31 de octubre de 2024

¿Qué hacemos con el gas?

Por Matias Romero Fernández (de Justicialismo Económico)*.-

Hablar del sector del gas significa hablar de uno de los sectores más dinámicos de la economía, por lo que representa todo un desafío el condensar en una breve nota los aspectos más relevantes de su funcionamiento. Dicho lo anterior, vamos a centrarnos en 3 ejes:

  • Argentina frente al mundo;
  • Producción y demanda local, problemas para lograr el autoabastecimiento;
  • Proyectos necesarios para el desarrollo del sector.

Argentina frente al mundo

El potencial de desarrollo de la industria de hidrocarburos en Argentina radica en que el país es una potencia a nivel mundial en términos de reservas no convencionales, siendo el cuarto mayor poseedor global de petróleo de este tipo y el segundo en gas sólo por detrás de China. Por otro lado, de acuerdo a los datos de la Secretaria de Energía de la Nación al año 2021, las reservas comprobadas totales de petróleo de la Argentina suman 451,7 millones de metros cúbicos, de los cuales 222,33 MM m3 pertenecen a Cuenca Neuquina, aproximadamente un 49% del total. Por el lado de las reservas de gas natural, el total acumulado es de 415.988 millones de metros cúbicos comprobados, de los cuales 278.526 MM m3 corresponden a la formación mencionada, esto representa aproximadamente un 67% del total registrado.

Queda clara la razón por la cual el descubrimiento de “Vaca Muerta” ha generado tanta atención por parte de distintos actores locales e internacionales.

Producción y demanda local

El problema que afronta la Argentina desde hace años en términos de abastecimiento de hidrocarburos, no pasa principalmente por la producción visto desde la óptica de las cantidades que el sector puede proporcionar realmente, sino que la cuestión radica fundamentalmente en su dinámica de funcionamiento de la demanda.

Los datos de los últimos 12 años de producción bruta de gas natural se resumen en el siguiente gráfico, compilados de las bases de datos de la Secretaría de Energía de la Nación y analizados para ser presentados en millones de metros cúbicos de gas producidos por día:Teniendo ya la vista de la evolución de la producción, pasemos a observar, en iguales condiciones, como se ha comportado la demanda de este hidrocarburo durante, también, los últimos 12 años, recurriendo a los datos operativos que proporciona el ENARGAS:

Teniendo ya la vista de la evolución de la producción, pasemos a observar, en iguales condiciones, como se ha comportado la demanda de este hidrocarburo durante, también, los últimos 12 años, recurriendo a los datos operativos que proporciona el ENARGAS:

¡Ahora sí! No se requiere ser un especialista en el sector para encontrar la raíz del problema, sucede que durante los meses de cálidos del año el sistema demanda una cantidad “X” de gas natural, mientras que, al comenzar, y hasta que finalizan, los meses de temperaturas bajas, la demanda puede crecer hasta un 50% respecto de los mínimos de la serie.

Bueno, encontrado esto, seguramente se preguntará:

  • ¿Y por qué no producimos más y listo? “Abramos la canilla del gas y que fluya”.
  • Acaso “Vaca Muerta”, y las demás reservas del país, ¿no son una joya en el mundo?

Si y no; nadie puede discutir que las reservas de gas, y petróleo, de la Argentina son cuantiosas y podrían abastecernos por más de 100 años (incluyendo exportaciones moderadas), pero el tema radica en que se tienen todos los recursos…¡pero no el medio de transporte!

En múltiples notas y conferencias periodísticas, los representantes de las empresas de hidrocarburos que operan en nuestro país (incluyendo YPF SA) han explicado que no les es posible abastecer una demanda estacional inconstante, puesto que una vez que se abre un nuevo pozo para la extracción de gas natural y se fractura la roca que lo contiene (conocida como “roca madre”), el mismo debe ser evacuado para su uso local, su venta en el extranjero o debe ser quemado (si ha visto en películas extranjeras chimeneas industriales que largan llamaradas, ha visto el excedente de gas que se quema por no encontrar destino de uso).

Actualmente, y tal como se explica en el decreto que oficializa la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, el sistema de transporte se encuentra virtualmente saturado, lo que significa que puede permitir la inyección de una pequeña cantidad más de gas, más no la necesaria para abastecer los picos generados, mucho menos los posibles imprevistos en una economía en crecimiento y en un mundo con tan notorios cambios climáticos. En un país que posee una dependencia del 53% de gas natural para el desempeño de su matriz energética, hemos encontrado la razón por la cual se debe recurrir a las importaciones que tanto presionan a la baja nuestras Reservas Internacionales (nuestras reservas de divisas).

