16 de mayo de 2024

Gobierna por Twitter, para sus trolls, con datos de un bot y por decreto

«Cuando veas la sangre correr por las calles,

es tiempo de comprar propiedades«.

Barón de Rothschild

Como en la Argentina está todo en orden, el Presidente viajó a Miami a recibir un premio que parece un juguetito mientras su opositor más serio (por ahora) se dedicó a jugar al bridge con buenos resultados: Mauricio Macri se consagró campeón sudamericano senior de esta disciplina -desde hace poco considerada deporte- y consiguió su pase al mundial. La especie de que, una vez terminada la partida, se levantó y corrió alrededor de la mesa haciendo el Topo Gigio, podría ser apócrifa.

La semana comenzó con un eclipse de sol en Nueva York y adyacencias y culmina con el regreso intempestivo de Javier Milei que decidió no ir a Dinamarca a volar como copiloto de un avión F-16, sino volver de raje a la Argentina para presidir un Comité de Crisis por las agresiones cruzadas entre Israel e Irán que, al decir de los analistas internacionales, apuran los tiempos de una gran conflagración que muchos se animan ya a denominar la Tercera Guerra Mundial.

Y es que ese jueguito de amorosas alianzas con Estados Unidos sumado al bolero que baila todo el tiempo con la poderosa comunidad de los Luvabitch -que lo acaban de nombrar Embajador de la Luz… justo ahora que aumentó tanto la tarifa de la electricidad– hace que el Presidente se sienta obligado a participar de hostilidades que nada tienen que ver ni con la vida ni con el sentir de los argentinos. ¡Quiera Dios que no se pase de mambo y nos meta en un conflicto bélico internacional!

Siempre por Twitter

Si vos pensás que gobernamos por una cuenta de Twitter… no tengo mucho para decirte”, redondea una respuesta medio incoherente el vocero «Ornamenti». Y, «la verdad de que sí«, diría Catita, aquel personaje entrañable de Niní Marshall. Al hombre le gusta más Twitter que las papas fritas (es un decir, ya sé que les tiene miedo… pero es por respetar el dicho). Algunos analistas de redes sostienen que, teniendo en cuenta sus posteos, el Presidente pasa un promedio de 5 horas y media diarias en esta plataforma. El Tik Tok se lo manejan.

Teniendo en cuenta que Milei ha declarado que no se reúne con los cientos de inversores que llegan al país “porque no me da la agenda” y que es capaz de dedicarle 3 horas a una entrevista con Alejandro Fantino para que luego se viralice hasta el hartazgo, podría afirmarse, sin rubor alguno, que “gobierna por Twitter”. Y que lo hace, básicamente, para sus fans… y sus trolls. Como si la respuesta lisonjera que recibe de estos grupos fuese el oxígeno y la savia de su gestión devastadora.

Son cosas del bot

Claro que ¡todo tienen un límite, caramba! Porque en las redes no habita la verdad, precisamente. Como explicaba el periodista Javier Gallego hace unos años en su ciclo radial Carne Cruda: «La verdad no importa. Está devaluada. Lo que vende es la mentira. La mentira funciona, da votos, seguidores, hinchas, fanáticos…«. Se podrían escribir tratados al respecto pero, para este panorama, alcanza con recordar que, esta semana, el Presidente y su ministro de Economía se apalancaron en el bot que pretendía ser de una cadena de supermercados (una cuenta fake) que estaba haciendo un experimento social. Sobre los datos falsos de este experimento trucho confirmaron, con bombos y platillos, que la inflación está bajando. Un papelón a escala internacional que se reflejó en algunos de los periódicos más importantes del mundo. Por supuesto que en esta oportunidad Milei no echó a nadie (se tendría que haber expulsado a sí mismo del Gobierno) pero la ira recorrió los pasillos de la Casa Rosada, sobre todo porque cayó en su propio juego: el ámbito que -se supone-, es el que mejor maneja.

El “Toto de la Champion” no le fue a la saga y cometió el mismo error que el mandatario pero doble, demostrando su “humanidad”, ya que tropezó con la misma piedra dos veces: con el Bot del Jumbo falso y luego con otro de Coto… Preguntarle al INDEC ¿para qué? Si todos sabemos que el Estado es deficiente y el mercado nunca se equivoca (ni cuando hace menos repelente para mosquitos que el necesario).

La síntesis de este entremés libertario: no saben ni dónde están parados y pueden decir cualquier locura («locura» dije… se me habrá escapado), con tal de mostrar un pequeño éxito. Cualquier cosa que no huela a derrota, como les ocurre habitualmente.

