12 de septiembre de 2025

Feos, sucios y malos

“El bien puede resistir derrotas; el mal no.”
Rabindranath Tagore

Complejo. El Garraham está, además de desfinanciado, excedido por la demanda y, difícilmente separe siameses que han pasado la línea de los 50 años. Por otra parte, cuando la unión no es física sino psicológica, es más difícil de operar… o no, porque los Milei vienen siendo operados como los mejores. Lo cierto es que el MandaOtario y la Primera Hermana parecen no haberse separado totalmente en su desarrollo como personas y hoy, el cuerpo de Javier muestra serias y preocupantes dependencias del de Karina, probablemente porque comparten ese órgano vital denominado bolsillo.

El pibe hace lo que ella quiere. Y si se retoba, Kari no le dirige la palabra, no lo toca, no lo mira y él se arrastra hasta sus pies rogándole un mohín de cariño… ¡Zácate! Ahí lo empoma. Le saca hasta el pañal. Lo hace hacer su voluntad. Lo conduce… Él, “felí”. Porque así evita ocuparse de esas cosas que no le interesan y las delega en la única persona en el mundo por la que pone las manos en el fuego. Instituto del Quemado, buenas tardes…

Fue durante la campaña y, al parecer, será para lo que le quede de gobierno que, quien sabe cuándo, pondrá su cartelito de The End en la pantalla. “Que ha perdido la risa, que ha perdido el color”, podría uno sintetizar apelando a los versos de Rubén Darío sobre La Princesa para explicar cómo se ha difuminado la imagen del otrora León, hoy Payaso: así en el circo como en la política cuando el personaje se sobreactúa. Y el coso este, hace bocha que está sobregirado.

La noche de la iguana

Nunca sabremos a ciencia cierta de dónde sacó fuerzas y equilibrio Javier Milei para subirse al escenario de un despoblado bunker luego de enterarse que no iba ganando la Provincia sino que había perdido por 14 puntos. Así de engatusado lo tienen al Papadas entre Karina y Sebastián Pareja, que por supuesto no es su pareja a pesar de los rumores que propalan las lenguas viperinas.

El Presidente salió de Olivos rumbo a La Plata con la idea de que estaba, si no venciendo, empatando. Pero al llegar a Gonnet sintió esa puñalada trapera por la espalda, ese dolor profundo de… la derrota. Hubo que apapacharlo una vez más: su hermana abrazándolo y hablándole al oído, calmándolo, conteniéndolo mientras la crisis menguaba, los temblores y las lágrimas iban cediendo y volvía a controlar los esfínteres.

No hubo extralimitaciones cuando apareció en el escenario. Ni saltos, ni gritos, ni arengas. Todo muy sobrio (excesivamente para el personaje): parte del gabinete acompañando; rostros de velorio, mandíbulas apretadas… algunas, otras demasiado móviles. En fin: una escena propicia para que Milei, una vez más, se contradijera en el mismo párrafo: “Vamos a corregir todo aquello en lo que nos hayamos equivocado”, dijo de arranque para, de inmediato, señalar que “No se retrocede ni un milímetro, el rumbo no sólo que se confirma, sino que lo vamos a acelerar”. Así como te lo aseguro, te lo desmiento.

Amanece, que no es poco

Menemista tardío, Milei es incapaz de entregar a nadie de sus círculos concéntricos en el momento álgido de la crisis. Por eso el lunes amaneció en la Rosada, a las 9, ya reunido con la cúpula para ver cómo abrían los mercados. No demasiado intranquilo, además, porque le habían avisado que no iba a haber grandes conmociones. Lo engañan como a un chico.

De arranque, riesgo país 1100 puntos. Y “lambete que estás de huevo”. El Jardín donde los Senderos se Unifican según la mirada de JP Morgan, que la juega de socio pero te acompaña sólo hasta la puerta de cementerio. El dólar volando a pesar del lastre de tasas estrambóticas. Las acciones hundiéndose el 25 % y los bonos el 15%. El valor de las empresas argentinas perdiendo casi 8.000 millones de dólares. Todo en el mismo día en que el Gobierno, que sólo se juntaba para ver Homo Argentum en Olivos, llevaba a cabo dos reuniones de gabinete. Dos al hilo… demasiada excitación.