Proyectos necesarios para el desarrollo del sector

Problema 1: Transporte

Ya estamos en condiciones de poder analizar proyectos que el sector, y el país en su conjunto, requiere para su desarrollo. Por un lado, tenemos que solucionar el tema de la saturación del sistema, lo cual afortunadamente se encuentra en proceso con la construcción del mencionado Gasoducto Presidente Néstor Kirchner. La obra completa consiste en la construcción, ampliación y finalización de diferentes tramos del sistema de transporte gasífero nacional. Dada la magnitud del proyecto, se ha dividido en dos etapas: La primera consistirá en la construcción del primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner entre Tratayén (prov. de Neuquén) y Salliqueló (prov. de Bs. As.), la construcción de un gasoducto entre Mercedes y Cardales (prov. de Bs. As), ampliación del Gasoducto NEUBA II (prov. de Bs. As), finalización de los tramos en AMBA Sur y Norte, reversión del Gasoducto Norte etapas I y II, y ampliación del Gasoducto Centro Oeste. La segunda etapa incluye la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner Etapa II entre Salliqueló y San Jerónimo (prov. de Bs. As), la culminación de la reversión del Gasoducto Norte, la ampliación de la capacidad de transporte del GNEA, la conexión GNEA a San Jerónimo y Loops y Compresión en Aldea Brasilera (Gasoducto Entrerriano). La obra completa prevé, de acuerdo a estimaciones de la Secretaria de Energía de la Nación, una inversión total de USD 3.400 millones; la primera etapa, antes descripta, requerirá de USD 1.566 millones. Dicha inversión permitirá ver retornos sumamente considerables a partir de la puesta en marcha de la primera etapa, y se ampliaran significativamente cuando el proyecto completo se encuentre funcionando a plena capacidad. Las proyecciones realizadas en materia de beneficios, solo para la primera etapa, incluyen:

  • Incremento en la capacidad de transporte de 24 MM m3/día.
  • Ahorro de divisas por un aproximado de USD 1.465 millones.
  • Ahorro fiscal por un total aproximado de USD 1.060 millones.
  • Aumentar la producción interna, lo que derivaría en una disminución de las importaciones de GNL, Gas Oil y Fuel Oil (esto explicaría el ahorro fiscal), y una compensación de las caídas en los niveles de producción correspondientes a la provisión boliviana.

Una vez finalizada la obra, las proyecciones mejoran notablemente, siendo los beneficios estimados los siguientes:

  • Aumento de la capacidad total en 44 MM m3/día.
  • Ahorros totales anuales en materia de divisas de hasta USD 2.690 millones.
  • Ahorros fiscales totales por un total aproximado de USD 1.946 millones.
  • Aumento de la producción interna, llegando a lograr el abastecimiento integral de la demanda interna con producción nacional.
  • Devolver el carácter exportador al sector de hidrocarburos.

Es importante considerar que las estimaciones realizadas no contemplan shocks temporales de gran impacto, como el que se vive actualmente debido al conflicto bélico vigente y la restructuración del comercio de hidrocarburos a nivel mundial. Si los precios de los insumos no retornaran a las cifras pre conflicto, los ahorros y beneficios por exportación ascenderían de acuerdo a la variación vigente de acuerdo a los valores utilizados.

Problema 2: Excedentes

Como hemos visto, Argentina no requiere un aumento gigante y constante de la oferta, sino elevar en los meses invernales el abastecimiento hasta un 50 %, pero también hemos hablado sobre la imposibilidad de elevar la producción si no se tiene destino de colocación del insumo, puesto que de hacerse habría que quemar los excedentes y significaría una enorme perdida en términos monetarios. 

El acceso a mercados internacionales se encuentra sumamente acotado, siendo únicas vías de comercialización los gasoductos que interconectan al sistema nacional con Bolivia (país netamente exportador de este insumo), Brasil (que es abastecido mayoritariamente por Bolivia) y Chile (quien posee contratos de abastecimiento por GNL). Esto debido a que para poder acceder satisfacer la demanda de otros actores, compitiendo en un mercado reducido con oferentes ya establecidos, requiere de inversiones que permitan llevar a cabo el tratamiento del gas natural para su purificación, compactación y transporte. 

