Milei o el elogio de la idiotez

“La indignación moral es una estrategia estándar
para dotar al idiota de dignidad”.
Marshall McLuhan

Ya ni las formas guardan. Ni un gesto de pudor. Ni un mohín de decoro. Ni tan siquiera ponerse un poquito colorados. Nada. Así, a lo bestia. Con una ferocidad poco común hasta ahora en la política, que desde siempre fue una danza de gestos, reverencias y traiciones solapadas.

El gobierno ni se ha enterado. Sus operetas son tan burdas que sólo se justifican en un auto de fe. Puede que, como dicen algunas encuestas, no sean pocos los que se fían. Lo que seguro no son, es inteligentes. Como me dijo alguien hace un tiempo: “Cómo no le voy a creer al periodista NN si dice lo que yo pienso”.

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Esta semana presidencial arrancó con una nueva chupada de medias en formato interviú que le hizo Esteban Trebucq (a) “Trabuco”, en La Nación+ en donde el Primer Manda-Otarios se despachó a su gusto sobre la movilización del sábado por la tarde (antifascista y antirracista) explicándole, a una audiencia embelesada, que él era víctima de la edición malintencionada de su discurso en Davos, recorte en donde lo hacían decir… precisamente lo que dijo. Sin embargo, esta vez, redirigió su ira: además de hablar de los homosexuales y de tratarlos de pedófilos, la emprendió con los comunistas, como por ejemplo Hitler (?).

Decía Pío Baroja “La crueldad, como la estupidez, cuanto más adornadas, más detestables”. Y vaya si Milei adorna su estulticia. Empezando con Adorni (otro apellido con justicia poética) y acabando con los periodistas que utiliza para hacer públicos sus sesudos análisis sobre el sexo de los ángeles y otras cuestiones que nada tienen que ver ni con la vida ni con las necesidades de los argentinos, que son muchas. Debates absurdos que ni siquiera están ligados a la batalla por el sentido, como por ejemplo la ideología comunista de Adolfo Hitler porque su partido se denominaba “Nacional Socialismo” o su diferencia dogmática con el fascismo, porque Benito Mussolini confiaba en el Estado y él lo detesta.

Parole, parole, parole…

Mientras el país se incendia, metafórica y fácticamente (algunos temen que mañana sea un verdadero lunes negro), el gobierno y sus propaladoras nos ponen a discutir identidades sexuales, afinidades ideológicas, el domicilio certificado de Cristina Kirchner, la vida amatoria de la China Suárez, la autopercepción de Ronaldo como el mejor jugador de fútbol de la Historiao la detención de la hija de Jorge Rial. Como dice el amigo @guapoherminio en las redes: “batallitas culturales fordrummies”.

Ya Umberto Eco en “De la estupidez a la locura”, su libro póstumo, había advertido sobre los peligros de la sobrecarga de información al señalar que suele producir “superficialidad e idiotez». La posibilidad de llenar de “ruidos” la conversación política hace que hoy, la capacidad de discernir y ponderar la información se haya convertido en una claramanifestación de inteligencia.

Esta estrategiade confusión discursiva por saturación de temas bien podría estar asociadaa una manera de gobernar: el anunciado decreto ómnibus con el que La Libertad Avanza intenta cerrar o fusionar unos 50 organismos del Estado a través de lo que pomposamente denominan “Ley Hojarasca” sería muestra acabada de su modelo de administración destructiva.

Motosierra para medio centenar de organismos entre los que se encuentran el INAES, el INCAA, el Instituto Nacional del Teatro y el Instituto Nacional Juan Domingo Perón entre otros. Como decía Discépolo: “revolcaos en un merengue y, en el mismo lodo, todos manoseaos”. O sea, digamos… tiró todo: lo bueno, lo malo y lo feo; total, si puedo enredarte mezclando palabras e ideas, ayudo a tu confusión con los nombres y objetivos de las instituciones ¡A llorar al campito!

Vergüencita ajenita

Son burdos; rústicos son. Cosen con puntada despareja. Dejan los dedos pegados. Se les nota la mala calidad en el orillo. Trazo grueso; poco tino. No han podido disimular la marca de la gorra y hacen cosas tales como armar una saga de crímenes y asesinatos en el Conurbano, colgándola las 24 horas en pantalla para que, una semana después, el Presidente diagnostique que la Provincia de Buenos Aires es “un baño de sangre”. ¡Largá, Raymond Chandler… dejá de escribir novela negra! La operación contra Axel Kicillof, único dirigente opositor en toda la cancha, es tan berreta, tan ordinaria que parece envuelta en papel de cohete y sólo la pueden hacer porque el conjunto de la oposi-cosoestá tan preocupada en pisarse los callos mutuamente que ni que los financiara el Psiquiátrico, vea, mire.