Menemismo sin política

La fascinación que les produce el menemismo a parte importante de La Libertad Avanza sólo es equiparable a la devoción que tiene la familia presidencial por la música de cuarteto. ¿En quién pensaría usted si, de repente, le digo de un presidente que se saca fotos con famosos, anda arrastrándole el ala a una vedette y pilotea un avión caza supersónico? Error: hablo del otro. Si uno se asoma un poco a la estética menemista descubrirá que Karina Milei, por ejemplo, tiene el mismo estilo que solían tener Amira o Zulema, retoques estéticos varios; ropa de marca pero ostentosa (tapado Dolce & Gabbana y reloj Rolex durante su estadía en Roma para ver al Papa); cholulismo con figuras artísticas, deportivas o político-empresariales (nunca intelectuales). En fin. Los hermanitos son más mersas que usar cadena de plata de eslabones gruesos al cuello y la camisa desprendida hasta el ombligo. «Canapés de polenta«, como dice mi amigo Max Delupi.

Pero también hay verdadero amor por el menemismo. Y no estoy hablando de asuntos de sábanas ni de relaciones afectuosas como la que se profesan con Zulemita. Hay una filiación idiosincrática que se puede leer entre líneas en el texto del proyecto de ley bases, que fue enviado esta semana al Congreso. Basta con ir al listado de empresas a privatizar o concesionar y compararlas con las empresas que entregó Carlos Menem en su famosa reforma del Estado… «Sé gual«, diría Minguito Tinguitella. Aerolíneas, Intercargo, AYSA, Ferrocarriles, Banco Nación, y siguen las firmas. Falta Roberto Dromi poniéndole letra aunque está Rodolfo Barra para darles sustento jurídico. Y, además, vienen por las reformas que Cavallo no pudo hacer: privatizar la salud y la educación. Y no pudo hacerlo porque Menem todavía hacía política. Y además estaban Carlos Corach, Eduardo Bauzá, Alberto Kohan y otros: el soporte político y teórico de aquel gobierno de 1989/1999, Milei no lo consigue ni encargándoselo a Conan.

Hay un intenso perfume a menemismo tardío y una decisión de los patrones, los jefes del Presidente, de que esta vez no se les escape la tortuga. Por eso van a fondo con «el psiquiátrico» (así lo nombran en sus charlas íntimas). Porque tiene menos política que un pelotero y es más fácil que comprarte un título en la universidad de Bertie. Y cuando se les agote, cuando el muñeco ya no les sirva, lo van a desechar asegurando que la culpa no es del neo liberalismo ni del anarco capitalismo: fue Milei que no entendió nada, que está demente, que no escuchó al FMI cuando le advirtió sobre la posibilidad del estallido social. Esto mientras la sangre corra por las calles y los poderosos compren propiedades.

Pulseada a futuro

La Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados fue, esta semana, una de las comidillas políticas más jugosas. Que Martín Menem se descontroló en sus atribuciones. Que la orden llegó de Miami y tenía el sello de Karina Milei. Que Oscar Zago (ex titular del bloque de LLA, ahora desplazado) se cortó solo. Que la reunión de comisión es válida. Que no… En este tema, como en un partido de truco, se supone que gana el que mejor miente. Pero, al parecer, la hermana de Milei prefiere jugar sólo teniendo cartas. Y manipula el sabot.

En principio, había un arreglo para que la periodista Marcela Pagano -que es más macrista que dormir la siesta en reposera- ocupara la presidencia de esa comisión, central a la hora de la habilitación de un juicio político que, como espada de Damocles, pende sobre la cabeza del jefe libertario. El acuerdo lo había hecho de palabra el jefe de bloque hoy destituido. Y «Jamoncito», en su rol de estar en el medio, había aceptado de buen grado. Tanto que felicitó por WhatsApp a la diputada. Pero cuando Karina se enteró, aleccionada seguramente por su grupo de asesores menemistas, dio la orden de frenar todo eso.

¿Por qué? Mauricio Macri es, hoy por hoy, el único jefe político de la Argentina en posición de conseguir el juicio político del mandatario. Por los legisladores que le responden. Porque tiene guardadas bajo 7 llaves las pruebas que acompañarían el pedido. Y porque el Presidente le está caloteando electores y los jefes de Milei lo están dejando afuera de los negocios.

¿Le interesa a Mauricio? La estrategia es, por ahora, un haiku escrito por Sun Tzu: así de difícil de interpretar. Pero todos suponemos que, tarde o temprano, esa guerra larvada se va a concretar y, frente a esa perspectiva, Karina lo único que no quiere es tener quintacolumnistas en su fuerza. Por eso ha salido a armar La Libertad Avanza en los distritos en los que reina Macri. Y se propone competir en el campo de su mayor y más claro oponente.

