La conducción de YPF activó un programa de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas en medio de un escenario financiero complejo y de anuncios oficiales que no se corresponden con la realidad interna. Aunque la empresa presentó junto a la italiana ENI un plan para exportar gas natural licuado (GNL) que, según dijo, “generará 50.000 puestos de trabajo”, dentro de la compañía predomina un clima de ajuste y recorte de personal.
El megaproyecto de GNL todavía no cuenta con decisión final de inversión ni financiamiento confirmado, pero la empresa ya inició un proceso de reducción de estructura tras mostrar un balance semestral con pérdidas significativas. Pese a que Horacio Marín, presidente de la petrolera, firmó por tercera vez en dos años un acuerdo de intención con ENI, fuentes del sector remarcaron que el plan “está en una etapa demasiado verde como para hablar de empleos masivos”. Una voz que sigue de cerca el expediente fue irónica: “Es la tercera vez que firman lo mismo, después se ríen cuando el peronismo anuncia varias veces la misma cosa”.
Las dudas sobre la viabilidad del negocio no provienen solo de Argentina. Wael Sawan, CEO global de Shell, advirtió que la expansión acelerada del gas licuado “no es económicamente del todo racional” y se mostró “sorprendido” por la cantidad de proyectos aprobados en la región, en un contexto de posible sobreoferta internacional.

En las oficinas de YPF, los rumores se multiplican. “Los que tengan más de 40, afuera”, lanzó con sarcasmo un técnico histórico, aludiendo a los planes de jubilaciones anticipadas. Otro empleado fue más contundente: “Dice que van a contratar 50 mil empleados mientras echan gente. Puso el autodespacho para recortar personal, la IA para no informar aumentos y ahora vende la app que paga en dólares para sobarle el ego al Presidente. No avanzó con nada”.
Los números de la compañía muestran el deterioro. Entre trimestres, los ingresos pasaron de USD 4.608 millones a USD 4.641 millones, un aumento marginal que en términos interanuales representa una caída del 6%. El EBITDA retrocedió de USD 1.245 a 1.124 millones, una baja del 7%. El resultado neto combinó una pérdida de USD 10 millones en el primer trimestre y una ganancia de apenas USD 58 millones en el segundo, un desplome del 89% frente a 2024.
La generación de caja libre continuó en terreno negativo: se esfumaron más de USD 1.300 millones en seis meses, mientras la deuda creció en más de USD 1.500 millones desde la llegada de Marín. El ratio de apalancamiento pasó de 1,8 a 1,9 veces.
Pese a los malos resultados, la empresa incrementó de forma significativa su gasto en publicidad: destinó más de 87.000 millones de pesos entre 2024 y 2025, una cifra que supera la inversión de los tres años anteriores combinados.
En diciembre de 2023, Marín había prometido cuadruplicar el valor de la acción en cuatro años. A casi dos años de gestión, la realidad financiera, lejos de esa meta, empuja un ajuste puertas adentro mientras el relato oficial insiste en un futuro expansivo que todavía no tiene sustento.
About Author
Te puede interesar también...
-
La Rioja vota y define sus bancas nacional y provinciales
-
A cuidar el bolsillo: cuánto hay que pagar si no voy a votar en las elecciones 2025
-
Boleta Única de Papel: cómo se vota y qué diferencia hay entre sufragio nulo, blanco o válido
-
Votar es un acto de esperanza: el turismo frente a las elecciones de medio término
-
Amorales
