La inflación de los alimentos no da respiro: en abril, los productos de la canasta básica escalaron un 3,4% en promedio, según el último informe de la consultora LCG. El dato refleja que, aunque algunos precios empezaron a mostrar cierta estabilidad en la última semana, la presión sobre el bolsillo de las familias sigue fuerte, especialmente por el aumento en la carne.
Durante las últimas cuatro semanas, el precio de la carne subió cerca de un 7%, el doble del promedio general. Este salto no pasó desapercibido en un mes donde solo dos de las diez categorías de alimentos relevadas superaron la inflación promedio: además de la carne, los condimentos treparon un 5,5%.
Por el contrario, algunas buenas noticias vinieron desde los precios de aceites y verduras, que registraron retrocesos de hasta 1,6%, un alivio mínimo en medio de una canasta cada vez más cara.
Aumentos que pegan en la mesa
La disparada de la carne impactó con fuerza. Cortes populares, como el roast beef y la carnaza común, tuvieron alzas del 36%, mientras que otros como el cuadril y la paleta se encarecieron más de un 30% respecto a marzo, de acuerdo a un relevamiento de El Destape sobre precios actualizados esta semana.
El informe de LCG señala que si bien en los últimos siete días los precios en general se mantuvieron estables —con seis categorías incluso en baja, como el azúcar que retrocedió 2,8%—, el daño en los alimentos ya está hecho. La combinación de la devaluación, el levantamiento del cepo cambiario y la incertidumbre entre proveedores y supermercados empujaron los precios a un nivel difícil de revertir en el corto plazo.
La variación de precios, producto por producto en abril, se distribuyó así:
- Carnes: +6,9%
- Condimentos y otros productos alimenticios: +5,5%
- Lácteos y huevos: +3%
- Bebidas e infusiones: +2,6%
- Azúcar: +2,3%
- Pan, cereales y pastas: +1,9%
- Comidas listas para llevar: +1,9%
- Frutas: +1%
- Aceites: -0,8%
- Verduras: -1,6%
Milei insiste en que «el ajuste lo paga la casta». Sin embargo, la mesa de los argentinos siente cada vez más los efectos de las políticas económicas que dejaron la carne en un nivel inaccesible para buena parte de la población.