La crisis económica golpea con fuerza a los trabajadores que diariamente cruzan el Conurbano bonaerense para llegar a la Ciudad de Buenos Aires. El elevado costo del transporte público, que puede alcanzar los 50 mil pesos mensuales, se convierte en una pesada carga que erosiona el salario y condena a muchos a una situación de pobreza no reconocida por las estadísticas oficiales del Indec.
El problema se agravó con la eliminación de las líneas de colectivo municipales y provinciales de la Red SUBE, que antes otorgaba un descuento del 50% en el segundo viaje y del 75% en el tercero dentro de un período de dos horas. Esto provocó que miles de personas vean dispararse sus gastos de transporte al no poder acceder a esos beneficios.
Gracias a cálculos realizados por El Destape, se puede analizar tres escenarios típicos de viajes desde el Conurbano a la Ciudad de Buenos Aires y reveló el impacto del costo del transporte en el bolsillo de los trabajadores:
- Escenario 1: Un trabajador que parte desde localidades como Morón, Temperley o Quilmes (segunda sección del Conurbano) paga $44.347,8 por mes en transporte.
- Escenario 2: Desde lugares como Remedios de Escalada, Wilde o Ciudadela (primera sección del Conurbano), el gasto mensual asciende a $45.947,8.
- Escenario 3: Para quienes viven en Merlo, Alejandro Korn o Ezeiza (tercera sección del Conurbano), la canasta de transporte alcanza los $49.688,6.
Este aumento de costos se ve potenciado por la exclusión de las líneas provinciales y municipales del sistema de descuentos de la Red SUBE, lo que afecta particularmente a los sectores más vulnerables. Si un trabajador combina un tren o colectivo nacional con uno municipal, no recibe el descuento, lo que encarece considerablemente la vuelta a casa.
Tarifas asfixiantes en el interior del país
El Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP de la UBA-CONICET reveló que, en ciudades como Bariloche ($1.613), Santa Fe ($1.440), Resistencia ($1.300) y Rosario ($1.200), las tarifas de transporte público ya superan los $1.000 por boleto. En contraste, provincias como San Luis ($750), San Juan ($560) y La Rioja ($450) mantienen tarifas más accesibles. Sin embargo, esta desigualdad tarifaria deja a miles de personas en el área metropolitana pagando cifras astronómicas por el simple hecho de trasladarse a sus trabajos.
Desde 2019, la eliminación del Fondo Compensador del Transporte Urbano del Interior profundizó la crisis, trasladando la responsabilidad del financiamiento a las provincias y municipios. Esto ha generado un marcado deterioro en la cobertura tarifaria de los servicios, que apenas alcanza el 30% en el AMBA y el 5% en el servicio ferroviario, según datos oficiales.
La pobreza que no se ve
El impacto del transporte en el poder adquisitivo de los trabajadores bonaerenses no se refleja en las estadísticas oficiales de pobreza del Indec, que minimiza el efecto de los costos no alimentarios. Esto lleva a una subestimación de la verdadera situación socioeconómica de miles de familias que destinan una parte desproporcionada de sus ingresos a poder ir a trabajar.
La Junta Interna de Trabajadores del Indec, agrupados en la CTA Autónoma, cuestionó la falta de actualización metodológica en la medición de la pobreza y advirtió: «Si se llevaran adelante las actualizaciones que son necesarias y que se aplazaron durante todos estos años por los motivos antes expuestos, ¿la tasa de pobreza podría dar otros resultados? Sí, sin lugar a duda, aunque la tendencia sería de todos modos a la baja. Cabe señalar que cualquier actualización metodológica impacta en el valor de las estimaciones.»
Mientras los salarios pierden terreno frente a la inflación y el costo del transporte se dispara, el gobierno de Javier Milei no parece ofrecer soluciones a la crisis que enfrentan los trabajadores bonaerenses. Viajar cada día para ganarse la vida se convierte en una carga cada vez más pesada, condenando a muchos a una pobreza que las estadísticas oficiales no reflejan.
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