Con la que gastan para hacer realidad sus sueños húmedos (al menos en redes y algún canal de TV) podrían solventar un grupo de creativos un poco más capaces y aggiornados aunque… aunque, tal como observó Michel de Montaigne “la estupidez está casi invariablemente asociada a la soberbia” y si hay algo que define al gobierno en general y a sus comunicadores en particular es ese nivel de arrogancia vulgar que les sale por los poros como un sudor ácido.

El filósofo renacentista francés observó que los idiotas tienden a creer que lo saben todo y que no tienen nada que aprender de los demás. “Esta falta de humildad intelectual les impide cuestionar sus propias creencias y reconocer sus errores” sostenía Montaigne quien advertía que “la verdadera sabiduría comienza con el reconocimiento de la propia ignorancia, una cualidad que los estúpidos, en su arrogancia, son incapaces de ver”.Y no… no le hablo sólo del gobierno: empiece mirando en su familia porque nunca se sabe.

Lo cierto es que, como opinaba mi abuelita la soltera: “siempre hay un roto para un descosido” y la sociedad argentina, que estaba hecha añicos de pandemia y desgobierno, encontró a este muchacho al que el hilván se le suelta cada dos por tres, incluso cuando, se supone, está en situaciones controladas como un reportaje realizado por un amanuense que no le repregunta porque está muy ocupado en lustrarle los zapatos (es una metáfora, aviso: no me digan después que es imposible porque ese calzado horrendo que usa para parecer 6 centímetros más alto no son zapatos).

Eso es lo que, al parecer, ha obligado a los arquitectos de Casa Rosada a tapiar la ventana del despacho presidencial, porque cada dos por tres quiere arrojarse desde el primer piso. Así que, no es por vampiro ni por miedo a que lo asesine un franco tirador desde el Cabildo: es por pirucho nomás. 

Los mismos dueños

“No se trata de cambiar de collar sino de dejar de ser perro”, advertía Arturo Jauretche hace más de 65 años. Hago la referencia temporal para hacer notar que en más de medio siglo, las cosas poco han cambiado; y para peor. Allá por 1957, el genio de las Zonceras Argentinas explicaba como “ellos” manejaban el dólar, producían los tarifazos, estimulaban la fuga, organizaban el relato y colonizaban el sentido. Y nos invitaba a dejar de ser “ellos” para empezar a ser “nosotros”, cosa compleja por estos días porque, salvo contados dirigentes y dirigentas (si no sabés quienes son fíjate a quienes atacan), la gran mayoría parecería ser de “ellos”. Empleados. Asalariados caros. Gerentes por afuera de la empresa. Ceos partidarios. Siervos al fin, que registran en una nómina que no se registra.

De no ser así, sería imposible explicar el nivel de defección (por no hablar de traición) que exhibe la “clase política”, cosa que además ostenta como si fuese una cucarda. La Cámara de Diputados de la Nación, esta semana, fue una especie de muestrario de lo que afirmo.

Todo comenzó el martes por la tarde, en el plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales; Justicia; y Presupuesto y Hacienda que debía definir la posibilidad de tratar el jueves la suspensión de las PASO. Sin las firmas necesarias para aprobar el proyecto y llevarlo al recinto, La Libertad Avanza estiró el debate más que Alfonsín su discurso cuando recitó el Preámbulo de la Constitución hasta que, según lo denunciado por el presidente del bloque de Unión por la Patria, el gobierno logró “apretar y comprar las 58 firmas necesarias”. La grave acusación, que pasó como si cantara un ave a la salida del sol, tiene sentido si se tiene en cuenta que los apoyos necesarios se obtuvieron sumando a diputados opositores de signo peronista y aledaños.

El miércoles se le dio curso al nuevo proyecto de Ficha Limpia y el jueves se bajó al recinto y votó la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en una sesión que dejó bastante más que el principio del fin de ese engendro pergeñado por Juan Manuel Abal Medina y Alejandro Tullio (el nombre de los autores no es irrelevante en este caso): el quebranto del bloque de Unión por la Patria que adoptó una estrategiaTupac Amaru, no por la resistencia sino por el desmembramiento.

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Esto al tiempo que Cristina Fernández de Kirchner, quien ocupó la presidencia del Justicialismo en noviembre pasado advirtiendo que asumía ese desafío para ordenar al peronismo, se metía en una pelea en el barro de “X” con el Presidente (el escenario que más le gusta al libertario) mientras diputados de Tucumán y Catamarca la entregaban atada de pies y manos y, lo que podría ser peor, tambiénlos que responden a su sempiterno aliado Gerardo Zamora, el zar de Santiago del Estero.