Toto Caputo apareció tipo mediodía (se dice que se había retrasado guardando la bermuda y la remera roja en la mochila). Reconfirmó su programa (hay quienes sostienen que es un fullero de una sola jugada) aunque a los bancos les diga que son ideas del Presidente. En la City el dólar tocaba los 1500 pesos. En ese mismo instante anunciaron la conformación de una “mesa política”. Todo el mundo respiró. O, mejor dicho, suspiró… ¿Otra vez sopa de arroz? La política cambiaba de manos para pasar a las de… ¡Karina! (?). Sus nuevos/viejos acompañantes: Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Manuel Adorni y Santiago Caputo, a quien, por un momento se pensó poner al frente de la conducción táctica y estratégica. Pero la hermana Presidencial se opuso. Santo remedio.

Una mesa, en política, significa un ámbito de discusión, tipo comisión. Juan Perón solía decir que un camello era un caballo hecho por una comisión. La idea luminosa surgió de una mañana tensa con ministros que se fueron a las manos (o amagaron), suicidas que osaron pedir la cabeza de la Primera Hermana y la mención de nombres que podrían desplazar a otros nombres, pero sin asegurar si iban a mejorar o empeorar la situación. Afuera, los ruidos de la economía desbarrancando como una avalancha de lodo y piedra.

A media tarde, luego de que Toto pasara por la Rosada, todos emergieron sonrientes por la explanada que da a Rivadavia. La procesión, seguramente, iba por dentro. El dólar apenas si había aumentado el 3% (parece joda) y ninguno había sido despedido. Al menos hasta el día siguiente, cuando se reuniría la mesa, mientras dejaban trascender que se iba a invitar a los gobernadores dialoguistas que, en sus provincias, se apuraron a decir que no habían recibido ningún aviso formal. Si esa declaración no es una muestra de cómo el Gobierno nacional ha perdido poder, no sé qué tengo que mostrarte. Además, el que se quemó con el Pacto de Mayo, cuando ve una mesa llora.  

Stanno tutti bene

Por supuesto que los triunfadores del domingo a la noche también cocinaron sus habas. Un grupo de comandantes de la nada siguió obstinándose en mantener las diferencias internas, bajarle el precio al gran ganador de la jornada (por lo estratégico y por cómo se militó la campaña) y prohibir por decreto de necesidad y urgencia interno cualquier mención a Kicillof; el PJ emitió un comunicado directamente ninguneándolo. Cristina, en su mensaje triunfal, saludó primero al pueblo de la Provincia de Buenos Aires, luego hizo su propio speech contra Milei, acto seguido agradeció a los fiscales y finalmente mencionó a Sergio, Axel, Juan y a “Máximo que está acá conmigo”. Todos al mismo nivel. Todos en la misma línea de largada.

Discutir conducción en medio de la campaña es como deliberar sobre el menú frente a los hambrientos. La Libertad Avanza podría llegar a entusiasmarse con estos gestos. Hay olor a 2015 en el aire: la pólvora del fuego amigo. Confiemos en que no pase de ese par de ralladuras en los guardabarros del automóvil electoral porque no nos sobra nada. Al 14% hay que mantenerlo vivo como un fueguito y octubre queda allá lejos y hace tiempo.

Además, los gestos de los Muñecos Malditos dicen que “van por todo”. Y eso, viniendo de un grupo patibulario como la Sonora Guascalera Libertaria, podría resultar fatal para el peronismo y, sobre todo para el pueblo argentino. Por eso hay que cuidar con celo cada uno de los 3.374.961 votos que se obtuvieron, atesorarlos, y contagiar en el resto de los peronismos provinciales el afán de victoria.

Pero, sobre todo, la oposición en su conjunto (incluidos los gobernadores periféricos que intentan bajarle el precio al triunfo en Buenos Aires) deberá estar atenta a la kermese de voluntades compradas, una de las jugadas que mejor les sale a los libertarios. Se sabe de la labilidad de algunos dirigentes, de varios mandamases y hasta de los incorruptibles a los que el fragor de la interna los vuelve codiciosos. Donde hay un mango, viejo Gómez…

Esto además de la panoplia de acciones tramposas y más (están jugados, les va la vida en eso) que seguramente ya están pergeñando. Para algo lo trajeron de nuevo a Caputito a la mesa: el Mago del Kremlin tiene, en realidad, menos moral que Rasputín… y es más sanguinario.

Los inútiles

Más allá de las pequeñas miserias propias del juego de tronos, es necesario volver a ese “film velado de blanca noche” del que nos avisaba Carlos “El Indio” Solari en “Jijiji” y que recién ahora, los argentinos, bajo la tutela de Javier Milei y su estado anarco capitalista, alcanzamos comprender en su totalidad.

