Mauricio Macri reunió a la cúpula del partido en la sede de la calle Balcarce para discutir la estrategia frente a la intención del Presidente de nombrar por decreto a Lijo y a Manuel García-Mansilla en el máximo tribunal. Sin llegar a una posición unificada, los dirigentes del PRO coincidieron mayoritariamente en rechazar la postulación de Lijo, aunque persisten diferencias internas que reflejan la incertidumbre del partido en su vínculo con el oficialismo.
“La mayoría del bloque va a ir en contra del pliego de Lijo”, afirmó el senador Alfredo De Angeli, nuevo presidente del bloque en la Cámara Alta, quien ofició de vocero tras la reunión. Sin embargo, algunos legisladores, como Luis Juez y Beatriz Ávila, todavía no definieron su postura, lo que deja abierta la posibilidad de fracturas dentro del bloque.
Macri, que en reiteradas oportunidades había manifestado su oposición a Lijo, evitó hacer declaraciones públicas tras la reunión y se retiró rápidamente. El expresidente considera que la designación del juez representa un retroceso en la lucha contra la corrupción y ve en esta maniobra un intento del oficialismo de consolidar su control sobre el Poder Judicial.
El rechazo del PRO a la postulación de Lijo tensa aún más las conversaciones con La Libertad Avanza de cara a las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires. Si bien algunos sectores del macrismo, como el liderado por Cristian Ritondo y Diego Santilli, siguen apostando a un acuerdo con los libertarios, otros ven cada vez con mayor recelo la posibilidad de una alianza.
“Vamos a ver si el oficialismo quiere hacer la alianza con el PRO, nosotros estamos haciendo todo el esfuerzo”, admitió De Angeli, dejando en evidencia la incertidumbre sobre el futuro de las negociaciones.
Mientras tanto, en el PRO todavía esperan la definición del gobernador Axel Kicillof sobre si desdoblará las elecciones provinciales o si se realizarán en conjunto con las nacionales. Esta indefinición da margen para seguir discutiendo la estrategia electoral, aunque el distanciamiento con el gobierno libertario por la Corte Suprema suma un nuevo obstáculo a cualquier acuerdo.
Por ahora, el PRO se mantiene en una posición incómoda: rechaza el avance de Milei sobre el Poder Judicial, pero no termina de romper los puentes con el oficialismo. La pulseada por Lijo puede marcar el punto de quiebre definitivo entre ambos espacios.
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