Según los últimos datos proporcionados por el Instituto de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (IDECBA), la situación económica de las familias porteñas sigue siendo crítica. En el mes de febrero, una familia tipo compuesta por dos adultos y dos menores necesitó un ingreso mínimo de $1.713.065,96 para poder ser considerada de clase media en la Ciudad.
Este dato refleja un aumento de la canasta que mide el costo de vida, con un incremento del 2,97% en los últimos doce meses, por encima de la inflación registrada en el distrito porteño (2,1%) y en el ámbito nacional (2,4%). En contraste, para evitar caer por debajo de la línea de pobreza, los hogares necesitaban un ingreso mínimo de $1.089.146, mientras que para no ser considerados indigentes, el umbral estaba en $581.583.
Desigualdad creciente en los ingresos porteños
La disparidad económica se refleja claramente al observar cómo han variado las líneas de pobreza e indigencia en comparación con el año anterior. En febrero de 2024, la línea de pobreza se encontraba en $684.115, mientras que para el mismo mes en 2025, la cifra ascendió a $1.089.146, un aumento significativo. Lo mismo ocurrió con la línea de indigencia, que pasó de $402.752 a $581.583, lo que subraya el deterioro de las condiciones de vida de muchos porteños.
Clasificación de los hogares según su ingreso
El desglose de los hogares según su nivel de ingresos revela la disparidad en la distribución de la riqueza. Los hogares que ganan hasta $581.583 están en situación de indigencia, no pudiendo cubrir siquiera lo básico en términos alimentarios. Aquellos que tienen un ingreso mensual entre $581.583 y $1.089.146 se encuentran en situación de pobreza, pero con la posibilidad de cubrir lo básico en términos de alimentación.
Por otro lado, los hogares que perciben entre $1.089.146 y $1.370.452 están clasificados como «no pobres vulnerables», mientras que aquellos que ganan entre $1.370.452 y $1.713.065 pertenecen al «sector medio frágil», una categoría que refleja una situación económica tensa, pero dentro del sector considerado clase media en sentido estricto.
Una brecha que sigue abriéndose
Para ser parte de la verdadera clase media, una familia porteña necesita contar con ingresos superiores a los $1.713.065,96, pero incluso dentro de esta categoría existen diferencias. Aquellos con ingresos más cercanos a $5.5 millones se encuentran en el sector acomodado, disfrutando de una estabilidad económica considerablemente superior a la de la mayoría.
Este panorama destaca la creciente desigualdad en la ciudad, donde cada vez más familias luchan por alcanzar una posición en la que puedan cubrir sus necesidades básicas, mientras que una pequeña élite disfruta de una calidad de vida mucho más elevada. El reto para los hogares porteños no solo es alcanzar la clase media, sino también mantenerla en un contexto económico cada vez más desafiante.
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