26 de julio de 2024

Cómo sería la Argentina libertaria si gana Milei

Telam

Por Pablo Vera.-

Casi como un ritual todos los jueves se juntan a comer pizza la barra de amigos de Isidro Casanova. Predomina en su gusto la variedad con jamón y morrones, napolitana y la estrella final es la de anchoa regada mayoritariamente con cerveza, aunque algunos le entran al tinto, y uno, el más criticado, cortado con soda.

Hoy el debate que predomina es la discusión política. Mayoritariamente votaron a UPP, alguno a JXC y otros a Milei. Escuchemos un poquito de la charla. Hagámoslo rápido, porque sin dudas cuando la discusión se ponga tensa, alguno dirá “Che somos amigos de toda la vida, no nos peleemos por política” y allí irremediablemente dejaran de pelearse. Mentira. Solo que ahora el futbol será la disputa hasta que Pepe, el mozo les diga “muchachos cierra la caja” y ahí se despedirán hasta el próximo jueves.

Osvaldo, el más mileista, dice “hay que darle una oportunidad ya probamos con los demás y no nos fue bien. Probemos algo nuevo. Pensemos una Argentina Libertaria” propone el Mileista. Y cómo sería? Experiencias libertarias como las que propone Milei, nunca fueron aplicadas en ningún país en su totalidad. A diferencia de otras ciencias, la política, la economía política no tienen un laboratorio en donde probar o desechar sus postulados, pero sí contamos con la historia que puede transformarse en un laboratorio, que nos permita una aproximación a que sucedió cuando se aplicaron determinadas políticas. Claro reconociendo que la historia no se repite en forma mecánica, aunque puede brindarnos señales.

Vayamos al laboratorio. Allí no encontramos un país libertario, pero si nos encontramos con la experiencia de Grafton con mil habitantes, pequeña localidad del Estado de New Hampshire en EEUU, recibió desde 2004 alrededor de 200 ciudadanos de distintos lugares de EEUU, que se congregaron allí para instalar el “Paraíso Libertario”. El proyecto recibió el nombre de “Free Town Proyect” (“Proyecto Ciudad Libre”).

Las ideas centrales eran construir una experiencia para que sirviera como ejemplo, para luego expandirla por todo EEUU. Ideas Centrales: Eliminación o Reducción al máximo de impuestos a los que consideran un robo. Seguramente influenciados por autores como Murray Rothbard (1926-1995, considerado por Milei, su fuente de inspiración) quien entiende que los impuestos son un menoscabo inaceptable al derecho de propiedad o Frank Chodorov (1887-1966) quien en “Los Impuestos son un Robo” nos señala que un asaltante que bajo amenaza nos roba en la calle, no pretende ser considerado de otra forma que lo que es , un asaltante, sin embargo el Estado, al cobrar impuestos pretende el mismo objetivo, nuestro dinero, pero se cubre con el manto de la Ley. Recordemos las palabras de Milei en consonancia con estos autores “Yo considero al Estado como un enemigo, los impuestos son una rémora de la esclavitud” (“El País” 15/8/2023). En Grafton se redujeron los impuestos, en más del 30%, se decidió prescindir del servicio de recolección de residuos, al reducirse los impuestos se redujo las fuerzas policiales, se eliminaron las regulaciones para la construcción de viviendas y comenzaron a instalarse individuos que defendían posiciones sobre el Libre Trafico de Órganos y de niños. Como era de esperarse ante el debilitamiento de las fuerzas de seguridad se multiplico la venta de armas. Según la visión Libertaria devota del libre mercado a ultranza, las funciones que dejo de cumplir el Estado en Grafton las cubriría el sector privado. Sin embargo no fue así. Ninguna empresa privada se encargó de recolectar los residuos, ninguna se encargó de arreglar los baches de las calles, nadie se encargaba en forma organizada del sistema incendios etc.

