El recorte de Milei a las garrafas pega de lleno en los sectores más vulnerables

Mientras el Gobierno avanza con la reconfiguración del mapa de subsidios, uno de los golpes más duros se concentra en los hogares que todavía dependen de la garrafa para cocinar o calefaccionarse. A partir de enero, la Secretaría de Energía activará el sistema de Subsidios Energéticos Focalizados (SEF) y achicará de manera drástica el alcance del Programa Hogar, un beneficio clave para más de 3 millones de usuarios que viven lejos de las redes de gas natural o en barrios donde la conexión nunca llegó.

El nuevo esquema descarta la segmentación por ingresos que regía hasta ahora y se queda con un único umbral de acceso: tres canastas básicas totales, unos 3,6 millones de pesos actuales. Con esa vara, una porción enorme de usuarios de luz y gas de sectores medios quedará afuera del beneficio. Sin embargo, el ajuste también se mete dentro de los propios sectores vulnerables, donde la garrafa ocupa un rol fundamental.

El Programa Hogar, tal como funciona hoy, cubre un porcentaje del valor de una garrafa de 10 kilos y suma refuerzos para hogares ubicados en zonas frías o con varios convivientes. Ese esquema reconoce que quienes viven en el sur del país —o en regiones cordilleranas o serranas— necesitan más energía para pasar el invierno. Por eso, un hogar unipersonal en Santa Cruz o Tierra del Fuego recibe subsidios para cuatro garrafas en julio, mientras que uno de entre dos y cuatro personas accede a nueve y uno con más de cinco integrantes llega a diez.

Chubut, Río Negro y Neuquén también cuentan con mejoras notables respecto del resto del país, justamente por las bajas temperaturas y la distancia de las redes de gas.

Nada de eso seguirá vigente desde enero. El “informe técnico” que la Secretaría difundió la semana pasada sostiene que el subsidio se aplicará solo sobre un “consumo base” equivalente a “UNA (1) garrafa por mes, que ascendería a DOS (2) garrafas en los meses de invierno (mayo a septiembre)”. Y agrega otra línea clave: “los usuarios de garrafas de DIEZ (10) kilos recibirían una ayuda del CINCUENTA POR CIENTO (50%) sobre el precio de compra de las garrafas autorizadas por mes como consumo base”.

Traducido: en vez de cubrir entre cuatro y diez garrafas según la zona y la cantidad de convivientes, el Estado solo acompañará el valor de media garrafa en verano y de una garrafa en invierno. La advertencia ya circula entre especialistas del sector. La consultora Paspartú, que dirige Juan José Carbajales, resumió la situación: el subsidio se calculará sobre “1 o 2 garrafas de 10 kg por mes en verano/invierno”, cubriendo apenas el 50% del costo.

La poda impacta con fuerza en las provincias más frías. Un hogar numeroso en Santa Cruz o Tierra del Fuego pasará de recibir ayuda para diez garrafas en julio a recibir respaldo solo para una. En Chubut, Río Negro o Neuquén, los recortes también serán pronunciados: los hogares de 2 a 4 personas, que en julio contaban con 5, 6 o hasta 9 garrafas subsidiadas, solo tendrán una. En el resto del país, el panorama se repite.

La Secretaría de Energía, consultada por El Destape, confirmó que el nuevo criterio elimina cualquier referencia a los adicionales por zona fría o por cantidad de convivientes, un punto que el informe oficial no menciona de manera explícita.

Con este giro, casi todo el mapa de beneficiarios del Programa Hogar queda en inferioridad de condiciones. Los únicos casos donde la ayuda sube levemente se encuentran en hogares unipersonales de zonas no frías durante abril y septiembre. En el resto, el tijeretazo se hará sentir con fuerza.

La consecuencia directa recae sobre 3,3 millones de personas que dependen de la garrafa como única fuente energética. En un contexto donde el FMI presiona por recortes adicionales, el ajuste vuelve a caer tanto sobre la clase media como sobre los sectores más vulnerables, que ahora enfrentan un invierno mucho más caro y con menos apoyo estatal.

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