En el país de la libertad, médicos del Garrahan fueron amenazados por reclamar un sueldo justo

Residentes del hospital pediátrico suspendieron el paro por amenazas impuestas desde el régimen libertario: los detalles en la nota.

En medio de una creciente tensión laboral, los médicos residentes del Hospital Garrahan decidieron suspender el paro que habían iniciado debido a las amenazas de despidos recibidas por parte del Gobierno Nacional. La noticia fue confirmada por el Ministerio de Salud, aunque los propios trabajadores aclararon en un comunicado que, en realidad, fueron «obligados» a cesar la medida tras la presión gubernamental.

El conflicto, que afecta al principal hospital pediátrico del país, persiste con la continuidad de la huelga por parte de los profesionales de planta y del personal técnico, que mantienen firmes sus reclamos por mejoras salariales.

«Nos obligaron a levantar el paro», aseguran los residentes

Los residentes del Garrahan emitieron un comunicado en el que explicaron que la decisión de finalizar la medida de fuerza fue producto de las amenazas de despidos recibidas durante la audiencia conciliatoria que se llevó a cabo esa misma tarde. En el texto, dejaron en claro que, aunque habían retomado sus actividades, no renunciaban a la legitimidad de su lucha. «Se nos comunicó en principio a través de un mail institucional, citamos: ‘consideramos que, tras la propuesta comunicada y oficializada antes de ayer, corresponde cesar las medidas de fuerza para evitar la aplicación de sanciones en el futuro’. Posteriormente se nos habría comunicado verbalmente la posibilidad de pérdida de puestos de trabajo de forma inmediata», señalaron.

Los residentes, que habían solicitado mejoras salariales ante el creciente costo de vida, también destacaron que el Gobierno había ofrecido un bono no remunerativo de $300.000, pero lo consideraron insuficiente para cubrir sus necesidades básicas. «Es un bono de $300.000 que es no remunerativo. Es decir que no va a formar parte de nuestro salario», explicó Agustina, una de las médicas residentes, quien también aclaró que no hubo espacio para negociar sobre su salario.

La tensa conciliación

A pesar de que los residentes decidieron levantar el paro, las negociaciones entre los trabajadores y las autoridades no lograron avanzar. El Ministerio de Salud ofreció un aumento que llevaría los honorarios de los residentes de primer año a más de 1.300.000 pesos, y a los de años superiores y jefes de residencia a 1.500.000. Sin embargo, el malestar persiste, ya que los trabajadores denuncian que no se tuvo en cuenta la crítica situación económica y el bajo salario que deben afrontar.

Por su parte, los profesionales de planta permanente y los técnicos del hospital, representados por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Asociación de Profesionales y Técnicos, seguirán con sus medidas de fuerza este jueves, tras considerar que la audiencia conciliatoria fue un «fracaso». En este sentido, los dirigentes de ambas agrupaciones denunciaron que los representantes del Gobierno no trajeron propuestas concretas y que la situación sigue siendo insostenible.

La crisis continúa

El paro, que comenzó el miércoles por la noche, se extenderá hasta la mañana del viernes 6 de junio, con un nuevo paro de 48 horas programado para el 10 y 11 de junio. Los trabajadores del Garrahan están viviendo una situación crítica, con salarios que no superan los 800.000 pesos y un clima de «rebeldía interna» debido a la falta de respuestas por parte de las autoridades. «Nos dicen que vinieron a enterarse del conflicto para elevarlo a las autoridades del Consejo de Administración del Garrahan. Ninguna propuesta, la propuesta es cero», comentó Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos.

Mientras tanto, Alejandro Lipcovich, de la Junta Interna de ATE Garrahan, advirtió que la situación es insostenible y que los trabajadores no aguantarán mucho más. «Están yendo demasiado lejos. Este no es un juego, es el principal hospital pediátrico del país, y la situación ha llegado a un límite», concluyó.

El conflicto en el Garrahan refleja la creciente crisis del sistema de salud pública en Argentina, donde los profesionales enfrentan salarios que no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas, mientras luchan por mantener la calidad en la atención de los pacientes.

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