La libertad que mata la industria: desde 2023, los costos de producción saltaron 25% en dólares

Empresarios denuncian un triple tarifazo eléctrico y advierten que ya no pueden competir con la producción importada.

En medio de una aparente calma cambiaria, la industria nacional atraviesa un proceso acelerado de encarecimiento que la deja cada vez más expuesta frente a la apertura comercial y la desregulación. Según un reciente informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), los costos de producción aumentaron un 25% en dólares desde diciembre de 2023. El dato se conoció en un contexto en el que, además, grandes usuarios industriales recibieron facturas de energía eléctrica hasta tres veces más altas en el último mes.

El relevamiento fue elaborado por el economista Fausto Spotorno, ex asesor del presidente Javier Milei, quien señaló que “el costo de producción en Argentina se incrementó un 25% en dólares desde diciembre del 2023, mientras que el IPP estadounidense mostró una variación cercana al 4%”. En ese sentido, explicó que el fenómeno se debe más a factores locales que externos: “Esta divergencia revela que el encarecimiento de los costos locales se explica principalmente por factores domésticos como la apreciación real del tipo de cambio”.

A pesar de que bajó el riesgo país y el dólar se mantuvo estable durante varios meses, los industriales aseguran que eso no alcanzó para frenar la pérdida de competitividad. Spotorno precisó que “la mejora en las condiciones financieras todavía no logra compensar el impacto de la inflación, la recomposición salarial y el encarecimiento de insumos clave”. Y remarcó que “estos incrementos afectan negativamente la rentabilidad, dificultan la planificación a largo plazo y limitan la capacidad de inversión y expansión de las empresas”.

Aumentan los costos, pero no las ventas

En sectores como el metalúrgico y el textil la situación se torna insostenible. Las empresas enfrentan aumentos en dólares que no logran trasladar a los precios, debido a un mercado interno en caída libre y un fuerte ingreso de productos importados. “El juego de los precios se está jugando en otro lado. No se está pudiendo convalidar valores por el achicamiento del mercado y porque hay mucho producto importado, en el sector metalúrgico crecen 5% mensual las importaciones”, advirtió Elio Del Re, presidente de ADIMRA.

Mauro Gonzáles, empresario textil y titular de la Confederación Pyme, trazó un panorama sombrío: “Viene todo muy complicado, lo que vemos es que no hay demanda, la situación se tensa cada vez más y el empleo se va a resentir”.

La presión se intensificó con las últimas boletas de energía. Desde Industriales Pymes Argentinos (IPA), su presidente Daniel Rosato denunció una suba inesperada y contundente. “En algunos casos las facturas se triplicaron en el último mes por el componente mayorista”, señaló.

Un modelo en jaque

En la Unión Industrial Argentina crece el malestar y, por primera vez desde el inicio del gobierno libertario, hay un diagnóstico compartido: “La cosa así no va”, repiten entre los empresarios. El salto reciente del dólar encendió alarmas y refuerza la idea de que será necesario corregir la política económica, ya sea a través de lo fiscal o lo cambiario.

El informe de UADE también realizó una comparación con el nivel de actividad de abril de 2017 —último momento de cierta estabilidad sostenida— y la conclusión es alarmante: catorce de los dieciséis rubros industriales analizados registran caídas, lo que refleja una degradación estructural de la industria argentina.

Para Spotorno, los problemas exceden la coyuntura. “Es imprescindible avanzar hacia una competitividad estructural que no dependa de ajustes cambiarios, esto implica políticas como la reducción de los costos operativos, la mejora de la productividad y eficiencia en todos los niveles”. En la misma línea, agregó que “resulta clave impulsar una agenda de reformas como la impositiva, además de impulsar inversiones estratégicas en infraestructura logística y energía e incentivos a la innovación”.

Aunque coinciden con la necesidad de reformas, desde el sector privado señalan que la urgencia es inmediata. Sin reglas que protejan frente a prácticas desleales del comercio internacional, los industriales anticipan que será imposible competir contra productos subsidiados provenientes de Asia. Y advierten: sin un cambio de rumbo, la recuperación no llegará.

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