Una planta de producción de GNL (Gas Natural Licuado), es precisamente el proyecto que requiere llevarse a cabo para dar respuesta a la problemática planteada. Consiste, básicamente, en una planta que recibe el gas natural, lo purifica para eliminar componentes indeseados que alteren el proceso y, finalmente, se lleva a cabo un proceso de enfriamiento hasta que su temperatura llega a los -162°C y se obtiene su estado líquido; el poseer el insumo en este estado permite aprovechar mucho más el almacenamiento, por lo que los costos de toda la operación se reducen. 

En términos de inversiones, este proyecto se ha ido volviendo más accesible con los años: 

  • Hasta el año 2019, las proyecciones de empresas del sector se basaban en plantas de procesamiento con capacidad de 20 MMm3/día, con un costo de USD 5.000 millones y cinco años de obra para estar en funcionamiento. 
  • Actualmente, basándose en tecnología modular, es posible construir una planta por partes. Cada módulo posee una capacidad de procesamiento de hasta 4 MM m3/día, ampliable hasta cuatro módulos, en el que cada uno representa un costo de USD 800 millones aproximadamente, pero tiene un tiempo de realización de 24 meses para estar operativa con un módulo y luego, ampliar al mismo tiempo que se produce.
  • La opción anterior fue tomada en cuenta por TGS S.A (Transportadora de Gas del Sur S.A) en asociación con Excelerate Energy LP, quienes pusieron a consideración de sus accionistas la construcción de una planta modular con procesamiento en tierra y almacenamiento flotante, lo que reduce los costos a una cifra que se encuentra entre los USD 400 millones y USD 500 millones. 

Actualmente, se están viviendo transformaciones a nivel global que reafirman la necesidad de dar pronta acción a los proyectos de explotación del sector de hidrocarburos: 

  • La actual reconfiguración, que se estima tendrá vigencia a largo plazo, del sistema de comercio internacional debido al conflicto bélico vigente, exige que se cubran los déficits provocados por la magnitud de insumos de este tipo que proveía el gigante asiático a diversos países. Siendo que Argentina posee la segunda y cuarta reserva de gas y petróleo no convencional a nivel mundial, es una oportunidad de ingresar como oferente al mercado mundial. 
  • Las proyecciones actuales apuntan a un mayor uso del gas durante la presente década, con motivo de lograr una reducción paulatina, pero constante, de las emisiones de CO2. 
  • Las políticas ambientales discutidas a nivel mundial están impulsando el desarrollo de energías alternativas, como lo es el llamado “Hidrógeno Verde”. La firme decisión de lograr reducir las emisiones generadas actualmente conlleva la reconversión del sistema de generación y producción en todas sus aristas, por lo que podría impactar de lleno, a futuro claro está, en la colocación de existencias del sector de hidrocarburos de nuestro país en los mercados. 
  • Según estimaciones gubernamentales, Argentina podría alcanzar, para el año 2026, exportaciones potenciales por USD 15.000 millones. Si bien para esto requiere de unos USD 10.000 millones en inversiones actualmente, la idea que se está planteando por parte del gobierno y de algunas empresas del sector es que se conforme un consorcio de empresas, lideraras por YPF, para lograr esas inversiones y el trabajo conjunto para alcanzar los objetivos a futuro. 

¿Debemos darnos estos “lujos”?

Para cerrar, es válido preguntarse si vale la pena hacer semejantes inversiones, o bien si es que podemos costearlas en un país que tiene recurrentes crisis por faltantes de divisas, para lo cual observemos la siguiente tabla con datos anuales verificados/finales sobre las importaciones de combustibles. Considere que los datos anuales del año 2022 definitivos no se encuentran, pero se estima desde la Secretaria de Energía de la Nación que el crecimiento para el año 2022 fue de U$S 3.800, ya que el millón de BTU de gas Natural Licuado paso de poco más de U$S 3 a unos U$S 25 para cuando debieron realizarse los contratos de abastecimiento a comienzos del año pasado.

Entre 2011 y 2021, solo para la importación de este combustible, el país ha destinado más de U$S 60.000 millones, el equivalente a 6 megaproyectos como los mencionado…Entonces, para usted, ¿Vale la pena?

* Matias Romero Fernandez es profesor e integrante de Justicialismo Económico.

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