27 de octubre de 2025

Con la participación más baja desde 1983, solo el 67,8% del padrón fue a votar

El uso de la Boleta Única de Papel debutó en una elección marcada por la apatía y el ausentismo.

Las elecciones legislativas de 2025 transcurrieron sin incidentes en todo el país, pero dejaron un dato que encendió las alarmas políticas: menos del 68% de los argentinos habilitados se acercó a las urnas. Con el 90% de las mesas escrutadas, la Cámara Nacional Electoral confirmó una participación del 67,85%, la más baja desde el regreso de la democracia.

De acuerdo con los registros históricos, el único antecedente cercano fue en 2021, cuando la pandemia redujo la participación al 71%. En esta oportunidad, ni siquiera la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP), que debutó a nivel nacional, logró revertir la desmovilización del electorado.

El Ministerio del Interior, a través de la Dirección Nacional Electoral, informó que la jornada se desarrolló con total normalidad entre las 8 y las 18 horas. Más de 35,9 millones de ciudadanos estaban habilitados para votar en los 17.530 establecimientos dispuestos en todo el territorio. También participaron 85.000 efectivos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, además de 18.406 operadores encargados de la transmisión de los telegramas desde 14.530 centros.

El nuevo sistema de votación, que unifica toda la oferta electoral en una sola papeleta, buscó agilizar el proceso y fortalecer la transparencia. Según datos oficiales, el tiempo promedio para votar rondó los tres minutos cuando se elegía una sola categoría, y unos cuatro minutos cuando se votaban ambas cámaras.

En estos comicios se renovaron 127 bancas en Diputados y 24 en el Senado, distribuidas entre ocho provincias: CABA, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. También participaron por primera vez en una elección nacional 1,1 millón de jóvenes de 16 y 17 años, junto a casi medio millón de argentinos residentes en el exterior.

La tendencia de participación muestra una caída sostenida desde 1983. En las legislativas de 1985, el 84% del padrón acudió a votar; en 1997, el 80%; y en 2001, ya en plena crisis, el 75%. En 2005 y 2009, los números se mantuvieron en torno al 73% y 74%, respectivamente, y recién en 2013 hubo un repunte al 79%. Desde entonces, la participación volvió a caer: 76% en 2017, 71% en 2021 y 67,8% en 2025.

El balance final dejó una certeza inquietante: a más de cuarenta años del retorno democrático, la desafección política se profundiza. Mientras el Congreso renueva su composición, las urnas reflejaron otra realidad, menos visible pero igual de significativa: la distancia creciente entre la ciudadanía y la política.

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