La crisis cambiaria sigue golpeando la economía nacional. En los últimos tres días, el Banco Central se desprendió de más de U$S 700 millones en un intento por sostener el tipo de cambio, en medio de una creciente incertidumbre sobre el acuerdo con el FMI.
Como consecuencia de estas ventas, las reservas internacionales cayeron en un solo día U$S 127 millones, ubicándose en los U$S 27.206 millones, un nivel que no se veía desde septiembre de 2024. Este agotamiento de divisas se produce en un contexto de tensión en los «mercados», que esperan definiciones clave sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
El dólar blue y los financieros en aumento
En paralelo, el dólar blue alcanzó los $1.285, mientras que los dólares financieros también mostraron aumentos. El dólar MEP subió a $1.275,08, y el Contado con Liquidación (CCL) cerró en $1.274,52. Los contratos de dólar futuro también registraron subas, especialmente en los plazos más cortos, con un incremento de casi el 5% en los contratos de abril. Esta tendencia refleja los temores de los inversores ante la posibilidad de una devaluación en el futuro cercano.
La incertidumbre en torno a los cambios en el tipo de cambio y el futuro de la política económica hizo que los inversores comenzaran a desarmar posiciones en pesos y a refugiarse en dólares. La pregunta que persiste es si este será el fin de la «bicicleta financiera» y de los negocios especulativos que favorecieron a unos pocos.
Los economistas alertan sobre el cierre del «carry trade»
El economista Gabriel Caamaño destacó que, según datos de los fondos de Outlier, alrededor de $400.000 millones salieron de los fondos comunes de inversión (FCI) en solo un día. Por su parte, Christian Buteler indicó que la venta de dólares por parte del Banco Central «probablemente haya comenzado el cierre del carry trade», un negocio especulativo que permitió a ciertos sectores beneficiarse de la diferencia entre tasas de interés y el tipo de cambio.
El discurso del gobierno y la promesa de no devaluar
A pesar de los rumores y las señales de inestabilidad económica, el ministro de Economía, Sergio Massa, insistió en que no se llevará a cabo una devaluación. «Lo que hagamos nosotros no va a afectar a la gente», aseguró, aunque sus palabras parecen no convencer a la opinión pública, dada la histórica relación entre el FMI y las devaluaciones en el país. De concretarse una devaluación, los efectos serían devastadores para los salarios, las jubilaciones y los programas sociales, una posibilidad que muchos economistas rechazan rotundamente.
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