Dice Hannah Arendt, conocida pensadora que planteó la banalidad del mal, que la idea de estupidez es “una forma de insensibilidad moral”. La intelectual alemana ya sugería, en sus textos que esto podría significar “falta de empatía”, incluso la “incapacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender su punto de vista” lo que redundaba en actos de deshumanización y gran crueldad como como los que perpetran la mayoría de los totalitarismos.

Colaboracionistas

Lo que está más que claro es que el hermano de Karina no está solo. Más allá de legisladores como Margarita Stolbizer o Carla Carrizo, que hoy se santiguan en las redes por decisiones de Milei como la de abandonar la OMS o retirarse del Pacto de París pero que, en su momento, le votaron la Ley Bases con las dos manos (y le dieron facultades delegadas), parte importante de los periodistas y los miembros de la Justicia también juegan su partido en el equipo de los colaboracionistas.

Es más, en esta inteligencia de tratar de discernir para no ser un idiota, sería transcendental empezar a blanquear con nombre y apellido a los operadores como Esteban Trebucq, que para congraciarse con Milei llamó a Lali Espósito “Ladri Depósito” anticipándose a la ñoñada presidencial, digna de un chico de primer grado, pero de los más boluditos. Operadores vs. Periodistas vendría a ser una de las batallas a dar, porque los JonatanViale de la vida están más cerca de Carlo Ponzi que de Rodolfo Walsh.

Agachada feroz como la de la semana pasada cuando el scrum del “panelismo gatillado” (esos que no reciben sobres pero a los que YPF y el Banco Nación los miman como si fueran de la casa) salió a replicar un tuit gestado en las entrañas de la letrina comunicacional de La Libertad Avanza. Luis Majul (estás grande Luis para regalarte de esa manera); Jonatan Viale; Javier Lanari; Santiago Oría; Gabriel Anello y el jefe del Brazo Armado de La Libertad Avanza, el nunca bien ponderado Gordo Dan. Todos hablaron de cierta “indignación selectiva de los K” por la Marcha Antifascista y Antirracista y pusieron ejemplos de compañeros supuestamente abusadores o golpeadores. Todos, la misma idea. Todos, al mismo tiempo. Todos, en la misma nómina de empleador.

Por estos días, la administración Trump desnudó lo que podría llamarse “el affaire USAID” (United States Agency for International Development), una de las tantas “agencias” yankees que sirven para financiar sus porquerías por todo el mundo. En este caso, la herramienta a través de la cual EEUU financiaba bajo radar a los “medios independientes” urbi et orbi. Claro, los mass media planetarios se pusieron como locos porque los miles de millones de dólares aplicados a armar operetas, invisibilizar atrocidades, posicionar candidatos y financiar golpes desaparecieron del tablero global y volvieron a las arcas yankees.

Alguna vez, no hace tanto, un grupo de peri-operadores vernáculos apareció en los cables de WikiLeaks como “cautivo de la embajada de Estados Unidos”. Uno no imagina por qué eso puede haber cambiado.

¿Será Justicia alguna vez?

¿Y los jueces y fiscales? Dios. No actúan de oficio contra los libertarios ni aunque asesinen a alguien por la espalda ante las cámaras de TV. El tuit amenazante de Javier Milei advirtiéndole a los “zurdos de mierda” que los iba a “buscar hasta el último rincón del planeta” alcanzaba y bastaba para que algún ignoto miembro del Ministerio Público Fiscal cobrase una fama repentina y hasta cierto brillo, pero ni así: la Familia Judicial entiende bien el poder (que no es ni de Milei ni libertario, como viene quedando en claro en estas líneas). Y se está jugando una gran apuesta porque, de lo que resulte del proyecto de ley de Ficha Limpia -que sería tratado esta semana que comienza y, por ahora tiene nombres y apellidos peronistas-, pueden llegar a transformarse en el Poder que de verdad gobierne la Argentina. Es más, el armado de listas partidarias podría convertirse en responsabilidad del Consejo de la Magistratura.

En ese sentido, parte importante de la dirigencia parece haber entrado en esa estupidez a la que refiere Simone de Beauvoir, quien la consideraba una elección. Para la esfinge indiscutida del Existencialismo, y a su vez amante y contrafigura de Jean Paul Sartre “la gente elige ser idiota cuando rehúsa enfrentar la complejidad de la vida y toma el camino de la simplificación. La estupidez, en este sentido, es una forma de cobardía existencial”. Ni siquiera piensan en defensa propia. Así como le dieron facultades delegadas a Milei ahora le están entregando el armado de listas a la Justicia.

