. Han acompañado a los medios concentrados que lo desprestigiaban. Han vilipendiado su figura y combatido con falacias y malas artes sus ideas. ¿A qué viajaron, entonces? ¿Para no llegar al cierre del féretro y así quedar “bastante bien” con sus amigos del gobierno israelí, que retiraron los mensajes de condolencia de “X” y enviaron una ínfima representación al funeral? ¿En plan turístico? ¿Para estar en la foto? ¿Aprovechando la oportunidad para que el mandatario argentino pueda realizar un nuevo periplo terapéutico, porque no se banca estar demasiado tiempo en el país sin sufrir algún brote? Hipocresía en estado puro. Falsedad sin mezclar ni diluir. Un hato de farsantes ejerciendo el mayor grado de cinismo posible. El Rey y su séquito están desnudos… y son horripilantes.


«La economía que mata«
“Así como el mandamiento de ‘no matar’ pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir NO a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata” dice Francisco en su Evangelli Gaudium, exhortación apostólica a “emprender una nueva etapa de evangelización” presentada en noviembre de 2013. Doce años después, la advertencia ha cobrado forma y substancia. La exclusión y la inequidad parecerían ser el común denominador en la vida de la mayoría de los pueblos del mundo, incluso en aquellos países que se suponen “desarrollados” pero que, gracias a las políticas implementadas por dirigentes inescrupulosos, terminan resultando también víctimas.
Ocurre en Europa, donde Alemania, el antiguo motor económico de la Región, padece una brutal japonización (fenómeno que describe un bajo crecimiento, con deflación, altos niveles de deuda pública y una población cada vez más envejecida); ocurre en los Estados Unidos, con un Donald Trump que acaba de clavar el freno a sus políticas arancelarias y cambia el rumbo de manera contundente debido aproyecciones apocalípticas tanto de instituciones financieras como de los mercados pero, sobre todo, al descontento en ascenso de los estadounidenses que tomaron las calles de las ciudades más importantes para reclamar. “Vamos a ser muy amables (con China), ellos también lo serán, y veremos qué sucede”, ha dicho el blondo presidente yankee, sin demasiadas esperanzas.
Y también pasa en nuestro subdesarrollado país, en donde los primeros 500 días de gobierno de La Libertad Avanza han sido todo pérdida. El PBI cayó en más de 12.000 millones de pesos; la producción industrial manufacturera retrocedió casi 15 puntos; la Construcción 20; la deuda pública bruta creció más de 100.000 millones de dólares; el consumo anual de leche descendió de casi 193 litros per cápita a 171; el de carne bovina de 53,3 kilogramos per cápita a 44,8; una jubilación mínima no alcanza para comprar la canasta básica mientras el índice de precios de medicamentos más consumidos por adultos mayores pasaron de 100 a 258,1. La inflación acumulada fue 296,6. Datos, apenas algunos de muchos, que surgen del informe que realizó CELAG (Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica).
Sí. Aunque el Presidente y Toto Caputo bailen de felicidad porque pudieron endeudarse por 20.000 millones de dólares más (seguramente festejaban las comisiones que recibieron). Aunque desde el Fondo, “OpaKina” Giorgieva haga declaraciones altisonantes a favor del modelo de destrucción económica que ha venido a imponer La Libertad Avanza, la construcción, industria que siempre significó un motor de desarrollo y creación de puestos de trabajo tanto directos como indirectos aumentó más del 69% en dólares durante 2024 y esa es la muestra más contundente de que nuestro país se hunde.

«Un instrumento de control«
Hay que leer “Laudato sí”, la encíclica publicada a mediados de 2015, no tanto por sus advertencias sobre las cuestiones ambientales como por su profunda crítica al Capitalismo salvaje y lo profético de alguno de sus tramos. Mientras explicaba la responsabilidad de la Humanidad sobre los «grandes pulmones del planeta«, advertía que “no se pueden ignorar los enormes intereses económicos internacionales que, bajo pretexto de cuidarlos, pueden atentar contra las soberanías nacionales”.
Esta semana, los Estados Unidos y su brazo armado económico, el FMI, exhibieron sin ningún pudor sus deseos carnales colonialistas y la excitación que les produce intervenir en nuestra Patria a favor de poder mantener a su empleado ordenanza en la presidencia de la Nación y avanzar con el latrocinio final sobre nuestras riquezas y recursos naturales.
Primero, el secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, que el pasado martes, luego de que la confianza producida por el pseudo levantamiento del cepo y la devaluación cuasi controlada perdiese efecto, salió rápidamente a decir que “podría darle un crédito al país (Argentina) frente a un eventual shock externo”. Como eso no produjo la confianza esperada, Giorgieva, la directora del FMI, sacándose el antifaz, reconoció que los 20.000 millones de dólares del reciente acuerdo llegaron con el fin último de que La Libertad Avanza gane las elecciones de medio término. Y utilizó el mismo argumento que el gobierno: “Esta vez va a ser distinto”.
