Ingresos por el piso: dos salarios mínimos solo alcanzan para sobrevivir ocho días

El Gobierno volvió a fijar el piso salarial por decreto: los sindicatos pedían más del doble y la canasta básica no para de subir.

En plena escalada inflacionaria y con el poder adquisitivo por el suelo, el salario mínimo volvió a perder frente a la suba de precios. A falta de consenso en el Consejo del Salario, el Gobierno nacional impuso una vez más de forma unilateral una actualización del ingreso básico, que pasó de $296.832 en marzo a $302.600 en abril. Esa suba de apenas $5.768 no alcanza ni para empatarle a la inflación del primer trimestre, que ya trepó un 8,6%. En cambio, el salario creció sólo un 5,5% en el mismo período.

Los datos son contundentes: según el Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (CESyAC), una familia tipo que vive en la Ciudad de Buenos Aires necesita $75.505,86 por día para solventar lo esencial: comida, alquiler, servicios y transporte. Con dos salarios mínimos, apenas puede sostenerse durante ocho días del mes. Tal como reveló Perfil, la pérdida de poder adquisitivo es cada vez más profunda: en febrero una familia cubría ocho días y medio, en marzo apenas siete.

En comparación con un año atrás, el deterioro es aún más notorio. En mayo de 2024, el salario mínimo cubría casi la mitad del mes. Hoy, no llega ni a un tercio. El informe del CESyAC también señala que para abril de este año, el costo diario de vida más que duplicó el registrado en 2024, cuando dos sueldos mínimos permitían cubrir trece días de gastos.

El recorte del poder de compra no sólo afecta a quienes perciben el salario mínimo, sino también a quienes dependen de ese monto como referencia: jubilaciones mínimas, asignaciones, cuotas alimentarias y seguros de desempleo. El Gobierno, por su parte, estableció nuevos aumentos para los próximos meses, con cifras que siguen corriendo muy por detrás del alza de precios: $308.200 en mayo, $313.400 en junio, $317.800 en julio y $322.000 en agosto.

Desde el sindicalismo, el reclamo fue mucho más ambicioso: exigieron un piso de $644.165 para abril y $657.703 para mayo. Si se aplicaran esos valores, una familia podría cubrir al menos 17 días de necesidades básicas. Los empresarios, en cambio, ofrecieron montos apenas por encima de lo que definió el Ejecutivo: $301.500 y $306.500 respectivamente.

Perfil también informó que el salario mínimo interanual creció apenas un 36,8%, mientras que los precios subieron casi un 56% en el mismo período. Además, un informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA advirtió que en marzo el SMVM cayó un 2,1% en términos reales, el peor registro del año.

Además, el salario mínimo impacta directamente en la manutención infantil: en casos sin ingresos formales, los jueces suelen fijar una cuota alimentaria equivalente al 50% del SMVM. Eso representa hoy unos $151.300, monto que apenas cubre el 31,1% de los gastos de un niño de entre 1 y 3 años, y sólo el 29,4% de un menor entre 6 y 12.

Por si fuera poco, la canasta básica total que mide el INDEC para una familia tipo —sin contar el alquiler— alcanzó en marzo los $1.100.267. El ingreso mínimo de mayo cubre apenas el 28% de esa canasta. En cuanto a la canasta alimentaria, el salario cubre el 61%, pero con precios de hace dos meses.

Mientras tanto, el ministro de Economía, Luis Caputo, continúa eludiendo definiciones de fondo. Las proyecciones muestran que los ingresos seguirán perdiendo poder de compra, y el Gobierno sigue sin mostrar señales de una recuperación salarial. En el escenario actual, tener empleo registrado ya no garantiza escapar de la pobreza.

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