27 de diciembre de 2025

Kicillof, duro con Milei: “Es un desastre lo que están haciendo”

El Gobernador bonaerense alertó por el impacto del atraso cambiario y denunció un ajuste que golpea empleo, turismo y consumo interno.

En la previa de las fiestas y con la temporada de verano en marcha, Axel Kicillof salió con munición gruesa contra la política económica del Gobierno nacional. Desde una entrevista radial, el mandatario provincial sostuvo que el rumbo elegido por la Casa Rosada profundiza la recesión y castiga a los sectores que traccionan el empleo en la provincia de Buenos Aires.

“Es más barato irse a comprar ropa o vacacionar afuera que consumir lo que producimos acá. Eso es una sentencia de muerte para la industria nacional y para el turismo en nuestras ciudades”, advirtió, al describir los efectos del atraso cambiario sobre la economía real.

Las declaraciones llegaron después del relanzamiento del Movimiento Derecho al Futuro, el espacio político que Kicillof presentó en Ensenada, y durante una charla con el programa Mañana Silvestre por Radio 10. Allí trazó un panorama que combinó datos oficiales y críticas políticas al oficialismo libertario.

El gobernador puso el foco en la balanza turística. Según cifras del INDEC correspondientes a noviembre, la llegada de visitantes extranjeros cayó un 2,7%, mientras que los viajes de argentinos al exterior crecieron un 15,3%. El resultado fue un déficit de 224.000 personas, un número que, según Kicillof, expone el deterioro del mercado interno y de las economías regionales ligadas al turismo.

En ese marco, denunció una estrategia para ocultar el impacto de la crisis: “Prefieren romper los convenios para que no se sepa cuánto está sufriendo nuestra Costa Atlántica o nuestras sierras. Atacan al termómetro en lugar de curar la enfermedad”, lanzó, en referencia a la decisión del Gobierno de dar de baja acuerdos de medición turística.

La crítica se extendió a la situación general de la provincia. “Es un desastre que están haciendo. No hay sectores económicos en la provincia de Buenos Aires al que le vaya bien: gastronomía, comercio, turismo e industria con una crisis gravísima y con algunos elementos difícil de revertir”, afirmó.

Kicillof también cuestionó el encuadre conceptual del programa económico. Para el gobernador, “no es un plan de estabilización, es un plan de ajuste clásico”, ejecutado, según dijo, “con una dosis de improvisación y de crueldad que no habíamos visto”.

“Están gobernando para los mercados, para los acreedores y para el Fondo Monetario, mientras le dan la espalda a la gente que no puede pagar la luz, el gas o los alimentos”, remarcó. Y aseguró: “Están destruyendo el mercado interno a propósito”.

El diagnóstico se volvió más crudo al hablar con empresarios y comerciantes bonaerenses. “Los dueños de las Pymes te dicen que no es solo que no pueden pagar la paritaria, es que no tienen a quién venderle. Cerraron el grifo del consumo, subieron los costos de la energía de manera sideral y ahora pretenden que las empresas compitan con productos importados que vienen subsidiados. Es un industricidio”, sentenció.

En clave histórica, el mandatario advirtió sobre un regreso a políticas conocidas: Milei, dijo, busca “volver a las recetas de los ‘90 que ya fracasaron y nos dejaron en la calle”.

“Hablan de vender Aerolíneas, de vender nuestras centrales nucleares, de entregar YPF. No es una cuestión de eficiencia, es un remate de los activos estratégicos de la Argentina para pagar deuda que ellos mismos están generando”, agregó.

Por último, Kicillof volvió sobre el conflicto fiscal con la Nación y recordó que el Gobierno adeuda a la provincia cerca de 11.000 millones de dólares en obras paralizadas, fondos de seguridad, incentivos docentes y recursos para la caja jubilatoria. “No es plata de un gobernador, es plata que debería estar en las escuelas, en las patrullas y en los bolsillos de los trabajadores”, sostuvo.

Con la mirada puesta en el debate del Presupuesto 2026 en el Senado, describió la relación con el Ejecutivo como un “mecanismo de extorsión permanente”, donde la obra pública y los recursos provinciales funcionan como presión política. Aun así, señaló que crece la resistencia legislativa: “Entienden que el modelo de Milei es profundamente unitario y centralista, aunque se llenen la boca hablando de libertad”.

