“Vamos por partes”
Jack el Destripador
Si sólo fuese él; si Javier Milei estuviera solo, librado a su suerte, sería más fácil que fugar dólares para Luis «Toto» Caputo. El problema no es el tipo, ni su entorno de Corte de los Milagros, ni siquiera algún hombre fuerte del empresariado argentino que le hace fiestas, saltándole alrededor, como Pluto a Mickey. La complicación está aposentada en fuertes intereses corporativos extranjeros (focalizados en nuestros recursos naturales) y una clase política que tiende a protegerlo: en muchos casos, pensando que está bien que este emergente, ajeno a toda construcción proto partidaria y carente de los más mínimos códigos de convivencia, pague el costo de una destrucción que muchos juzgaban imprescindible para luego poder retornar ofreciendo al pueblo un mínimo de lo que se le ha quitado y, de esa manera, ser recibidos con loas y vítores… el costo social, bueno, esa te la debo.
Alto minué se bailaron esta semana, discutiendo si Ariel Lijo si y Manuel García Mansilla no; si una Corte de 7 miembros, si Victoria Villarruel es, puede ser, será o no peronista; si vamos a juzgar otra vez a todos los Montoneros; si la cosa viene de psiquiátrico; si Milei va a negociar con los distintos bloques; si Santiago «Caputito» lo espía a Mauricio Macri en la vida o en la Justicia; si Sergio Massa rosquea con Horacio Rodríguez Larreta que lanzó un espacio denominado MAD (loco, en inglés)… todo esto mientras el hambre tiñe el territorio como una ola de lava nauseabunda, las fuerzas de inseguridad apalean jubilados en un nuevo round de “duro con los débiles, blando con los fuertes” y un sector importante de la economía empuja al default y la devaluación.
El fantasma del juicio político, mientras tanto, recorre los despachos de dirigentes de todos los sectores (y de paso se instala en el inconsciente colectivo): en algunos puede entrar, en otros encuentra la puerta cerrada. El tema son las motivaciones. Y, también, la representatividad de quien le da paso, o no. Una especie de Antón Pirulero político en donde cada cual atiende un juego que cree propio pero, en realidad, es de muchos.
¿Y si le sale bien?
La pregunta se ha puesto de moda entre muchos de aquellos que hasta ayer resistían al gobierno libertario y, cual si fuese una revelación, hoy observan (¿interesadamente?) que los hados bien podrían acompañarlo. Que el INDEC estime una caída del 4% para este año; que la inflación acumulada entre diciembre y julio sea del 134,6%; que el recorte del consumo según el índice Banco Provincia sea del 23,5%; que la devaluación acumulada sea de 167,7%; que el consumo de carne haya bajado 18 puntos en el primer semestre; el de leche el 16,2% y que el aumento de la nafta súper sea del 219% (ente otros datos desastrosos), no les dice nada… o al menos no escuchan lo que les está gritando.
“Hasta ahora, lo que hubo, es un proceso de ajuste de tal magnitud donde apagaste todos los motores de demanda agregada. No tenés demanda externa porque el tipo de cambio no te sirve; no tenés consumo interno porque el salario se deterioró; no tenés consumo público porque hiciste pelota la inversión pública y la inversión cayó 12%. O sea, no tenés inversión, no tenés consumo, no tenés exportaciones… ¿de dónde va a venir que esto salga bien?”, se pregunta Roberto Feletti, imponiendo cierto parate al optimismo inflamado de algunos a partir de que en los últimos dos meses no ha habido demasiadas variantes en la economía.
Feletti, junto con su equipo, presentó un informe en el que alerta sobre un futuro de “Doble D: Devaluación y Default”. Pasa que Milei se equivocó de letra: anunció un proceso de “V corta”, en el que la economía tocaba fondo y despegaba de inmediato y consiguió un resultado de “L”, tocamos fondo y seguimos en el fondo.
Entre diciembre último y agosto la pérdida acumulada del salario mínimo fue de 676.194 pesos, la del ingreso de los trabajadores informales de $500.817, la del salario de los empleados públicos de $1.076.464 y las de RIPTE, Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables, elaborado para el cálculo de la movilidad jubilatoria y de las indemnizaciones por accidentes de trabajo, $755.840. Esto contra un aumento de la canasta de servicios públicos del 380%; un incremento del 209% de los precios de medicamentos con cobertura de PAMI y un 600,08% de aumento en el precio de la tarifa mínima de los colectivos en el AMBA entre noviembre de 2023 y junio de 2024, o sea sin la eliminación de los subsidios de la RED SUBE que acaba de aplicar el gobierno.
