8 de diciembre de 2024

Se agrava la crisis y ni la Copa América movió las salidas a restaurantes

A pesar del buen desempeño de la Selección Argentina, el 30% de las mesas siguen desiertas porque la gente prefirió quedarse en casa y pedir comida.

Los bares y restoranes apostaban a repuntar la ocupación de mesas durante la Copa América 2024. Sin embargo, cuando sólo falta disputarse la final, a ojo de buen cubero estiman una merma del 30%:

«No hay plata», es el resignado latiguillo que las estadísticas de las ventas de los bares y restaurantes a mayo de la Dirección de Estadísticas porteña ratifican: la caída fue del 23,5%..

No sólo no pudieron salvar un primer semestre de penurias, sino que el que ya se inició se encamina a concretar el retroceso del 6,6% para todo el año que estimó el proyecto de presupuesto enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso.

La devaluación de diciembre abrió una enorme grieta en los hábitos de consumo de la ciudadanía. Y en todo este año, si bien el rubro de restaurantes y hoteles aterrizó en buena medida las remarcaciones de las listas de precios, ni aún así logró que los clientes revieran sus prioridades de consumo y regresaran a las mesas.

Los gastos que la gente reparte entre la vivienda, las boletas de servicios públicos, la alimentación y los demás ítems que integran la canasta básica total, que el INDEC a mayo fijó $ 851.351, la frontera de la pobreza es vista de cerca cada vez por más ciudadanos. .

La respuesta a afrontar, asimismo, aumentos de prepagas, servicios, transporte, alquileres y otras erogaciones fijas, fue mantener la tendencia de cocinar en casa, aún si cada vez se consumen menos pan y carne, entre otros productos.

Los partidos cayeron todos en horario de cena. ¿Qué pasó con la comida entonces? PedidosYa acusó un aumento del 18% promedio en los envíos de comida frente a un día comparable normal, más un dato particular: el 55% de estas órdenes habían sido realizadas por mujeres.

Justo hace un año la situación era inversa, porque en plena inflación del 114% —la cuarta tasa más alta del mundo— el consumo en bares y restaurantes pasó por uno de sus mejores momentos, debido a que la caída del peso impulsó el auge.

Hoy, los tickets de las mesas van de $3500 por una cerveza a $ 10 mil que es el costo «hasta ahí» que fijan los viandantes que no se resignan a quedarse en casa. Compartir platos es otra modalidad de ajustarse a los topes autoimpuestos. Y abundan los que llegan cenados a tomar café o una cerveza con papas.

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