Pero también los Paolo Rocca de la vida (léase Il circolo rosso senza ‘Ndrangheta), los empresarios que fueron dejados de lado en los pingües negocios de la gestión Macri, los que -incluso en algunos casos- visitaron los orinados calabozos de Comodoro Py y le juraron vendetta a Mauricio, juegan del mismo lado de Karina… y el menemismo. Fueron autores de la primera etapa con Carlos Menem a la cabeza y quieren firmar esta segunda con Milei. Yo recomiendo que, cuando empiecen las balas entre estas facciones, se agachen.

No hay plata… Masomeno

Los gobernadores dialoguistas se reunieron con Francos y Posse y les dijeron: “No hay plata”. La CGT fue por lana con Francos y Posse y salieron trasquilados. Por eso, les clavaron marcha con las universidades el 23 de abril, festejo del día del trabajador con movilización al monumento “Canto al Trabajo” de Paseo Colón el 1 de mayo y paro general para el 9 de mayo. Casi uno por semana. Los movimientos sociales fueron por alimentos para los comedores y les dijeron: “Se los dimos a las iglesias evangélicas”. Aunque esto fue también una devolución de favores a los que les fiscalizaron el ballotage.

No hay plata”, pero Javi decidió gastarse 650 millones de dólares para comprarle a Dinamarca los 24 obsoletos cazas F-16 con su respectivo armamento. Aviones que el propio Volodímir Zelenski rechazó por obsoletos y que ahora, los daneses no saben cómo sacárselos de encima. Y, si esto no alcanzara para saber dónde pone el eje este gobierno libertario, un par de datos de las redes: cada lata de gas pimienta utilizado en la represión contra los piqueteros el pasado 10 de abril representa 12 kilos de arroz; cada hora de operativo represivo son 420 jubilaciones mínimas; cada cartucho de bala de goma con las que hirieron a manifestantes y a periodistas cuesta lo mismo que 4 paquetes de fideos… Suerte que “no hay plata”. Si hubiese nos estarían cazando por las calles.

Esta semana, Daniel Schteingart, confeso desarrollista,  dijo que “la caída del salario real, en lo que va de 2024, está entre las 5 caídas más grandes de la historia argentina de los últimos 90 años”. La venta de insumos para la construcción se derrumbó un 40% en marzo y la industria, se estima, ha expulsado más de 100.000 trabajadores. Según el CEPA, se patentaron un 43% menos de motos, 36% menos de autos, la producción automotor cayó casi un 30% y las contribuciones patronales se deploraron a un 21% menos. Pero Caputo ha establecido topes para las paritarias y prometió cortarle los dedos a quienes homologuen aumentos por encima del 14%.

Datos que, al decir del célebre psicoanalista brasilero Lincoln Freire, “son como los bikinis: muestran casi todo, pero esconden lo principal”. Cifras escondidas, ocultas, difuminadas por los medios de incomunicación y los voceros oficiosos y oficiales, disimuladas en una catarata de naderías que nos pone a discutir sobre si el abuelo de Milei descubrió que era judío horas antes de su muerte (cosa irrelevante si la hay, ya que el judaísmo se trasmite por vientre desde Moisés a la fecha) o si el Elon Musk que recibió al Presidente argentino era de verdad o un doble, o si Fátima Flórez lo dejó porque no le homologaba la paritaria. Eso de lo que no se habla es el hambre y la desesperación de un pueblo que a veces puede comer una vez por día, que no tiene con qué pagar el pasaje para ir a trabajar, que sabe que, en poco tiempo más, les van a cortar la luz, y el gas, y hasta el agua. Jubilados partiendo en varios pedacitos la pastilla que deberían tomar 4 veces al día. Enfermos de cáncer muriendo por falta de medicamentos. Contagiados de dengue por ausencia de vacunas y políticas públicas. 

Con esa realidad, en ese debate, evitando todo aquello que dura más de un minuto, negándonos a pensar, cómodos en la papilla pre masticada con la que nos alimentan el alma y el cerebro, la semana cierra con un senador contando un cuento de violación para justificar la acción libertaria y un diputado, ex presidente del bloque de LLA, al que todos puteaban hasta recién y ahora, por un golpe de política, se transformó en «Zago, el bueno«… y la guerra. Lejos pero, por obra y gracia de Milei, también cerca. ¡Ezequiel, tachame la doble!

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