Considerar que estas medidas pueden ayudar a que la Argentina salga adelante es algo así como asistir a un terremoto y alegrarse por lo bien que le va a ir a la industria de la construcción cuando haya que levantar nuevamente las ciudades derrumbadas. Hay gustos pa’ tuitos.
Sammy la foca loca
Claro: son expertos en correr el eje del debate. En poner la mirada de las audiencias más allá del dolor de la pobreza y el hambre (porque casi a nadie le gusta ser testigo de la desesperación… nos hemos vuelto versados en el hierático arte de ignorar el sufrimiento que nos rodea). Es apenas otra estrategia: ubicar a Sammy, la foca, adelante con una pelota de gajos de colores girando en la trompa y aplaudiendo, y por detrás de ella, que pasen los leones famélicos, los elefantes descompuestos y los camellos pelados…Vamos a los eventos.
El amor con Amalia «Yuyito» González no les salió tan bien. Huele a play back menemista… y a naftalina. Señora grande, presidente andrógino, hermana satisfecha. Aunque hay que reconocer que el efecto de la ex vedette vistiendo y olfateando una campera de cuero negro (símil la de Milei) fue un gesto bastante desagradable… pero poderoso para el show.
El acto reivindicatorio del Terrorismo de Estado en el Senado y el anuncio de la vicepresidenta de que va a “reabrir” los juicios porque “los Montoneros tienen que estar presos” fue bastante más eficaz. Sobre todo, a la hora de las grandes preguntas: ¿Cuáles Montoneros? ¿Patricia “Pato” “Carolina Serrano” Bullrich? ¿Mario “¿Pascualito” Montoto, secretario privado y apoderado de Firmenich? ¿Horacio “El Perro” Verbitsky, quien el año pasado declaró que no le parece mal que la vicepresidenta “pida justicia para las víctimas de la guerrilla”?
La lista podría ser larga. La intención, me parece, más cortita. En una semana en donde otra de las estrategias de la foca Sammy fue debatir si Vicky pudiera ser, o no, peronista. Porque eso fue lo que se puso en debate. En lugar de discutir el negacionismo exacerbado de esta mujer que ha construido una carrera política defendiendo a represores (recordar que visitaba a Videla en prisión), reinstalando la Teoría de los Dos Demonios y tratando de hacer del Terrorismo de Estado un acto de patriotismo heroico.
Dos géneros
Otro que patinó pour la gallerié fue el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien en la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados descerrajó “Rechazamos la diversidad de identidades sexuales que son inventos subjetivos”. El “rechazamos” sonó, al principio, a esa manera extraña que exhiben algunos oradores que se refieren a sí mismos utilizando la primera persona del plural. Pero luego, viendo la cantidad de adhesiones que obtuvo de parte del Gobierno, se hizo evidente que había sido enviado allí para tirar la bombita libertaria.
Acaso no haya sido este ministro la persona más indicada para instaurar esas ideas anarco-capitalistas sobre géneros, libertades y violencias ya que, en su historial registran: el “suicidio” de una ex -Lourdes Di Natale-, una alta exposición mediática junto a algunos personajes non sanctos de la noche como Guillermo Coppola y hasta un “noviazgo” con Samantha Farjat, una de las imputadas por el caso de la “Cocaína en el Jarrón”. También pasó un mes detenido, acusado de coacción agravada y encubrimiento por el juez Norberto Oyarbide, por una causa en la que se investigaba el robo de un video del despacho del juez Juan José Galeano en el juicio por el atentado a la Amia.
Tuiteame tu condena…
Si Cátulo Castillo tuviese que escribir hoy “La Última Curda” no le quedaría otro remedio que versear “Tuiteame tu condena, linkeame tu fracaso… no ves el meme que me ha herido”. Porque todo pasa por ahí. Sobre todo, la política por “X”. La de acá y la de otros países “más avanzados” como los United States, con las campañas de Donald Trump, que promete cargos para el dueño de “X”. Ahí anda también la Corte Suprema de Brasil suspendiendo la famosa red, propiedad de Elon Musk, por difundir noticias falsas y no adecuarse a los requerimientos de la justicia del país.
