16 de septiembre de 2025

El Presupuesto de la motosierra: Milei anunció aumentos falsos y consolida el recorte social

El Presidente habló de mejoras en jubilaciones, salud y educación, pero los números revelan que las partidas seguirán achicándose.

En un contexto de crisis económica y malestar social, Javier Milei presentó en cadena nacional los lineamientos del Presupuesto 2026. El mandatario se ufanó de haber diseñado “el menor nivel de gasto sobre PBI de los últimos 30 años” y prometió que “85% del presupuesto será destinado a Educación, Salud y jubilaciones”. Sin embargo, detrás de las cifras que difundió, los aumentos que anunció quedan anulados por la inflación proyectada y consolidan un ajuste que golpea con fuerza a los sectores más vulnerables.

El discurso, de apenas quince minutos, dejó en claro que el objetivo central de la Casa Rosada continúa siendo el equilibrio fiscal, incluso a costa de desfinanciar áreas clave. “Muchos aún no lo perciben en su realidad material, los años más duros fueron los primeros. Lo peor ya pasó”, aseguró el Presidente en un intento por transmitir optimismo, aunque las estadísticas oficiales y los recortes previos contradicen sus palabras.

Educación: promesas en la previa de una marcha federal

El jefe de Estado adelantó que las universidades recibirán $4,8 billones en 2026. La cifra aparece como un gesto político en vísperas de la marcha federal en defensa del financiamiento educativo, pero al analizar los números se expone otra realidad. Con las proyecciones inflacionarias que manejan los analistas, el sistema universitario terminará 2025 con un 9,4% menos de presupuesto que en 2024 y un 32% menos que en 2023.

Para equiparar los niveles de gasto del año pasado, el Gobierno necesitaría girar $6,2 billones, bastante más que lo anunciado. Entre enero y agosto de este año, la inversión en educación superior cayó 30,4% en comparación con los primeros ocho meses de 2023, y programas como Conectar Igualdad o el Fondo Nacional de Incentivo Docente prácticamente desaparecieron.

Jubilaciones: un 5% que depende de una inflación inverosímil

Milei sostuvo que las jubilaciones aumentarán un 5% por encima de la inflación estimada para 2026, calculada en un 10,1%. Pero esa proyección luce poco realista frente a la inestabilidad macroeconómica y a los antecedentes de su gestión. En 2024, las jubilaciones sufrieron un recorte del 14% y los haberes mínimos quedaron 15% por debajo de lo que recibían en el último trimestre del gobierno anterior.

Los datos del CEPA muestran que las prestaciones previsionales y no contributivas retrocedieron con fuerza: la Pensión Universal para el Adulto Mayor cayó 43,7% y las pensiones por discapacidad 23%. Según cálculos técnicos, si el bono jubilatorio se hubiese actualizado por inflación, en septiembre debería ser de $166.755. En la práctica, los jubilados pierden $96.755 mensuales.

Salud y discapacidad: partidas que no alcanzan

El Presidente anunció un incremento del 17% en Salud y un 5% en pensiones por discapacidad. Pero, entre 2023 y 2025, el presupuesto del Ministerio de Salud se desplomó un 52% en términos reales. Hospitales nacionales, el Instituto Malbrán y la ANMAT acumulan recortes de entre 26% y 38%. El Hospital Laura Bonaparte, que el oficialismo pretende cerrar, vio reducirse sus recursos en un 35%.

La Agencia Nacional de Discapacidad, además de las polémicas auditorías que dejaron afuera a beneficiarios, sufrió un ajuste del 14% en lo que va del año. La ley que el Congreso aprobó para reforzar la asistencia a este sector todavía no se aplicó y el Ejecutivo apenas habla de un incremento marginal.

El peso del ajuste

En la comparación 2023-2025, las áreas que integran el Ministerio de Capital Humano reflejan el verdadero tamaño del ajuste: la Secretaría de Educación perdió el 49% de sus recursos y la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia cayó 72%.

Milei buscó mostrar un presupuesto “social”, pero lo que aparece detrás es otra cosa: aumentos atados a una inflación que no se condice con la realidad y partidas que nunca recuperan lo perdido. En los hechos, el gasto social sigue en caída libre.

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