El cierre de campaña de Javier Milei en Moreno, pensado como una demostración de fuerza de La Libertad Avanza (LLA) antes de las elecciones bonaerenses del domingo, terminó mostrando el desgaste del oficialismo: un predio con claros visibles, militancia desmotivada y gente que se retiró antes de que hablara el Presidente.
Con tono iracundo y apelando a su ya habitual estrategia de victimización, Milei intentó blindar a su hermana, Karina, en medio del escándalo por las coimas en la ANDIS. “Se metieron con mi hermana”, exclamó, y denunció que “a pesar de las injurias que vomitan desde los rincones de la política todos los días”, la secretaria General de la Presidencia sigue firme en su rol.

La victimización como bandera
El mandatario volvió a relatar los incidentes en Lomas de Zamora y buscó instalar un clima de persecución: “Días atrás, en Lomas de Zamora, me tiraron un adoquín. Podrían haber matado a cualquiera. Pero… esto para ellos se trata de poder. Y si se tienen que cargar con vidas humanas, no les importa. No se olviden que en este… este kirchnerismo inmundo, se cargaron la vida del fiscal (Alberto) Nisman”.
En un discurso marcado por las referencias al kirchnerismo, Milei insistió en que LLA está en un “empate técnico” con el peronismo, aunque los datos de las últimas encuestas muestran un retroceso de su espacio en la provincia.
Frases contra los votantes opositores
El libertario volvió a cargar contra los sectores populares: “Porque cada bonaerense honesto que no va a votar, sí va a ir a votar un ñoqui, va a votar un piquetero, votan militantes pagos o hasta votan los presos. Por lo tanto, por cada uno de nosotros que se queda en casa, van a ir cinco de ellos”.
El mensaje, lejos de convocar a la participación, reforzó la idea de un Milei cada vez más aislado, recurriendo al enfrentamiento con enemigos externos y al desprecio hacia parte del electorado.
Escenario de protestas y tensión
Afuera del predio, grupos de vecinos y organizaciones sociales protestaron contra los recortes en discapacidad y la denuncia de corrupción que salpica a Karina Milei. Hubo forcejeos, piedrazos y una persona terminó detenida. En contraste con el clima tenso en la calle, dentro del club Villa Angela el escenario era otro: vacíos notables en las gradas, asistentes dispersos y desconexión con el discurso presidencial.
Incluso C5N registró testimonios que señalaron el pago de hasta 20 mil pesos a personas para simular tareas de seguridad dentro del acto.
Discursos en tono bélico
Previo a Milei, los principales candidatos bonaerenses de LLA recurrieron a consignas extremas. Sebastián Pareja aseguró: “El domingo ganamos o ganamos” y agitó el “kirchnerismo nunca más”, trivializando las políticas de memoria, verdad y justicia. Diego Valenzuela remató: “El Estado presente es un chamuyo: te matan con impuesto y no te dan ningún servicio”.
Choque con la Provincia
El despliegue de seguridad generó un nuevo cruce entre la ministra Patricia Bullrich y su par bonaerense Javier Alonso. Mientras la funcionaria nacional acusó a la Provincia de querer frenar el acto, Alonso retrucó: “Miente e intenta ensuciar la cancha”.
En un contexto de malestar social, con protestas por los recortes y la sombra de la corrupción sobre su propia hermana, el cierre de campaña de Milei dejó una postal incómoda: un presidente gritando en un predio vacío, tratando de convencer de que su fuerza política aún pelea de igual a igual en Buenos Aires.
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