Lo cierto es que, esta semana, hubo intercambio de tuits al interior del peronismo kirchnerista. Una humorada galante del senador José Mayans -presidente del bloque de UxP- con Villarruel impulsó una entrevista en la que el formoseño dijo que Milei estaba para el “psiquiátrico” mientras remarcaba que ya se habían conseguido los dos tercios de votos lo que significaba que el Presidente estaba a tiro de juicio político.
Ipso facto, Cristina Kirchner tuiteó (raro en ella, por lo inmediato y lo escueto): “Pericia psiquiátrica le vamos a pedir a los que dicen que Villarruel es peronista”. La devolución de revés de zurda vino del lado de Mayans que preguntó: “A los que pusieron a Alberto como presidente del partido, ¿también los mandamos al psiquiátrico?”. Rápidamente salió Mayra Mendoza con un larguísimo tuit en el que linkeó notas de Clarín hablando del “operativo clamor” para que Alberto Fernández -que oportunamente había reconocido que no era peronista- presidiese el Partido. Resultado: tensión, agachadas, embajadoras de buena fe, aprietes, aflojamientos… siga siga.
La verdad es que, sin ánimo de contradecir a Clarín (que no me representa), Alberto Fernández fue encaramado a dedo (como tantos otros) gracias a que no se le permitió competir en la interna a la lista encabezada por Alberto Rodríguez Sáa. Esta última, que había presentado más de 65.000 avales fue descartada por algún tecnicismo extravagante para que la del entonces presidente “ganara” con menos de 25.000 avales presentados. De todas maneras, las formas democráticas parecerían estar cayendo en desuso… Imaginate: si ahora retamos, encuadramos y negociamos por “X”… Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras…
Desmen-tuit
Otro que se subió a la red para dar de baja una operación clarinística fue el senador Wado de Pedro luego de que Marcelo Bonelli escribiese un nuevo brulote en las páginas del diario de la cornetita. La columna del milenario periodista de las operetas a dos… voces daba cuenta de una negociación un tanto extraña entre Santiago Caputo y el senador kirchnerista en la que se abría la posibilidad de cambiar apoyo a Lijo por ampliación a 7 del número de “Supremos”… Y, claro, que Wado fuese uno de ellos.
De Pedro no se comió el amague. Tuit mediante, dijo: “Quiero desmentir las afirmaciones en Clarín del periodista Marcelo Bonelli. No soy candidato a la Corte Suprema ni nada parecido. Tanta creatividad me sorprende. Tampoco hay funcionarios kirchneristas en el gobierno de @JMilei. Si alguno continúa en el cargo, tal vez deberían consultar al Frente Renovador”. La jugada podría denominarse “gambito de cerrar un frente para abrir otro”… o sea. Digamos.
Hay que hacerlo porque la opereta estuvo armada sobre verosímiles. Caputito es el que anda ofreciendo cargos para la Corte, al menos así lo dejó sentado Manuel García Mansilla quien, en su exposición defendiendo los colores de su club en el Senado no dudó en afirmar que no conoce personalmente al Presidente y que su postulación le fue ofrecida por Santi, el “Outsider Peaky Blinder”, que no registra en ningún raviol de la estructura del Estado, pero juega como si fuera más que un Jefe de Gabinete. Una vergüenza para la República y la Democracia.
Espía espión
La otra gran movida de este joven tatuado a la usanza de la mafia rusa, que suele hacer gala de andar con una pistola glock en la cintura, fue la del espionaje a Mauricio Macri. Debo aclarar que, en este caso, el viejo dicho de que “el que espía a un espión tiene cien años de perdón”, no corresponde. Al parecer, desde el corazón mismo de la SIDE, pidieron revisar todas las causas que tiene el ex presidente, buscando… quién sabe qué. El Calabrés mandó a su pesado favorito, Cristian Ritondo, a averiguar “democráticamente”, vía pedido de informes, qué significaba que estuviesen interesados por los expedientes y, según las malas lenguas, el Presidente llamó a Caputito al Komisariat y le dio un tirón de orejas. Aunque hay quienes sostienen que empieza a soltarle la mano. En su defensa y por las redes, los trolls controlados por el joven efebo hicieron saber que el PRO quiere cajas… y cargos. Un horror, mire.
