15 de septiembre de 2025

Una importante industria suspendió a 600 trabajadores por la crisis de Milei

Una reconocida empresa funciona a medias y el panorama se agrava por la caída de la demanda y el ingreso de acero importado.

En medio de un escenario económico adverso, la planta de Acindar en Villa Constitución frenó gran parte de su actividad y suspendió a 600 operarios, lo que encendió las alarmas en el sector siderúrgico. La medida afecta al 80% del personal operativo de esa unidad industrial, y no se descarta que se extienda al resto de las fábricas que el grupo ArcelorMittal tiene en Argentina.

El parate fue total en algunos sectores clave de la planta santafesina y se mantendrá, en principio, hasta el 4 de agosto. Según fuentes del sector, el derrumbe de la demanda local y el crecimiento de la importación de acero –especialmente desde China– pusieron en jaque el nivel de producción, que cayó a la mitad en comparación con 2023. El año pasado, Acindar cerró con 600.000 toneladas fabricadas, mientras que un año antes había producido 1,2 millones.

Desde comienzos de 2025, la compañía viene implementando un esquema de suspensiones rotativas con el pago del 75% del salario, combinado con un plan de retiros voluntarios para reducir el impacto social del ajuste. «Hay un acuerdo de suspensiones que rige desde enero y se aplica según las necesidades de cada planta», explicaron fuentes cercanas a la empresa.

Producción intermitente y baja utilización de la capacidad instalada

El desplome en la actividad industrial llevó a Acindar a operar a media máquina desde 2024. En todo ese año, la compañía utilizó solo el 50% de su capacidad instalada, y el ritmo no mejoró en lo que va de 2025. A pesar de que el esquema de suspensiones estaba acordado con anterioridad, la novedad en esta última semana de julio fue el cese total de sectores enteros, incluidos dos de los trenes de acería más importantes.

Además de la planta de Villa Constitución, Acindar cuenta con otras cuatro instalaciones en el país: Rosario, San Nicolás, La Tablada y Villa Mercedes. Por el momento, la paralización afecta solo a la fábrica santafesina, aunque el contexto genera incertidumbre en el resto de los centros productivos.

El freno en Acindar despertó entre los trabajadores recuerdos de otro capítulo oscuro de la industria siderúrgica: la crisis de Somisa. Aquella empresa estatal fue desmantelada y privatizada en los años noventa, tras un proceso de vaciamiento que culminó en su venta al Grupo Techint. Muchos temen que una historia similar vuelva a repetirse, con pérdida de puestos de trabajo y concentración empresarial.

About Author

Categorías