Lentamente, pero de forma inexorable, Grafton comenzó a colapsar, ubicada en una zona en cuyas inmediaciones viven Osos Pardos (cuyo olfato algunos consideran 7 veces superior al mejor sabueso) y ante la basura de los humanos, ubicada en cualquier lugar y sin debida recolección, provoco que los osos se acercaran al casco urbano con mayor frecuencia. Los jardines, patios de los vecinos de Grafton fueron el territorio que los Osos hicieron suyos. Gatos y perros fueron devorados cuando paseaban o jugaban en los jardines. Los vecinos de Grafton ante esta agobiante situación le reclamaban a otros vecinos que se habían encariñados con los osos y los alimentaban en sus jardines, argumentando que ellos en el pleno ejercicio de su derecho de propiedad, hacían en ella lo que les plazca.

Algunos ante la invasión de osos pidieron colaboración a las áreas del servicio de caza y pesca de New Hampshire, los que le contestaron “Ustedes no pagan impuestos, arréglense solos”.

¿Y como termina la Experiencia Libertaria? Con un fracaso rotundo. Una localidad pacifica, se transformó en una ciudad violenta, registrándose homicidios por peleas entre vecinos y con reproches violentos entre los pobladores originarios y los “Libertarios” que se incorporaron e impusieron el “paraíso libertario”. Hacia 2014 con un caos absoluto se dio por terminado el “Proyecto Ciudad Libre”. Aunque con menor desarrollo también se recuerda el experimento libertario que el empresario canadiense-dominicano Jeff Berwick intento en 2012 en Curacavi (Chile) inspirado en construir un paraíso ultra capitalista libertario, en consonancia con el refugio de la novela “La Rebelión de Atlas (considerado según Macri un libro de cabecera) de Ayn Rand (1905-1982). Berwick adquirió 5000 hectáreas, las loteo en parcelas que fueron vendidas a norteamericanos Libertarios, sin embargo al no tener al momento de la venta ni los permisos para subdividir ni cambiar los usos del suelo, la experiencia termino en un escándalo legal, con acusaciones de estafa y fraude.

Imaginemos una Argentina Libertaria con Milei, en virtud de la experiencia de Grafton. Ante la caída abrupta de la recaudación fiscal, producto de las reducciones impositivas, la imposibilidad de los municipios de cobrar tasas, eliminaremos el servicio municipal de recolección de residuos, surgirá una empresa que brindara, a quien pueda pagar la recolección de su basura cotidiana y quienes no pueden pagar la dejaran en la calle acumulándose día a día. Como los Municipios tendrían menos recursos no existirán los servicios de castración de gatos y perros, con tanta basura en la calle se alimentaran sin mayor dificultad, multiplicándose en su número, con jaurías numerosas y territoriales. Como el servicio de salud es muy costoso, privatizaran la atención y quien no pueda pagarlo deberá mendigar o rezar y rezar. Como la basura se acumulara día a día las ratas estarán en Disney y no solo las veremos día y noche sino que desfilaran gorditas y contentas por las calles. Como los perros en jauría deambularan con absoluta libertad , las mordeduras caninas (las cuales el 20% debe iniciar un tratamiento antirrábico) se multiplicaran y como el tratamiento será privado, mal destino les espera a quien no pueda cubrirlo…Tal vez amiga amigo lector todo esto le parezca exagerado ahora, lo mismo pensaban al comienzo los vecinos de Grafton, cuando empezó la experiencia Libertaria, luego no había tiempo de arrepentimientos, ya los osos habían ocupado sus jardines y las mascotas vivían encerradas por instinto de supervivencia.

Algunos podrían preguntarse como los originarios vecinos de Grafton se “dejaron” imponer la “causa libertaria”. Hay una sola explicación, los “libertarios” militaron por su “paraíso” frente a la indiferencia o la pasividad de los vecinos originarios.

Hoy en la Argentina estamos frente a un dilema similar, podemos mantenernos neutrales y dejar que Argentina sea Grafton o comprometernos a una Argentina que con todos sus defectos y falencias, las ratas estén escondidas, los perros y gatos sean nuestras amadas mascotas y nuestra salud, educación, seguridad sea un derecho para todas y todos.

Ah, para terminar les cuento, para reparar los daños causados por la experiencia libertaria en Grafton, hubo que aumentar el 50% los impuestos.

El 19 de noviembre, cuando votemos, recordemos a los vecinos de Grafton.

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