La imagen es la de un animal prisionero: de los embrujos de Karina, de sus encantos, de sus hechizos y hasta de sus errores (el buen amor incluye lo malo y lo peor). Los caniles en Olivos fueron construidos vaya a saber uno debido a qué retorcida fantasía. Perros no hay. Pero la domadora está complicada. Los desalojados del calorcito del poder y la sociedad en su conjunto responsabilizan del fracaso en las elecciones bonaerenses a Karina, autora intelectual de muchos de esos desplazamientos ya acontecidos y de algunos otros que vendrán, como el de Patricia Bullrich.

Desde “El Presto” hasta Ramiro Marra; desde “El Gordo Dan” hasta “Toto” Caputo (a este último, las críticas a Karina le licuan su responsabilidad mayúscula en la desastrosa derrota). Todos, cual jíbaros estimulados, reclaman la blonda cabeza de la conductora natural y propietaria de la guillotina del Gobierno.

La minita, como si nada. El martes se juntó un rato antes de la reunión de Gabinete con el hermanísimo y le puso las bolas en la morsa. Resultado: todo está como era entonces. Gatopardismo al palo. Que todo cambie para que todo siga igual. Ni siquiera un canje cosmético. Ni una tintura algo más oscura; ni un poco más de Botox en el rostro de Santiago Caputo; ni reducción de la alcoholemia en la sangre de Pato; ni menos cara de culo por parte de Francos; ni tan siquiera el gesto de borrarle esa sonrisa estúpida a Martín Menem. Todo as usual. Incluido Lisandro Catalán, nuevo Ministro del Interior, nombrado para la campaña… Es como designar un bombero cuando ya se quemó el bosque.

El golpe

La interna de los libertarios ha adquirido visos de tragedia. Tan es así que, al parecer, Milei no asiste a las reuniones: su imagen en la cabecera de la mesa (siempre igual, siempre en la misma pose, congelado como Walt Disney) sería un truco de Photoshop o IA. El resto sí está en sus sillones y hacen como que el Presidente los acompaña. Actúan. Fingen. Si fuese necesario dirían que ellos también charlan con Conan. De tan patético hasta podría decirse que es ingenioso. Tal vez por eso los mercaderes de la palabra andan más desorientados que “perro que lo han regalado grande” y, en sus programas de TV y streamings, un día pegan y al siguiente se tiran sobre la granada. Kamikazes informativos si los hay. Perdularios.

Algo similar ocurre con los mercados que, preparados para que todo estalle, ven como el FMI -partícipe necesario de la asociación ilícita que nos gobierna-, corre en auxilio del Papadas con un tuit. “El dólar está tranquilo”, te dicen, entonces, tapándose la boca como los jugadores de tenis que no quieren que les lean los labios. ¿Tranquilo? ¿A 1.435 mangos? Pero si antes de la elección del domingo se gastaron 600 millones de dólares para que no llegara a 1.400…

Milei, como un mal imitador de Marcel Marceau (maquillado de mimo está casi siempre) les hace gestos a los mercados. Veta y veta, sin hesitar. Necesita mostrarles que le importan más los dólares que no tiene que la educación pública o la salud de los pibes. Y eso, como todo el mundo sabe, no puede sostenerse mucho tiempo: bicicleta y golpe bajo es la mejor fórmula para recorrer un camino sin retorno.

Cómo será que los rumores destituyentes ya parecen una escena de la película “Gritos y Susurros”. Tanto que una figura consular de nuestra prensa vernácula, un miembro de la Academia Nacional de Periodismo, uno de los escribas preferidos de Elisa Carrió, el afamado Joaquín Morales Solá, esta semana, muy suelto de cuerpo, anunció una suerte de golpe de Estado contra Milei y hasta mencionó a quien lo sucedería: Juan Schiaretti. Y nadie, NADIE, salió a santiguarse, ni sdesgarró sus vestiduras republicanas ni tan siquiera desmintió la especie.

Son tan inútiles. El Dúo Presidencial es tan inservible, limitado y rupestre que todos, de alguna manera, esperan una solución rápida y, de ser posible definitiva, a este Gobierno al cual la mitad de la Provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, la que más aporta al aporta al PBI, le avisó que estaba en desacuerdo con sus políticas, con su programa económico, con la destrucción que estaba llevando a cabo y con el robo a cuatro manos. La respuesta fue: “El rumbo no se toca y lo vamos a profundizar” lo que no se termina de dilucidar si fue un desafío, una boutade o, sencillamente, una pelotudez más del inefable Papadas a quien, hoy por hoy, las aguas le están bajando turbias.


Por Carlos Caramello.-

N.de R.: las ilustraciones son fotogramas intervenidos con IA de las diferentes películas utilizadas como título y subtítulos de esta nota.

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