La tensión interna en la economía norteamericana volvió a estallar cuando Donald Trump lanzó una ráfaga de advertencias públicas contra Scott Bessent, su Secretario del Tesoro, por el rumbo de la política monetaria y la resistencia de la Reserva Federal a bajar las tasas. El republicano buscó forzar una decisión inmediata en la reunión del Comité de Política Monetaria de diciembre y dejó en claro que la paciencia se le agotó.
El mandatario ubicó a Jerome Powell en el centro de su frustración y lo presentó como un obstáculo para la reactivación. En su intervención ante un auditorio de inversores, repitió que quiere echar al titular de la FED porque no acompaña sus prioridades económicas. “Para ser honesto, me gustaría despedirlo”, remarcó el presidente, que vinculó el debate de tasas con su pulseada personal con Powell.

Esa queja se convirtió en un cuestionamiento directo a Bessent, responsable del vínculo cotidiano con la Reserva Federal. El jefe de Estado usó un tono burlón pero contundente para marcarle la cancha al funcionario. “Lo único en lo que Scott está metiendo la pata es en la Reserva Federal, porque las tasas están demasiado altas, Scott. Si no lo arreglas rápido, te voy a despedir pegándote una patada en el culo”, lanzó Trump, en un mensaje que desconcertó al establishment financiero.
El republicano volvió sobre Powell y arremetió con una carga sin precedentes: “tiene serios problemas mentales , algo anda mal con él. Es que… para serte sincero, me encantaría despedirlo. Deberían despedirlo. El tipo es un incompetente total y deberían demandarlo por gastar 4.000 millones de dólares en construir un edificio pequeño. Yo estoy construyendo un salón de baile que va a costar una fracción minúscula de eso y es más grande que todo eso junto”.
Lejos de aflojar, Trump reiteró su ultimátum a Bessent: “En lo único en lo que Scott está malgastando el dinero es en la Reserva Federal, porque las tasas de interés están demasiado altas, Scott. Y si no lo arreglas rápido, te voy a despedir pegándote una patada en el culo. ¿De acuerdo?. Tienes que trabajar con él, Scott”.
Aunque nadie en Washington imagina la salida del Secretario del Tesoro en este momento, el imprevisible estilo del presidente mantiene al gabinete en alerta. Un desplazamiento de Bessent sería un terremoto político, porque él diseñó el mecanismo del swap por US$20.000 millones que sirvió para sostener al Tesoro en los momentos más críticos.
El cuadro se complicó aún más tras la caída del préstamo de US$20 mil millones que negociaba JP Morgan, una operación que el propio Wall Street Journal confirmó a partir de fuentes bancarias. El revés dejó otra vez bajo presión al ministro argentino Luis “Toto” Caputo, que ahora intenta conseguir un repo por US$5.000 millones con JP Morgan, Citigroup y Bank of America.
Para Caputo, ese financiamiento es imprescindible: en enero enfrenta vencimientos por US$4.000 millones y, como él mismo admitió, no tiene los dólares.
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