En una nueva ofensiva contra los subsidios a la energía, el vocero presidencial Manuel Adorni informó este miércoles que se eliminaron los beneficios que percibían más de 15.500 usuarios residenciales que viven en zonas acomodadas como Puerto Madero y countries del conurbano bonaerense. Los beneficiarios, a pesar de contar con un alto nivel de vida, habían declarado ingresos bajos para acceder a tarifas reducidas.
Durante la habitual conferencia de prensa en Casa Rosada, Adorni justificó la decisión con una frase que resume la lógica de ajuste que impulsa el oficialismo: “La energía cuesta y quien pueda pagarla debe hacerlo”.
El recorte se enmarca en el proceso de “revisión y depuración” del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), que segmenta a los hogares en tres niveles (bajo, medio y alto) según los ingresos declarados. Según el Gobierno, casi la mitad de los usuarios con altos ingresos se hacía pasar por hogares de bajos recursos, y más de la mitad lo hacía como clase media. “El 44% se había categorizado como de ingresos bajos y el 56% se consideraba de ingresos medios”, precisó Adorni.
El funcionario señaló que muchos de esos hogares “gozaban de privilegios tales como piletas climatizadas y sus consumos mensuales se equiparaban con los de una Pyme promedio”, en clara referencia a los consumos excesivos cubiertos hasta ahora por el Estado.
La corrección de esas categorías significará, según el vocero, un ahorro fiscal de 3.000 millones de pesos anuales. Aun así, quienes consideren que fueron recategorizados injustamente pueden solicitar una revisión ante la Secretaría de Energía.
Tarifas por las nubes: una canasta de servicios públicos que se multiplicó por cinco
La eliminación de subsidios no es una medida aislada. Forma parte de un contexto más amplio de tarifazos que afectó con mayor crudeza a las clases medias y bajas desde la llegada de Javier Milei al poder. De acuerdo con un informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IEEP (UBA-CONICET), la canasta de servicios públicos en el Área Metropolitana de Buenos Aires se disparó un 500% entre diciembre de 2023 y mayo de 2025. En ese cálculo se incluyen las tarifas de electricidad, gas, agua y transporte.
El informe destaca que, en contraste, la inflación general en ese período fue del 204,82%. La diferencia se explica en parte porque el índice de precios del INDEC le asigna poco peso a los servicios públicos, a diferencia de los alimentos.
La suba de la luz por sí sola alcanzó un 262% en promedio desde que asumió el gobierno actual. Según el mismo relevamiento, en mayo de 2025 un hogar promedio sin subsidios necesita $166.559 para cubrir servicios básicos como energía, transporte y agua potable. Ese monto representa un incremento del 16,8% respecto al mes anterior y un 45% más que en mayo del año pasado.
Para quienes fueron recategorizados, el impacto es todavía más severo: un usuario que en mayo de 2024 figuraba como N2 (ingresos bajos) y pasó a N1 (ingresos altos) en 2025 verá un aumento nominal del 484% en su factura. Si en cambio fue reclasificado como N3 (ingresos medios), el salto será del 257%.
Desde julio de 2024 hasta abril de este año, el Gobierno modificó la categoría de 608.000 hogares que habían solicitado subsidios como si fueran de bajos ingresos. En el mismo período, otros 122.000 pasaron del nivel más bajo al medio.
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