Kicillof endurece su discurso y acusa al Ejecutivo de empujar una crisis productiva

Copete:
El gobernador bonaerense alertó por el impacto del atraso cambiario y denunció un ajuste que golpea empleo, turismo y consumo interno.

En la previa de las fiestas y con la temporada de verano en marcha, Axel Kicillof salió con munición gruesa contra la política económica del Gobierno nacional. Desde una entrevista radial, el mandatario provincial sostuvo que el rumbo elegido por la Casa Rosada profundiza la recesión y castiga a los sectores que traccionan el empleo en la provincia de Buenos Aires.

“Es más barato irse a comprar ropa o vacacionar afuera que consumir lo que producimos acá. Eso es una sentencia de muerte para la industria nacional y para el turismo en nuestras ciudades”, advirtió, al describir los efectos del atraso cambiario sobre la economía real.

Las declaraciones llegaron después del relanzamiento del Movimiento Derecho al Futuro, el espacio político que Kicillof presentó en Ensenada, y durante una charla con el programa Mañana Silvestre por Radio 10. Allí trazó un panorama que combinó datos oficiales y críticas políticas al oficialismo libertario.

El gobernador puso el foco en la balanza turística. Según cifras del INDEC correspondientes a noviembre, la llegada de visitantes extranjeros cayó un 2,7%, mientras que los viajes de argentinos al exterior crecieron un 15,3%. El resultado fue un déficit de 224.000 personas, un número que, según Kicillof, expone el deterioro del mercado interno y de las economías regionales ligadas al turismo.

En ese marco, denunció una estrategia para ocultar el impacto de la crisis: “Prefieren romper los convenios para que no se sepa cuánto está sufriendo nuestra Costa Atlántica o nuestras sierras. Atacan al termómetro en lugar de curar la enfermedad”, lanzó, en referencia a la decisión del Gobierno de dar de baja acuerdos de medición turística.

La crítica se extendió a la situación general de la provincia. “Es un desastre que están haciendo. No hay sectores económicos en la provincia de Buenos Aires al que le vaya bien: gastronomía, comercio, turismo e industria con una crisis gravísima y con algunos elementos difícil de revertir”, afirmó.

Kicillof también cuestionó el encuadre conceptual del programa económico. Para el gobernador, “no es un plan de estabilización, es un plan de ajuste clásico”, ejecutado, según dijo, “con una dosis de improvisación y de crueldad que no habíamos visto”. En esa línea, sostuvo que la gestión de Javier Milei prioriza a los acreedores y a los organismos internacionales por sobre las necesidades cotidianas de la población.

“Están gobernando para los mercados, para los acreedores y para el Fondo Monetario, mientras le dan la espalda a la gente que no puede pagar la luz, el gas o los alimentos”, remarcó, y agregó: “Están destruyendo el mercado interno a propósito”.

El diagnóstico se volvió más crudo al hablar con empresarios y comerciantes bonaerenses. “Los dueños de las Pymes te dicen que no es solo que no pueden pagar la paritaria, es que no tienen a quién venderle. Cerraron el grifo del consumo, subieron los costos de la energía de manera sideral y ahora pretenden que las empresas compitan con productos importados que vienen subsidiados. Es un industricidio”, sentenció.

En clave histórica, el mandatario advirtió sobre un regreso a políticas conocidas: Milei, dijo, busca “volver a las recetas de los ‘90 que ya fracasaron y nos dejaron en la calle”. Y amplió la crítica al plano estratégico: “Hablan de vender Aerolíneas, de vender nuestras centrales nucleares, de entregar YPF. No es una cuestión de eficiencia, es un remate de los activos estratégicos de la Argentina para pagar deuda que ellos mismos están generando”.

Por último, Kicillof volvió sobre el conflicto fiscal con la Nación y recordó que el Gobierno adeuda a la provincia cerca de 11.000 millones de dólares en obras paralizadas, fondos de seguridad, incentivos docentes y recursos para la caja jubilatoria. “No es plata de un gobernador, es plata que debería estar en las escuelas, en las patrullas y en los bolsillos de los trabajadores”, sostuvo.

Con la mirada puesta en el debate del Presupuesto 2026 en el Senado, describió la relación con el Ejecutivo como un “mecanismo de extorsión permanente”, donde la obra pública y los recursos provinciales funcionan como presión política. Aun así, señaló que crece la resistencia legislativa: “Entienden que el modelo de Milei es profundamente unitario y centralista, aunque se llenen la boca hablando de libertad”.

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