26 de julio de 2024

Día Internacional del Gato: Por qué ronronean y otras curiosidades

El 8 de agosto ha sido declarado el Día Internacional del Gato por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), aunque no es la única fecha que se celebra a este amigable animal. El motivo de esta fecha es que es la temporada de fertilidad de los felinos dentro de la zona del hemisferio norte.

Para festejar a nuestros amigos de bigote, traemos algunas de las dudas y curiosidades más frecuentes sobre su comportamiento.

¿Por qué ronronean los gatos?

Muchos veterinarios sugieren que el ronroneo de un gato se da a pocos días de haber nacido. Ese sonido, en un principio, es una forma de llamar la atención de sus madres y señalarles que están bien, además de reforzar los lazos.

Cuando los gatos son adultos, muchas personas asocian el ronroneo del gato a un estado de placer y satisfacción, pero también un gato ronronea cuando está herido y siente dolor. Se considera que un ronroneo de vibración de baja frecuencia, es un mecanismo de sanación natural.

A veces también el ronroneo se da en situaciones de miedo o estrés. La diferencia es la frecuencia del sonido que distingue un ronroneo por estos motivos, de uno de placer.

¿Cuánto duerme un gato?

Los felinos tienen como caraterística dormir gran parte del día. Según la Sleep Fundation la mayoría de los gatos duerme un promedio de 12 a 18 horas diarias.

A diferencia de nosotros, su sueño no es continuo. Los gatos toman varias «siestas» por día para llegar a ese número de horas dormidas. Los periodos varían de los 53 a los 113 minutos de descanso.

Según esa misma publicación, los gatos tienen lo que se denomina un ritmo circadiano. Esto es un reloj biológico interno que va guiando los horarios de sueño. Los gatos tienen un ciclo crepuscular con dos ciclos de actividad: uno antes del amanecer y otro cerca de la puesta de sol.

¿Los gatos siempre caen de pie?

Los gatos tienen un gran balance y está el mito de que siempre caen de pie sin lastimarse. Pero la realidad es que no siempre lo logran, aunque sí la mayoría de las veces.

Esta habilidad extraordinaria es conocida como reflejo de enderezamiento. Este reflejo se activa, en principio, gracias al oído del gato que es capaz de detectar y comunicar al cerebro la posición de la cabeza y el movimiento al que está sometida.

Cuando se activa el reflejo la cabeza empieza a rotar para recuperar su orientación normal. Según consigna la revista Natures Variety, «mientras la cabeza gira, el gato recoge las patas delanteras y estira las patas traseras y la cola, empezando así la rotación del cuerpo«. Así, «la parte delantera del cuerpo gira hasta 180º mientras que la parte trasera gira en dirección opuesta». A medida que sigue cayendo, el gato realiza el movimiento inverso, estirando las patas delanteras y recogiendo las traseras.

Cuando va cayendo, el felino flexiona la columna vertebral «permitiendo así que la parte delantera y la parte trasera del cuerpo del gato giren según ejes diferentes». De esa manera, el gato ya llega a tierra preparado para el impacto y sin sufrir daño.

La velocidad de estos movimientos es asombrosa. Tal es así que pueden realizarlo a escasos centímetros del suelo.

Otras curiosidades

  • En términos de desarrollo, el primer año de vida de un gato es igual a los primeros 15 años de una vida humana. Después de su segundo año, un gato tiene 25 años equivalentes al de un humano. Y después de los dos años, cada año de vida de un gato equivale a unos 7 años humanos.

  • Los gatos pueden rotar sus orejas 180 grados.

  • La audición del gato promedio es al menos cinco veces más aguda que la de un adulto humano.

  • En la raza de gato más grande, el macho promedio pesa aproximadamente 9 kilos.

  • Un gato no puede ver directamente debajo de su nariz.

  • La mayoría de los gatos no tienen pestañas.

  • Los gatos tienen cinco dedos en cada pata delantera, pero sólo cuatro en la parte posterior. Sin embargo, no es raro que los gatos tengan dedos extra. El gato con la mayor cantidad de dedos conocidos tenía 32, ocho en cada pata

  • Los maullidos no son un lenguaje innato para gatos. Lo desarrollaron solo para comunicarse con los humanos.

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