El Gobierno busca sobrevivir a la falta de acumulación de reservas

En un contexto de fragilidad externa y exigencias del FMI, el Gobierno argentino lanzó el BONTE 2030, un bono en dólares que paga en pesos, como una vía alternativa para captar divisas sin presionar el mercado cambiario. Mientras el oficialismo evita intervenir en el MULC para no recalentar el dólar y tensionar la inflación, la colocación de deuda se presenta como un parche transitorio para sostener el programa económico. ¿Es este instrumento el puente hacia una solución duradera?