La crisis dentro del Hospital Garrahan escaló esta semana luego de que, en una asamblea multitudinaria, se decidiera que el personal de planta se sumará al paro por tiempo indeterminado que ya vienen sosteniendo los médicos residentes. La protesta se intensificará este jueves 29 con una movilización unificada al Ministerio de Salud, mientras se profundiza la denuncia por la crítica situación salarial y el desmantelamiento del sistema de salud pública.
La decisión se tomó este martes en el Aula Magna del hospital porteño, donde trabajadores de distintas áreas coincidieron en que la situación es “insostenible”. Alejandro Lipcovich, referente sindical y trabajador del Garrahan, explicó: “En ella participaron residentes y trabajadoras y trabajadores de la planta de todas las profesiones y oficios que hacen funcionar al hospital. La resolución fue unánime, expresando que hemos llegado a una situación límite de vaciamiento y asfixia salarial”. Y añadió: “Para dar un ejemplo, un enfermero con 10 años de antigüedad en el principal hospital pediátrico del país no llega a los 900 mil pesos”.
El conflicto comenzó a escalar la semana pasada, cuando los residentes iniciaron un paro de 72 horas. Pero ante la falta de respuesta oficial, resolvieron extender la medida de fuerza sin fecha de finalización. Ahora, el resto de los trabajadores decidió acompañar la protesta no solo en solidaridad, sino porque atraviesan las mismas condiciones de precarización.
Desde la representación gremial insisten en que la política de ajuste del gobierno nacional impacta directamente sobre el funcionamiento del hospital, con salarios que se encuentran por debajo de la línea de pobreza y un éxodo de personal calificado que ya compromete la capacidad de atención del Garrahan.
“La situación llegó a un límite dramático, porque los salarios de hambre y las malas condiciones laborales no solo nos afectan a los trabajadores y trabajadoras del Garrahan. Sufrimos un éxodo de personal, incluídos profesionales de altísima calificación, lo cual vacía las capacidades de atención de este hospital modelo. Las víctimas son cientos de miles de niños y niñas, que junto a sus familias acuden a lo largo del año al Garrahan”, denunció Lipcovich. Además, apuntó directamente a las autoridades: “Es evidente que Lugones y los funcionarios que nombró en el Garrahan (El Kik, Menehem, Dalmazzo y Pérez) están decididos a vaciar el hospital a cualquier costo”.
Por su parte, Gerardo Oroz, integrante de la Junta Interna de ATE y trabajador del área de Farmacia, advirtió que la lucha en el Garrahan debe encender una alarma más allá del hospital: “Milei y Lugones no disimulan su propósito de liquidar la salud pública. Por eso, la pelea que se desarrolla en el Garrahan debe hacerse extensiva al resto del personal de salud y a la población trabajadora en general. Llamamos a la comunidad a sumarse”.
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