Fue tanto el revuelo que provocó esta intromisión. Fue tan tremendo el escándalo de la señora Giorgieva en paños menores políticos que, sus asesores y jefes la instaron a explicar y, como casi siempre ocurre cada vez que alguien intenta aclarar lo inaclarable, lo oscureció. Dijo que su mensaje era para el Gobierno, para que no se tentara con cambiar su plan frente a las futuras elecciones, dejando en claro que el FMI manda… ¡Karina al Gobierno, Kristalina al Poder!
“La deuda externa se ha convertido en un instrumento de control”, dijo Francisco a un grupo de empresarios en 2017. El FMI incrementa esa deuda y controla de manera explícita. Tanto que, a simple vista, resulta políticamente pornográfico.


«No se denigren«
“Que todos sean uno para que el mundo crea” es, según el apóstol Juan,la frase con la que Jesús instaba a sus seguidores a “ser unidos” en la fe. Francisco solía usarla, un poco por el Evangelio y otro por el Martín Fierro. “¿Quién es mi prójimo?”, se preguntaba el Papa durante la clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, en enero de 2024.“¿Nuestras comunidades, sugiere, se hacen prójimas? ¿O permanecen atrincheradas en la defensa de sus propios intereses, celosas de su autonomía, encerradas en el cálculo de sus propias ventajas?”. Y se respondía “si así fuera, no se trataría sólo de errores estratégicos, sino de infidelidad al Evangelio”.
La dirigencia argentina no parece estar demasiado ocupada por el Evangelio pero, sin lugar a dudas, debería percibir lo que de “error estratégico” tiene esa actitud permanentemente beligerante hacia la interna que muestran los de un lado y los de otro de la Gran Grieta, generando fisuras lo suficientemente importantes como para que “los de abajo” empiecen a murmurar que “son todos iguales”.
A fines de la semana pasada, Cristina Kirchner posteó un interminable y contundente tuit en el que se demostraba (gracias a un trabajo publicado por Argendata) que los momentos en donde los trabajadores consiguieron una mejor participación en el PBI fueron entre 2003 Y 2015 (Néstor y Cristina), entre 1942-1954 (Juan Perón desde la Secretaria de Trabajo y Previsión y durante sus dos presidencias) y un tercero que tuvo su pico en 1974 (Año de la muerte del General). Con esta sencilla muestra, la ex Presidenta concluía que: “Que los responsables políticos de los períodos de mayor participación de los trabajadores en el PBI hayan sido, y sigan siendo, perseguidos, condenados y proscriptos… no es ninguna casualidad” y agregaba “como tampoco lo es que los responsables de las estafas financieras del 2001 y el 2018 vuelvan una y otra vez a manejar el Estado, endeudándolo cada vez más, hundiendo en la miseria y el dolor a millones de argentinos”.
Hasta ahí, una verdad de puño. Ahora bien, que una dirigente de tamaña talla; que quien consiguió el máximo nivel de reparto con el 53,2% para los laburantes; que quien ha sido destacada por el embajador saliente de los Estados Unidos en la Argentina, Mr. Mark Stanley (a) “El Termo”, como “una de las dirigentes más influyentes en la historia de América latina” ande hoy poniendo en juego ese bastión central que es la Provincia de Buenos Aires en una disputa de lapicera…!es raro!
“No es Ella, son los pibes”, tratarán de explicar los que la quieren bien. “Nadie hace nada sin su consentimiento”, esbozarán los que no la quieren tanto (algunos ni un poco) y todos, después de leer esta idea dirán: “éste juega para Kicillof”. A ese nivel de simplificación (y de irracionalidad) ha llegado la política y su análisis, prisioneros de un internismo feroz que pareciera no poder percibir el daño que les inflige este tira y afloja a los ojos de la sociedad toda.
Y no son los únicos que patinan. La pelea entre el macrismo y los libertarios es, también, para alquilar balcones. Mauricio hablando de dirigentes vendidos, Milei pidiéndole que le “muestre las facturas” y el PRO exhibiendo el acuerdo del INCAA por 252.000 dólares con el hijo de Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero que acaba de saltar a los brazos de los hermanitos Milei. Así, entre los que se venden, los que se entregan y los que “sólo” quieren aliarse, la derecha (que según alguna encuesta, de ir unida, podría ganar 5 de las 8 circunscripciones electorales de la Provincia) pone en riesgo un capital político que quien sabe si podrá reconstruir luego de la derrota. Porque quedan inquinas. Y en las Cámaras, más temprano que tarde, esos odios módicos afloran y se pierden votaciones… como mínimo.
