Este lunes estaba previsto que arranque el segundo cuatrimestre en la mayoría de las universidades nacionales, pero la apertura quedó suspendida: los gremios docentes y no docentes convocaron a un paro de 24 horas como parte de una serie de acciones para visibilizar la crisis que atraviesa el sistema universitario. La medida se suma a dos semanas de actividades de protesta que exigirán la sanción definitiva del proyecto de financiamiento universitario, cuya aprobación en la Cámara de Diputados se encuentra en riesgo por el anunciado veto del presidente Javier Milei.
Las distintas federaciones y sindicatos del sector coincidieron en este plan de lucha que, según explican, responde a un ajuste presupuestario que castiga duramente a las casas de estudio públicas. En ese sentido, desde Conadu afirmaron en redes sociales que «con docentes y nodocentes bajo la línea de la pobreza, no hay universidad posible».
Mientras Conadu y Conadu Histórica mantienen la huelga por toda esta semana, otras organizaciones como la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun) y la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (Fatun) convocaron a un paro de 24 horas, que resulta determinante para el funcionamiento de los edificios universitarios, ya que los trabajadores no docentes son responsables de los servicios esenciales.
Jorge Anró, secretario adjunto de Fatun, describió a El Destape la delicada situación que atraviesa la universidad pública: «Después de más de un año y medio de la asunción del gobierno de Milei, el sistema universitario se encuentra una vez más en las peores situaciones, las situaciones más graves. Toda esta política de desangrar la universidad pública, ajustando el presupuesto de funcionamiento, congelando becas, cerrando o frenando los programas de ciencia, de tecnología, de investigación y, fundamentalmente, congelando los salarios docentes y no docentes, llega a una situación crítica en la universidad pública». Y agregó: «Nuestros salarios están en relación con la inflación por debajo del 90% de lo que deberían estar».
Respecto al impacto de esta pérdida del poder adquisitivo, Anró subrayó: «Nunca en la democracia se ha producido un deterioro tan grave, tan profundo, tan cruel en el poder adquisitivo de nuestros compañeros y compañeras. Esto provoca que los gremios, tanto docentes como no docentes, con el acompañamiento de las organizaciones estudiantiles y también de la mayoría de los rectores, hemos decidido una vez más no iniciar el periodo electivo que este lunes empieza en la mayoría de las universidades públicas de todo el país. Por eso hemos decretado este paro de 24 horas en todas las universidades públicas argentinas, que la van a hacer el conjunto de los gremios docentes y no docentes, e insisto, con el acompañamiento de toda la comunidad. A partir de ahí se inician dos semanas de visibilización con distintos tipos de actividades».
La crisis universitaria se refleja también en las gestiones internas: desde la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA enviaron un correo electrónico a sus estudiantes alertando sobre la «situación límite para la universidad pública» y el «contexto de desfinanciamiento» que no permite cubrir ni siquiera los gastos básicos de funcionamiento. «Resultó necesario, como gestión, tomar la decisión de cubrir con recursos generados por la Facultad cuestiones elementales como la limpieza, el mantenimiento de ascensores y los servicios esenciales. Lo hacemos con compromiso y responsabilidad, pero nos encontramos al límite de nuestras capacidades, lo que también nos obliga a postergar o limitar, durante este segundo cuatrimestre, algunas mejoras o arreglos que forman parte de las demandas cotidianas de nuestra comunidad. Esto, además, implica la imposibilidad de destinar los recursos propios a mejoras académicas, apoyaturas a proyectos de extensión e investigación, acompañamiento a los y las nodocentes y vínculos con la comunidad», precisaron desde la facultad.
En el plano político, la Cámara de Diputados le dio media sanción la semana pasada al proyecto de ley que busca mejorar el financiamiento universitario, junto con otras iniciativas como la emergencia en salud pediátrica. Sin embargo, desde el oficialismo ya adelantaron que el presidente Milei vetará estas normas. De hecho, la cuenta oficial de La Libertad Avanza en X publicó: «el superávit fiscal no se negocia», mensaje que el mandatario retuiteó. En una cadena nacional, Milei justificó sus futuros vetos argumentando que «el Congreso impulsó un conjunto de leyes dirigidas a destruir el superávit fiscal».
A pesar de que la oposición quedó a un voto de conseguir los dos tercios necesarios para rechazar un eventual veto presidencial en el Senado, el camino sigue incierto. Jorge Anró enfatizó: «Apostamos firmemente a que, después de la aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto de ley de financiamiento universitario que se produjo el miércoles pasado, pase lo mismo en el Senado lo antes posible y se convierta en ley- Y después, con los trabajadores, con los universitarios, en la calle y esperemos que con el conjunto del pueblo acompañándonos, enfrentar el veto de Milei, si es que lo hace como lo viene amenazando y poder lograr, este año sí, que se rechace ese veto en el Congreso, que esto se transforme en ley y se pueda garantizar el futuro de la universidad pública».
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