Los planes de Julian Peh —registrado en Migraciones como Peh Chyi Haur— iban mucho más allá del lanzamiento del token Libra. Según el documento, tras la reunión del 19 de octubre de 2024 en el Hotel Libertador, el empresario delineó junto al presidente un esquema que incluía la “soberanía en inteligencia artificial”, la creación de empleo a través de la educación y la incorporación de tecnología avanzada en universidades.
Ese contenido había sido publicado por Kip Protocol en LinkedIn con una foto de ambos y un enlace al sitio oficial de la compañía. Hoy, la página figura caída, pero la publicación aún se puede ver. El texto llevaba como título “Momento histórico para Kip Protocol: la expansión en Latinoamérica despega en Argentina” y detallaba que la “primera prioridad” era dotar al país de capacidades para mantener “el control sobre sus datos y activos tecnológicos” y así reducir la dependencia de “proveedores centralizados”.
En el segundo punto, la empresa mostraba interés por “introducir aplicaciones avanzadas de IA en las instituciones de educación superior”, con colaboraciones curriculares para formar estudiantes que luego se integren a la economía digital.
El comunicado subrayaba: «El apoyo del presidente Milei a estas iniciativas resalta nuestro papel como socio estratégico en la transformación tecnológica de Argentina, colocando a $KIP en el centro de atención como una fuerza líder en inteligencia artificial en América Latina». También afirmaba que la tecnología descentralizada de la empresa “se alinea con la ambición de Argentina de convertirse en un centro tecnológico global” y que el país era “sólo el punto de partida de un plan regional más amplio”.
Milei había respaldado públicamente a Peh. En febrero, durante una entrevista con TN, dijo: «En ese evento (por el Tech Forum) conocí gente muy interesante. Me pareció muy interesante el CEO de Kip. Es alguien que trabaja en temas de inteligencia artificial. Tiene un concepto que me deslumbró, que es el de soberanía en inteligencia artificial».
Sin embargo, Migraciones confirmó el viernes que el empresario registró la audiencia con su nombre occidentalizado, y no el real. Su identidad verdadera es Peh Chyi Haur, que también usa la variante Bai Qihao. Interpol Singapur no halló registros a nombre de “Julian Peh”, lo que dejó en evidencia que el presidente se reunió con alguien que no informó su identidad exacta y que la Justicia argentina no detectó la irregularidad.
En la misma publicación de LinkedIn que promocionaba el encuentro, junto al nombre occidentalizado aparecían tres caracteres chinos que, traducidos, arrojaban Bai Qihao. Tras la verificación oficial, las querellas que intervienen en la causa por presunta estafa pidieron avanzar en la localización del empresario.
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