“No hablen mal el uno del otro, no se denigren, no se descalifiquen (…) porque todos, en el fondo, estamos caminando sobre el mismo camino , como dice ese seudohimno nacional nuestro: «Allá en el horno se vamo’ a encontrar»”, dijo Francisco allá por junio de 2013 en su primera homilía en español en la capilla de Santa Marta. Si todos, dirigentes, militantes y ciudadanos de a pie, hubiésemos escuchado más al Papa… hoy… ¡quién sabe!

«Hagan Lío«
Incómodo como zapato prestado, Francisco fue, al decir de muchos observadores, un líder que eligió «el todo» por encima de la suma de las partes. ¿Predicó en el desierto? Está por verse. Ayer, 250.000 fieles lo despidieron en la misa del Vaticano y otros cientos de miles acompañaron el paso del coche fúnebre por las calles de Roma. En Buenos Aires, una Plaza de Mayo colmada celebró la eucaristía en honor al Papa (más apropiada que nunca la palabra porque hubo miles de jóvenes con sus tambores y sus bombos despidiéndolo) y el mundo todo estuvo atento a ese adiós extendido desde el lunes y a ese dolor que no cesa.
Juan Carlos Molina, «El Cura» para nosotros, sus amigos. Cercano realmente a Francisco; de contacto semanal, me decía estos días «Le dijeron comunista por hablar de justicia social en tiempos de desigualdad; le dijeron globalista por recibir y salir a buscar al extranjero en una época de migraciones, y le dijeron tibio por no apoyar un rearme en época de guerras. ¿Tibio? ¿de verdad? ‘Ya no es guerra, es crueldad tirar bombas a niños en Gaza’, decía. ¡Tibio, Ja! Pero ¿qué querían? ¿Un Papa que apoyara la muerte, que criminalizara a sus hermanos y que promoviera la injusticia? Sí, era lo que deseaban, porque era lo acostumbrado… Creo que lo que muchos nunca le perdonaron y no le perdonarán es que hiciera algo cada vez más extraño, que es tomarse en serio el mensaje de Jesús, el Evangelio, la Palabra, la Buena Noticia.
Por eso Francisco no fue ni un progresista ni un conservador (un poco peronista sí) Fue otra cosa, fundamental para el cargo que ocupó: un buen cristiano y un cristiano bueno. Leía el mundo desde el sufrimiento, desde el otro excluido, descartado, dolido… Muy parecido a lo que leía Jesús”.
Le dijeron. Y le siguen diciendo. Y seguramente en el futuro también le dirán. Porque no estuvo ahí para que lo olviden. Porque no mandó a “hacer lío” para que el orden mundial lo quisiera. Porque no alentó a los jóvenes y defendió a los viejos con tanta fuerza a la vez que tanta tranquilidad, para que los poderes concentrados lo celebraran. Tanto que, acaso un símbolo de su despedida sea que, mientras miles de personas pasaban el miércoles por la capilla ardiente, en Buenos Aires, en la Plaza de los Dos Congresos, los jubilados eran reprimidos y gaseados una vez más, aunque llevaran a la Virgen María de testigo. Esos viejos que cada semana se juntan para dar fe de las palabras del Papa cuando explicó que “decir viejo significa decir experiencia, sabiduría, conocimiento, discernimiento, reflexión, escucha, lentitud… ¡Valores que necesitamos desesperadamente!”
No en vano, Donald Trump, Volodímir Zelenski, Daniel Noboa, Giorgia Meloni, Míjeil Kavelashvili, Viktor Orbán entre otros, y hasta nuestro Javier Milei, representantes todos de esa nueva derecha planetaria que oscila entre la perversión y el absurdo, viajaron a Roma a participar de las exequias. Con sus presencias han intentado presionar al Cónclave que está por iniciarse para que el futuro Papa sea elegido entre los que desean dar marcha atrás con muchos de los avances que llegaron de la mano de Francisco.
Estos líderes y lideresas, confabulados con lo más ultramontano de la Iglesia Católica, operarán a favor de cardenales afines a sus ideas, como monseñor Robert Sarah, ex Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, que aboga por la misa en latín y tachó de herejía la bendición de las parejas homosexuales. Esto mientras famosas casas de apuestas on line suben y bajan candidatos de acuerdo a las preferencias de los que juegan y pujan. Signos, señales de este mundo complejo en el que Francisco operó de nuestro Dios en la Tierra y nunca de cosplayer divino. Su ejercicio de conducción (porque no lideró, condujo); los temas que puso de relevancia; los 200 millones de nuevos católicos que deja; los odios y rencores que generó con su prédica… Todo él fue la idea de alguien que, como afirmó Putin, no pasó en vano por este mundo. Y que, como andan diciendo por las redes, hizo el último guiño de lograr que lo despidiese Lula, y no Milei… El Señor opera de formas sutiles y extrañas. Amén. Telón.