Un muerto a la derecha…

Como no son demasiado ocurrentes, ni creativos (sorprende, a veces, que la sociedad en su conjunto no se avive), al aproximarse la campaña para las legislativas de medio término ya empezaron a desparramar muertos sobre el territorio del mayor y, yo diría, único escollo real que enfrentan: Axel Kicillof.

Aunque el liderazgo del gobernador “no logre una síntesis”, como explican sus detractores en la oscuridad de los pasillos y los bares con olor a cerveza vencida, es el único dirigente que se ha parado frente a la prepotencia libertaria y ha denunciado, por ejemplo, que “cada gramo de merca que llega a la provincia es responsabilidad de Javier Milei y Patricia Bullrich” (me gustó la metáfora). Eso lo convierte en el blanco preferido de la Derecha y el objetivo de los próximos muertos que arroje en su camino. Claro, cuentan además con la servidumbre de paso, vía o acueductus que ofrece una dirigencia canalla que, en lugar de blindar la Provincia, anda haciendo pucheros y ñañaña.

Con Cristina presa por la posibilidad de ir presa y el resto de los líderes oposi-dóciles desarrollando la estrategia del tero: gritar en un lado (en este caso “X” y las redes en general) pero poner los huevos en otro (el diagnóstico incluye a buena parte del peronismo, casi la totalidad del PRO y buena parte de aquel partido centenario que supo llamarse Unión Cívica Radical y que prefería romperse antes que doblarse), La Libertad Avanza se enfrenta a una Argentina institucional previa a las batallas de Pavón y Cepeda. No hay Nación. Y mucho menos Patria. Apenas un puñado de intereses personales, mezquindades módicas, estafas electorales de pago chico e, incluso, hasta algún ataquecito de dignidad que se les pasa enseguida. Eso muestra la foto velada de la desintegración ideológica y moral de nuestra dirigencia que, como explica la Lic. Silvana Festinese, “es un lugar común de Occidente”.

Los incendios que se devoran a buena parte de la Patagonia (claro que no en la parte en donde los terratenientes extranjeros como Lewis tienen sus feudos) y el nivel de invisibilización de esa tragedia se ligan con el inconmensurable esfuerzo que están haciendo los dueños de Milei y tantos otros para instalar un modelo de Plutocracia que desaloje a nuestra democracia tullida. La suspensión de las PASO (herramienta que siempre critiqué, desde su instalación) fue el primer empujó de una reforma más profunda que promete impedir que ningún ciudadano de a pie alcance la posibilidad de postularse en una elección.

Y, para los que dicen… “NO. La Constitución se lo impide”, aviso que los capitales que están detrás de Milei y lo sostienen, se cagan en la Carta Magna. Pero agarran el libro y lo ponen de canto, para cagarse de los dos lados.

Virtud y fortuna

Según Maquiavelo, “el Príncipe debe contar con virtud y fortuna para mantenerse en el poder”. En el caso del Príncipe Idiota (gracias Dostoyevski por esta nomenclatura), la virtù no se da demasiado pero sí la “fortuna” que, en términos del florentino, significa “el impulso o las bendiciones de figuras poderosas dentro del régimen”.

Sobre esta cuestión es importante hacer notar que Maquiavelo explica que, gracias a la fortuna, al gobernante le resultará fácil ganar poder, pero le costará luego mantenerlo porque dependerá de la buena voluntad de sus benefactores. Prueba de esto podría ser el mensaje del FMI hacia fines de la semana cuando, a través de Julie Kozack, vocera del organismo multilareral, le bajó de un plumazo las expectativas optimistas de obtener 11.000 millones de “verdes frescos” a Toto Caputo, el que no atrasó el dólar, adelantó los precios.

Más veloz que Speedy González, el presidente comenzó a preparar un nuevo viaje a los Estados Unidos (el noveno ya) para fines de febrero. No con el fin de protestar ante el Fondo Monetario por ese amor no correspondido sino para participar en una nueva paparruchada política de la Acción Conservadora y entrevistarse con Myke Tyson y Mel Gibson. Más cholulo que un cazador de autógrafos.

Se hace necesario aclarar, hacia el final de este panorama, que la palabra “idiota”, en sus orígenes, no tenía un significado despectivo, sino que se refería a “un ciudadano normal, que no quería participar en los asuntos públicos”. O sea que de alguna manera, no se interesaba por la política o las cuestiones de Estado.

Explico en esta Argentina en donde la idiotez (siempre referida al origen) constituye no ya una práctica sino casi una costumbre de buena parte del electorado; una porción relevante de analfabetos políticos al decir de Berthold Friedrich Brecht.

Esclarezco por aquello de que los pueblos suelen tener gobernantes que se les parecen.

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