16 de diciembre de 2025

Con salarios de pobreza, sube el empleo informal al casi 50%

Crece el trabajo precario y cae el ingreso real mientras los salarios formales se hunden en todo el país.

El mercado laboral argentino cruza uno de sus momentos más tensos desde el retorno de la democracia. El informe más reciente del Instituto Gino Germani mostró que el empleo formal cayó en todas las regiones y dejó a la proporción de trabajadores registrados en apenas 45% del total, el nivel más bajo desde que se lleva registro. En paralelo, la informalidad avanzó sin freno y se ubicó en 48% durante el segundo trimestre de 2025, con un dato que expuso la magnitud del deterioro: “Nueve de cada diez nuevos puestos generados son precarios, lo que consolida una recomposición regresiva del empleo”, afirmaron los investigadores.

La contracción golpeó de forma pareja a todo el país, aunque el Gran Buenos Aires sufrió el impacto más fuerte, con una pérdida de 82.167 empleos registrados. La caída se concentró en actividades históricas del entramado productivo, como la industria y la construcción, mientras que crecieron rubros de baja productividad y alta rotación, sobre todo alojamiento y servicios de comidas.

El deterioro se tradujo en ingresos más bajos y condiciones laborales más frágiles. El informe señaló que los trabajadores que quedaron fuera del empleo formal se reubicaron en ocupaciones muy vulnerables, con ingresos 50% inferiores a los de los asalariados registrados. El panorama general dejó otro dato preocupante: el 72% de quienes tienen trabajo gana $1.000.000 o menos, un monto por debajo de la Canasta Básica Total, que en octubre se ubicó en $1.213.799.

Ese cuadro empujó también la expansión del fenómeno del “trabajador pobre”. Según el estudio, el 19% de quienes cumplen una jornada laboral completa ya se encuentra por debajo de la línea de pobreza. Entre los asalariados informales, ese número trepa a 41,3%, mientras que entre los formales baja a 10,5%. Incluso dentro del segmento registrado, muchos no llegan a fin de mes: el 12% de los ocupados sostuvo más de un empleo para esquivar el ajuste.

La precarización y la baja del salario real incidieron en la dinámica de la pobreza por ingresos. Tras el pico del 55% al inicio de la actual gestión, la cifra bajó hasta 31,8%, un nivel similar al de finales de 2018. El alivio se relacionó con la baja de la inflación y una recuperación más rápida de los ingresos informales, aunque el informe puntualizó que la mejora todavía no alcanza para recomponer el poder adquisitivo perdido.

Los sectores que mostraron un repunte en los ingresos fueron alojamiento y comidas, comercio, construcción y transporte. Aun así, la mayoría de sus trabajadores siguió lejos de superar el millón de pesos por mes. En alojamiento y comidas, el salario promedio quedó en $563.000 y solo el 8% superó el millón; en comercio, el promedio fue $648.000 y el 12% pasó ese piso; en construcción, el ingreso típico fue $599.000 y solo el 8% cobró más; en transporte, el promedio llegó a $1,1 millones, con el 29% por encima de esa cifra.

En los hogares, la combinación de salarios cortos y trabajo inestable obligó a recurrir con más frecuencia al crédito. El uso de préstamos bancarios o financieros subió del 10% al 14% en un año, mientras que el auxilio de ahorros o ayuda familiar quedó prácticamente igual.

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