El peronismo se prepara para un nuevo acto multitudinario. Esta vez, el epicentro será Plaza de Mayo, donde confluirán todos los sectores del justicialismo, junto con sindicatos, movimientos sociales, agrupaciones de derechos humanos, sectores de la cultura, la ciencia y también partidos de izquierda, para exigir la participación política de Cristina Fernández de Kirchner y rechazar la condena.
La marcha, que originalmente iba a tener como destino los tribunales de Comodoro Py, cambió de rumbo luego de que el Tribunal Oral Federal 2 le concediera a la expresidenta el arresto domiciliario, decisión que dejó sin sentido el acompañamiento masivo que se planeaba hacia los tribunales federales. La movilización cambió de nombre, de Argentina con Cristina a Por Argentina, y mantiene un perfil marcadamente político, en un contexto de creciente tensión con el gobierno de Javier Milei.

En la sede del Partido Justicialista, los principales referentes del espacio coincidieron en que la decisión judicial consolida una estrategia para mantener bajo vigilancia a la principal dirigente de la oposición. “No va a poder saludar desde el balcón”, advirtió la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, al describir las restricciones que impuso el TOF 2: tobillera electrónica, control de visitas y prohibiciones para realizar actividades que alteren la “paz del vecindario”.
El malestar también creció por el fallo de la Corte Suprema, que se negó a revisar una condena cargada de irregularidades, en momentos donde CFK ya había manifestado su intención de competir en los comicios bonaerenses del 7 de septiembre. “Queremos una reconsideración del tema para que tenga participación política, que no haya proscripción en el país”, reclamó el vicepresidente del PJ, José Mayans.
Kicillof, gobernadores y CGT: apoyo transversal a la marcha
La sede del PJ fue este martes escenario de una reunión clave. Gobernadores de Unión por la Patria como Axel Kicillof, Ricardo Quintela, Sergio Ziliotto y Gustavo Melella se reunieron en Matheu 130 para dar una señal de unidad. Participaron también, aunque de forma remota, los mandatarios Raúl Jalil, Osvaldo Jaldo, Gildo Insfrán y Gerardo Zamora. “Esto nos fortalece aún más porque tenemos no solamente la obligación, el deber, sino la responsabilidad de asumir el momento histórico que estamos viviendo”, expresó Quintela.
También se sumaron al encuentro dirigentes nacionales, legisladores, intendentes y sindicalistas. Entre ellos, Wado de Pedro, Silvina García Larraburu, Germán Martínez, Leopoldo Moreau, Blanca Osuna, Felipe Solá y los intendentes Mariel Fernández y Walter Vuoto. La CGT, por su parte, difundió un comunicado donde afirmó: “Tenemos memoria y vamos a manifestarnos en las calles para repudiar la injusticia y la proscripción en defensa de la democracia”.

Kicillof fue uno de los principales impulsores de la convocatoria. Antes de la reunión en el PJ, encabezó un plenario con intendentes bonaerenses, a quienes pidió expresamente garantizar la participación en la marcha. “Buscan proscribir, condenar y, si es posible, humillar a Cristina”, denunció el mandatario.
La causa judicial y un contexto político caldeado
La resolución del tribunal sorprendió al concederle la prisión domiciliaria a Cristina Kirchner, a pesar de la postura en contra de los fiscales Diego Luciani y Sergio Morla. Aun así, las condiciones impuestas —inusuales para una persona mayor de 70 años sin antecedentes— fueron consideradas un gesto de hostigamiento. Mientras tanto, desde los medios oficialistas ya se especula con una avanzada judicial más amplia contra la exmandataria, lo que elevó el tono de la respuesta política.
“El fallo es funcional al Gobierno”, opinó Ricardo Quintela. Y fue más allá: “Este Gobierno vino a destruir a la República Argentina. No existe Patria, no existe un país, sin un Estado fuerte que lo pueda conducir. No hay una política que este Gobierno haya aplicado en beneficio de algún sector de la sociedad”.
Desde la oposición, la lectura es clara: ante un intento de disciplinamiento judicial, la única respuesta posible es la unidad. La foto de Sergio Massa, Juan Grabois y Guillermo Moreno en la sede del PJ simboliza ese momento de tregua interna en el justicialismo, en el que el objetivo común es frenar lo que definen como una ofensiva contra el Estado de derecho.
«Es un nuevo punto de partida»
La movilización que se concretará hoy a las 14 en Plaza de Mayo no sólo apunta a respaldar a Cristina Kirchner. También busca reordenar el tablero peronista y reanimar a una fuerza política que, en plena crisis, necesita recobrar iniciativa. En palabras del actor Pablo Echarri, uno de los tantos referentes que se sumaron a las vigilias en la casa de CFK: “Es un nuevo punto de partida. Esta sobreactuación de las fuerzas de derecha hizo que el pueblo reviva”.
A días de una nueva elección provincial y con el calendario electoral cada vez más cerca, la marcha de este miércoles será una nueva postal del peronismo bajo presión. Pero también una respuesta colectiva a un clima político cada vez más enrarecido.
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