Mauricio, con una magnanimidad que excede largamente a su sello siempre competitivo ordenó, en el encuentro que mantuvo con cuadros del PRO en Paraná para el relanzamiento de su thinktank Pensar (que capitanea María Eugenia Vidal, (a) La Homeless), que acompañen a Milei y sean “generosos” con el Gobierno. “La política no es sólo rosca”, sentenció él, que nunca deja de pensar en los negocios… aunque los de Argentina ya le queden chicos.
Descascarados
¿Está Javier Milei acorralado? En los mentideros, la especie corre como el agua de la tormenta de Santa Rosa junto a los cordones porteños. La diputada Lourdes Arrieta fue agredida la semana pasada. Sus compañeros pidieron su cabeza; pero ella sólo les entregó el patito. Y armó un monobloque: Las Fuerzas del Cielo. Recemos.
Por su parte, el senador Francisco Paoltroni (que dicen que vendió uno o dos campos para pagar su cuota de ingreso a la candidatura) se paró de manos con el tema Ariel Lijo y objetó la voluntad del presidente. Rápidamente, sus colegas de la bancada (en un gesto de obsecuencia que será recordado en los anales de la política parlamentaria) elevaron una carta a la Vicepresidenta exigiendo su expulsión del bloque de LLA por “diferencias irreconciliables”. Ni lerda ni perezosa, Villarruel rechazó la carta por improcedente y dejó a los “padres de la patria libertarios” colgados del pincel cuando les explicó que ella no tenía ninguna injerencia sobre el tema. De paso los acusó de un conocimiento deficiente de la dinámica de esa Cámara Alta. “Si no saben, pregunten”, les espetó a los mileístas sobreactuados. No hay nada que hacer: la vice diosa es atea.
La Libertad Avanza cruje. Por todos lados. En la provincia de Buenos Aires, sus representantes sólo están allí para demostrar que no hay astilla peor que la del mismo palo. Claro, no son el único espacio que juega a las escondidas. Axel Kicillof, haciendo magia para sostener todo lo que el gobierno nacional le ha quitado, también es constantemente jaqueado por “fuego amigo”. No es el primero (alcanza con revisar las historias de Julio de Vido, Amado Boudou, Gabriel Mariotto, Aníbal Fernández… y siguen las firmas). Y no será el último.
A los palos
A la misma hora que en el Palacio se ejercía el sagrado deporte de las zancadillas y la oposición (léase macrismo más pichetismo más, quizá, kirchnerismo… y digo sólo quizá) tejía alianzas contumaces para poner jueces supremos y de los otros, afuera, en la calle, miles de jubiladas y jubilados eran reprimidos con una crueldad y un salvajismo propios de bestias… o de estimulados.
Las imágenes fílmicas y fotográficas no dan lugar a ninguna vacilación: la Policía Federal fue a matar viejos. Y si no lo consiguió fue por gracia divina, no por falta de deseo. La violencia, la ferocidad, el encarnizamiento de los miembros de las fuerzas de seguridad a la hora de atacar con gases, palos y hasta golpes de puño a mujeres mayores, a hombres que se ayudaban con un bastón para desplazarse, no tienen explicación ni admiten justificativo. Frente a tamaño desenfreno, uno ruega en silencio que la justicia celestial los alcance cuando tengan la misma edad de los que golpearon a mansalva. El viernes Milei coronó esta agresión con el veto total a la ley que mejoraba los haberes de los adultos mayores.
Paralelamente, Patricia Bullrich observaba, en las inmensas pantallas de su centro de operaciones tácticas, la carnicería; la CGT reunida en concilio ecuménico sindical decidía qué emoji de enojo enviarían al día siguiente y redactaban un comunicado muy emotivo y sentido y los nietos de esos viejos que todavía tienen agallas para pelearla en la calle, tuiteaban: algunos a favor de sus abuelos, otros en contra, asegurando que si en tantos años de trabajo no te has podido armar una vejez contenida, es culpa tuya.
En la Argentina del Antón Pirulero, cada cual atiende su juego… hasta que golpeen a su puerta.
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