La diputada de La Libertad Avanza y candidata a senadora por Río Negro, Lorena Villaverde, arrastra un prontuario judicial que va desde el contrabando de cocaína en Estados Unidos hasta causas por estafas y maniobras financieras en el país. Pese a que en el Congreso asegura tener “las manos limpias”, los expedientes cuentan otra historia.
Hace tres semanas, Villaverde aprovechó una moción de privilegio en la Cámara baja para defender su nombre y apuntar contra los medios. En un tono solemne, mostró un certificado de antecedentes penales y afirmó que no existían procesos en su contra. Cerró su intervención con una frase categórica: “tiene sus manos y su conciencia absolutamente limpias”.
Lo que no explicó es que ese certificado solo refleja condenas firmes en territorio argentino y no abarca causas en curso ni antecedentes en el exterior. Días después de esa exposición pública, se conoció información que la vincula directamente con hechos de narcotráfico ocurridos en los Estados Unidos a comienzos de los 2000.

Arrestos y condena en Estados Unidos
En noviembre de 2001, Villaverde tuvo su primer roce con la justicia norteamericana. La policía de Miami Beach la arrestó por obstrucción de la justicia, aunque quedó en libertad por no tener antecedentes previos. En ese entonces, residía sobre la avenida Collins y aseguraba trabajar en una boutique, pero su nombre ya aparecía en informes vinculados a redes de narcotráfico.
El episodio más grave ocurrió el 17 de julio de 2002, cuando agentes la detuvieron en el aeropuerto de Sarasota. Viajaba junto a dos cómplices —el cubano Jesús Ferrer y el colombiano Fabio Restrepo, presunto integrante del Cártel de Cali— e intentaba ingresar cocaína a territorio estadounidense.
Aunque inicialmente trascendió que llevaba 400 gramos, dos fuentes que accedieron al expediente completo aseguraron que el cargamento ascendía a 15 kilos de cocaína, además de 50 mil dólares sin justificar. La justicia también incautó otros 17 mil dólares en su domicilio.
Villaverde permaneció varios meses detenida. El 21 de octubre de 2002 fue considerada culpable y un día después recibió la notificación de su sentencia. Tras una apelación, quedó en libertad condicional. Según personas que participaron del proceso, logró salir del país tras colaborar con la justicia y “delatar al resto de la banda”. Desde entonces, si intenta ingresar nuevamente a Estados Unidos, queda detenida de inmediato.
Un divorcio que expuso todo
La historia reapareció años después, en medio de su divorcio con Carlos Marcelo Bauzas. Se habían casado en 2008 y compartían la empresa Taskarsa, de la que ella tenía el control financiero. En 2011, un correo anónimo alertó a Bauzas sobre el pasado de su esposa. Contrató un detective en EE.UU., quien confirmó todo.
Al ser confrontada, Villaverde negó las acusaciones, pero en el expediente de divorcio terminó admitiendo su imposibilidad de volver a Estados Unidos sin ser arrestada. El documento judicial incluyó pruebas del caso de Sarasota y sus antecedentes en Miami, dejando al descubierto una doble vida que había logrado mantener oculta durante años.

Negocios, estafas y un entramado económico irregular
Tras instalarse en Argentina en 2003, Villaverde construyó un nuevo perfil empresarial en Neuquén. A través de Taskarsa retiró más de 6,5 millones de dólares en cheques, de los cuales 1,5 millón fue en efectivo durante su divorcio. La maniobra dejó a su exmarido al borde de la quiebra y generó múltiples reclamos judiciales de proveedores.
Con esos fondos, se dedicó a prestar dinero en condiciones abusivas, ejecutando pagarés antes de su vencimiento y generando nuevos conflictos judiciales. Años más tarde, su nombre también apareció en la causa de Enrique Blaskey Señorans, conocido como el “Bernie Madoff argentino”, donde se la señaló como una de las personas que acercaban inversores al esquema Ponzi.
Relaciones peligrosas y ambiciones políticas
En paralelo a sus negocios, Villaverde inició una relación sentimental con Claudio “Lechuga” Cicarelli, primo y mano derecha de Fred Machado, empresario señalado como parte de un esquema de lavado vinculado al narcotráfico y actualmente con pedido de extradición a Estados Unidos.
A pesar de estos antecedentes, Villaverde mantiene su banca en Diputados y busca ahora una banca en el Senado. En su discurso público insiste en que no tiene vínculos con el narcotráfico y se muestra dispuesta a hacerse análisis de consumo para “probar” su inocencia.
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