La tensión dentro de la planta de Molinos Río de la Plata alcanzó un punto crítico esta semana, luego de que la empresa decidiera avanzar con una serie de despidos que motivaron un paro por tiempo indeterminado. La medida, impulsada por la Comisión Interna junto al Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA) de Buenos Aires, se puso en marcha el martes por la noche tras la cesantía de seis empleados, y se profundizó este miércoles con cuatro nuevos despidos. Hoy, pese a que los trabajadores acataron la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Provincia, denuncian que la empresa no lo ha hecho.
“Se trata, como lo denunciamos ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, de un plan de cesantías y precarización laboral de la empresa que ahora se termina concretando con estos ilegales despidos”, alertaron desde la representación gremial.
La protesta comenzó el martes a las 21, cuando varios operarios fueron notificados de su desvinculación en la oficina de Recursos Humanos, en presencia de una escribana. Algunos de ellos estaban por iniciar el turno noche, mientras que otros acababan de finalizar su jornada en la tarde. La respuesta sindical fue inmediata: se realizó una asamblea y se resolvió paralizar la planta.
El gremio exige la reincorporación de todos los despedidos, el cese inmediato de cualquier otro intento de achique, y reclama condiciones laborales que garanticen la seguridad del personal. Según advirtieron, la empresa viene reduciendo la dotación en distintas áreas, lo que estaría generando situaciones de riesgo para los trabajadores y trabajadoras.
Los despidos se produjeron justo antes de la cuarta audiencia prevista por el Ministerio de Trabajo bonaerense, que venía interviniendo por denuncias previas de la organización gremial. Desde fines de mayo, la planta viene operando con menos personal del mínimo recomendado, y eso preocupa no sólo por la sobrecarga de tareas, sino por el impacto directo en la salud y la seguridad en el trabajo.
“No sólo están despidiendo ilegalmente, están ejecutando un proceso de desindicalización, imponiendo la precarización laboral para producir, afectando la salud y la seguridad del resto de las y los trabajadores, ignorando deliberadamente las intimaciones de los representantes de los trabajadores en el Comité Mixto de Seguridad e Higiene que está constituido en la planta”, denunciaron desde la Comisión Interna.
Ya el 23 de mayo, los delegados habían hecho público que la firma controlada por la familia Pérez Companc —una de las más ricas del país según Forbes— mantenía reuniones informales en las que amenazaba con despidos si los trabajadores no aceptaban recortes salariales y nuevas formas de trabajo con dotaciones reducidas. Las condiciones sugeridas, además, ignoraban las recomendaciones del Comité de Seguridad e Higiene.
“La motosierra entró en Molinos Río de la Plata en sintonía con el Gobierno Nacional. Es una muestra del desprecio que la empresa y el Gobierno Nacional tienen por las y los trabajadores. Además, desconoce la autoridad del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, que tiene que ponerse a la altura y ejercer sus facultades”, concluyeron desde la Comisión Interna.